Joaquín Santamaría y Pizarro

Joaquín Santamaría y Pizarro, Ciudad Real, 13-02-1848 – Madrid, 18-12-1904. Coronel de Artillería, Laureado, y técnico en armamento portátil.

Fueron sus padres Joaquín Santamaría y Santamaría, brigadier del Ejército, y Ramona Pizarro y March. Ingresó de cadete en el Colegio de Artillería de Segovia en agosto de 1863 a la edad de quince años. En agosto de 1865, fue promovido a alférez alumno pasando a la Escuela de Aplicación de Artillería establecida en Madrid, encontrándose en los sucesos ocurridos en el Cuartel de San Gil el 22 de junio de 1866, hasta diciembre de 1867 en que es promovido a teniente de Artillería con el número 2 de la 124 promoción del Cuerpo de Artillería. En su hoja de servicios consta que traducía el francés.

Como teniente fue destinado al 1.º Regimiento de Artillería a Pie de guarnición en Barcelona. El 10 de octubre de 1869, con motivo de “la Gloriosa”, el gobierno provisional le concedió el grado de capitán del Ejército. En julio de 1869 fue destacado a Seo de Urgel como comandante de Artillería de la plaza. Por los servicios que allí prestó durante la insurrección republicana en los meses de septiembre y octubre recibió la Cruz Roja del Mérito Militar de 1.ª Clase. Ese mismo año prestó juramento a la nueva Constitución. En marzo de 1870 regresó a Barcelona donde continuó de guarnición hasta mayo, que fue destacado a Palma de Mallorca, donde permaneció hasta diciembre en que regresó a Barcelona. En enero de 1871 pasó destinado al 3.º Regimiento de Artillería a Pie de guarnición en Madrid allí prestó juramento de fidelidad al rey Amadeo I, recibió la Cruz Blanca del Mérito Militar de 1.ª Clase y permaneció hasta julio de 1872 en que fue destinado al 1.º Regimiento de Montaña de guarnición en Barcelona. En diciembre salió de operaciones por la provincia al mando de una sección de su Compañía formando parte de la columna del coronel Medeciela y en el 4 de enero de 1874 a las órdenes del brigadier Macías se encontró en la acción de Gironella y Sierra de Buice por la que recibió el empleo de capitán del Ejército y el 8 de enero en la de Alpens. El 8 de febrero, debido al asunto Hidalgo que llevó a la disolución del Cuerpo de Artillería, pidió la licencia absoluta y permaneció en esta situación hasta la rehabilitación y reorganización del Cuerpo de Artillería por el presidente Castelar en septiembre del mismo año, reincorporándose al 1.er Regimiento de Artillería de Montaña en Barcelona. Ese mismo mes salió de operaciones por la provincia de Tarragona en la columna del brigadier Salamanca hallándose el día 26 de septiembre en la acción de Castellfullit, el 29 en la de Selva, el 3 de diciembre en Cabra, el 20 en Capellades, el 1 de febrero de 1874 en Gandesa donde por su comportamiento obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando y el grado de comandante del Ejército. Según el parte oficial: “El Teniente Santamaría mandaba la única pieza de montaña a cuyo amparo la columna de 800 hombres del Brigadier Salamanca se apoderó de la plaza. Este oficial había colocado la pieza primero a una distancia de 30 metros, la avanzó de nuevo a 15 metros a cuya distancia derribó el tambor que defendía la puerta y apagó los fuegos del enemigo ocasionando además desperfectos en la muralla y fuerte.

Pasó después a batir una casa fortificada situada a 20 metros de ella, en cuya posición logró primero apagar el fuego del enemigo y luego abrir la puerta por la que penetró, y colocando la referida pieza en el interior del patio y a ocho metros de los muros del edificio, volvió a romper el fuego hacia las ventanas, logrando hacer retirar a los defensores de ellas; mas vueltos a aparecer, pasó a situarla frente de la puerta de entrada, primero a ocho metros y luego a cuatro, en cuyas posiciones hizo fuego hasta que concluyó por meter la boca de la pieza en una abertura de medio metro practicada en uno de los muros de dicha casa-fuerte, desde donde hizo tres disparos que determinaron la toma de la misma y como consecuencia, la del pueblo. De los 16 hombres que constituían la dotación de la pieza sólo resultaron ilesos el oficial y el corneta”. El brigadier Salamanca consignó tan notable hecho en la orden general de la provincia y de las brigadas, y se expresó en estos términos al dirigirse al coronel del primer Regimiento dándole conocimiento del heroico comportamiento de su subordinado: “Es imposible valor más frío, serenidad más completa, mayor carácter y mayor modestia que la del Teniente Santamaría, quien solo ya con el corneta, y por sí mismo, ha cargado y disparado más de la mitad de la dotación de municiones, a cuerpo descubierto y a veinticinco pasos del tambor que más bajas produjo a nuestra tropa”. En su hoja de servicios se le anotó en el concepto valor: “Heroico”.

El 12 de febrero se encontró en la acción contra los carlistas mandados por Baró desalojándolos del pueblo de Forés, el 23 del mismo mes en el encuentro con las mismas facciones mandadas por Baró, Cura de Flix y Prades en el pueblo de Selva y Aviol, por el mérito que contrajo se le recompensó con el empleo de comandante del Ejército. Continuó en Cataluña en diferentes guarniciones hasta octubre en que pasó destinado al 2.º Regimiento de Artillería de Montaña en Madrid. Enseguida se incorporó a una Batería de su Regimiento que se hallaba de operaciones en el Ejército del Norte y el 8 de octubre se encontró en el ataque y toma de La Guardia y el 10 y el 11 de noviembre en el ataque y toma de los Montes de San Marcos, Choritoquieta y Urcabi. Por el mérito que contrajo en el ataque y toma de La Guardia fue recompensado con el grado de teniente coronel del Ejército.

A finales de enero de 1875, ascendió a capitán de Artillería y fue destinado al Ejército de la isla de Cuba, pero debido a las necesidades de las operaciones en la Península pasó destinado al 2.º Regimiento de Artillería a pie en Cádiz en junio. En agosto salió de operaciones marchando a Tafalla, Logroño y posteriormente en las operaciones que tuvieron lugar para el levantamiento del bloqueo de Pamplona fue a cubrir los fuertes de Monte Esquinza y Oteiza. Por su comportamiento en estas operaciones, recibió la Cruz Roja del Mérito Militar de 2.ª Clase. En noviembre pasó destinado al 1.er Regimiento de Artillería a pie de Barcelona donde permaneció de guarnición. Finalizada la Guerra Carlista recibió sucesivamente la Medalla de Alfonso XII con los pasadores de Pamplona y de Oteiza-Esquinza y la Medalla de la Guerra Civil de 1873-1874 con el pasador de San Marcos.

Continuó en Barcelona hasta septiembre de 1877 en que pasó destinado al 3.er Regimiento de Artillería a pie en Madrid, en esta ciudad pasó por diferentes Regimientos ubicados en diferentes cantones que mantenían a su vez destacamentos en diversas plazas, en 1878 se le concedió la Cruz Blanca del Mérito Militar de 2.ª Clase con motivo del matrimonio del rey Alfonso XII. En los diferentes Regimientos y Batallones (7.º montado, 8.º montado, 9.º montado de nueva creación, 3.º Batallón a pie y de nuevo al 9.º montado), en los que estuvo destinado, además de mandar Batería, ocupó diversos cargos como capitán depositario, cajero, y ayudante; se encontró destacado en Badajoz un año, en Segovia tres meses y otros seis en Valladolid. En 1886 se encontró en los sucesos habidos la noche del 19 al 20 de septiembre con motivo de la sublevación habida por cuyo comportamiento recibió una mención honorífica. Ese año formó parte de una junta nombrada por el director general del Cuerpo de Artillería para estudiar la conveniencia de adoptar el modelo de collerones “Martens” adaptables al ganado mular.

Durante ese tiempo, aprovechando la proximidad del Archivo Nacional de Madrid, el de Simancas en Valladolid y el Archivo General Militar de Segovia, se dedicó a escribir su obra Historia del último sitio de Gibraltar que presentó para su publicación en cuatro tomos manuscritos al Ministerio de Fomento “en los que se ofrecía íntegros, nada menos que 67 proyectos de otros tantos inventores para la rendición de Gibraltar”.

Este Ministerio solicitó y obtuvo un elogioso informe de la Real Academia de la Historia firmado por José Gómez de Arteche: “La Academia cree que la obra del Sr. Santamaría tiene una gran importancia histórica, así por su texto como por la abundantísima colección de documentos justificativos, rico arsenal sin cuya consulta no es posible ocuparse de aquí en adelante en resolver el arduo problema de nuestras relaciones con Inglaterra y de nuestra acción militar para la reconquista de Gibraltar”. Posteriormente, se remitió el expediente al de la Guerra para su publicación, este, tras someterlo a la Junta Superior Consultiva consideró “que tratándose dicha obra de aquel Sitio mas como un asunto histórico que militar no siendo su estudio de gran importancia técnica ni de utilidad para la generalidad del Ejército por el perfeccionamiento que han adquirido los medios de ataque y defensa no parece conveniente se imprima por cuenta de este Ministerio”. Al mismo tiempo la junta acordó proponer al capitán Santamaría para la concesión de la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica libre de gastos en recompensa a su “laboriosidad y aplicación al escribir dicha obra”. El manuscrito se encuentra en la actualidad en paradero desconocido.

En junio de 1887 ascendió a comandante de Artillería y pasó destinado al 5.º Regimiento de Artillería de Cuerpo de Ejército en Madrid donde ocupó el cargo de comandante mayor. En 1890 fue destinado al Ministerio de la Guerra y en 1892 a la Inspección General de Artillería e Ingenieros regresando en 1893 al Ministerio. En esa época, al conocer la intención del Ejército de adquirir un nuevo modelo de fusil denominado Mauser Modelo 1893, presentó una memoria proponiendo que se estudiase y encargase una nueva reforma del fusil Remington de Infantería modelo 1871-89.

En mayo de 1894, ascendió a teniente coronel de Artillería y quedó primero en comisión de servicio y posteriormente en 1895 destinado en el Ministerio de la Guerra. En julio de ese año fue armado caballero y se le vistió el hábito de la Orden Militar de Calatrava.

En enero de 1894 se le encomendó el estudio de la mejora del armamento portátil del Ejército tratando de unificar la munición del fusil Remington modelo 1871-89 de 11 milímetros de calibre con la del Mauser español modelo 1893 de 7,65 milímetros de calibre. Del primero el Ejército disponía de trescientos mil y había sido modificado para adoptar la bala con envuelta de latón denominándose modelo 1871-98, el segundo empleaba una moderna pólvora sin humo que le dotaba de un gran valor táctico en ese momento. Santamaría formó un equipo con el capitán de Artillería Luis Valle y maestro y con el maestro de Fábrica de primera clase Francisco Aguirre destinados en la Fábrica de Armas de Oviedo. Con ellos modificó diez fusiles Remington sustituyendo el tubo original por uno del mismo calibre y longitud que el Mauser a los que sometió a un buen número de pruebas. A pesar de los esfuerzos que dedicó a esta tarea, no logró el teniente coronel Santamaría resultados concluyentes pero debido a la calidad de sus trabajos e informes y el tesón que empleó en la resolución de este complejo asunto fue recompensado en 1896 con la Cruz Blanca del Mérito Militar de 2.ª Clase pensionada “por los méritos que contrajo por su aplicación y excepcionalísimas condiciones, que se evidencian como héroe en los campos de batalla y que en tiempos de paz se dedica al estudio de tal modo que resulta su quehacer preferente sea útil a la Patria en las proporciones que da la magnitud del problema que trató de resolver”.

De 1898 a 1903 permaneció en el Ministerio dedicado a asuntos técnicos. Por Real Orden de 20 de enero de 1897 se le hizo saber “el gran agrado con que se ha visto sus constantes trabajos para mejorar el armamento portátil de nuestro Ejército y se le dan por los mismos las gracias”. Por Real Orden de 29 de marzo del mismo año se le otorga el abono de sueldo de coronel. Continuó destinado en el Ministerio dedicado a asuntos técnicos hasta marzo de 1902 que fue nombrado ayudante de campo del general de brigada Carlos Espinosa de los Monteros, secretario de la Junta Consultiva de Guerra, cargo que dejó de desempeñar en octubre volviendo destinado al Ministerio.

En febrero de 1903 ascendió a coronel de Artillería y pasó destinado a la Escuela Central de Tiro, Sección de Cádiz, en octubre del mismo año fue destinado de director del Parque de Artillería de Santa Cruz de Tenerife, donde se incorporó en diciembre. A partir de este momento, comenzó una larga enfermedad por la que pidió licencia para trasladarse a Madrid, donde falleció el 18 de diciembre de 1904 a los cincuenta y seis años de edad y cuarenta y uno de servicio. El coronel Santamaría fue soltero. Estaba en posesión de la Cruz sencilla y de la Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Autor: Ubaldo Martínez-Falero del Pozo

Fuente: https://historia-hispanica.rah.es/