Parque Minero de Almadén (Ciudad Real)

Tipo de Monumento: Edificio Civil

Periodo: Época romana

Declaracion Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: 2012

Dirección: Almadén (Ciudad Real)

Visitable: Si

Introducción

El Parque Minero de Almadén, comprende un espacio vinculado a la Mina de Almadén o Mina Vieja, situada al O del núcleo urbano de Almadén, en concreto el espacio definido por el Cerco de Buitrones, el Cerco de San Teodoro, las escombreras y varios lugares cercanos en los que existen un yacimiento arqueológico vinculado a la mina (al NO del cerco minero) o un inmueble destacado vinculado a la mina (al SE del cerco minero).

El extraordinario conjunto patrimonial industrial de épocas medieval, moderna y contemporánea que constituye la Mina de Almadén y sus elementos, un yacimiento arqueológico de cronología medieval, moderna y contemporánea vinculado a la mina, otro elemento inmueble moderno y contemporáneo (ermita) de notable entidad, situado en un entorno susceptible de albergar restos arqueológicos de otros inmuebles históricos interesantes desaparecidos. La existencia de estos elementos patrimoniales se encuentra en relación directa con la existencia en el subsuelo de este espacio del mayor yacimiento de mercurio del planeta, y con la creación de la Mina de Almadén y de toda la infraestructura asociada a la misma, con elementos de Arqueología Industrial extraordinarios. El «Entorno» comprende un espacio también vinculado a la Mina, pero en la parte exterior del denominado Cerco de Buitrones.

En este apartado encontramos, aparte de toda la construcción del entramado del pueblo, a partir de las minas, tres edificios que entrarían dentro del objeto de BIC. Estos son:

Castillo de Retamar. Foto: almaden.es

Castillo de Retamar, situado en el centro del casco urbano histórico de Almadén. Es un castillo medieval, que permanece como inmueble en ruinas mínimamente acondicionado y habilitado, parcialmente destruido y con susceptibilidad de mostrar más restos arqueológicos ocultos en el entorno, dentro del ámbito propuesto. La existencia aparece vinculada al desarrollo histórico de la ciudad, de la que constituye uno de los restos materiales más antiguos, ya que se le otorga una cronología medieval indeterminada, aunque parece ser que en 1467 fue reforzado y ampliado por el clavero de la Orden de Calatrava, López de Padilla, y en 1535 parece ser que fue objeto de reparación, para posteriormente ser reutilizado como torre campanario entre otros fines.

Academia de Minas. Foto: almaden.es

Academia de Minas, situado en el centro del casco urbano histórico de Almadén. Es un inmueble de cronología moderna y contemporánea, la antigua Academia de Minas, de gran entidad patrimonial de acuerdo a su arquitectura muy notable y a su significado histórico destacado. Aparece vinculada a la de la Mina de Almadén y al devenir histórico de la ciudad, ya que el 14 de julio de 1777 el rey Carlos III dispuso por Real Orden la fundación de la Casa-Academia de Minas de Almadén, con el fin de formar al personal de dicha explotación, bajo la dirección del entonces regidor de la Mina D. Enrique Cristóbal Störr. Las obras comenzaron a finales de 1782, siendo director de las mismas el maestro de obras D. Antonio del Villar. Por fin, el edificio se ocupó en los últimos meses de 1785, siendo la cuarta institución más antigua del mundo dentro de su categoría. Se ha utilizado hasta 1973.

Casa de la Superintendencia. Foto: almaden.es

Casa de la Superintendencia, situado en el centro del casco urbano histórico de Almadén. Es un inmueble de época moderna y contemporánea, la antigua Casa de la Superintendencia o Casa del Superintendente de las Minas, un edificio muy importante en la historia de la ciudad, que actualmente se encuentra en un estado de ruinas muy avanzado, habiéndose edificado parcialmente sobre él una plaza y contando con restos sepultados por las ruinas; en realidad es un elemento a medio camino entre la categoría de inmueble y de yacimiento arqueológico, y aunque ha sido incluido dentro de la primera, parece necesaria la creación de un ámbito de protección específico para evitar su destrucción, que es potencialmente muy probable. La existencia está ligada a la de la Mina de Almadén y fue conocido vulgarmente como «Casa Grande» por la gran extensión que ocupaba. En ella residía el jefe superior del establecimiento minero y se ubicaban las oficinas de la Contaduría y Tesorería de la misma.

Visita

El Parque Minero de Almadén propone un fascinante recorrido por las entrañas de la tierra donde visitar el interior de una de las minas más antiguas del mundo, así como sus instalaciones dentro del Cerco de San Teodoro y el Cerco de Buitrones.

Una aventura única, que descubre las condiciones en las que vivían los condenados a galeras en las minas. La estructura conserva las huellas del oleaje marino a 300 km del mar actual y es un fiel reflejo de los usos del mercurio y de cómo una mina ha influido en el devenir de España y del mundo.

En el centro de recepción de visitantes se puede hacer una visita virtual a los cercos mineros y al interior de toda la mina de Almadén, apreciando los distintos tipos de estratificación a través del sistema de galerías y pozos desde la Edad Antigua hasta nuestros días.

En el Centro de Interpretación de la Minería, dentro de un antiguo edificio de compresores que data de la década de 1920, se pueden conocer los diferentes sistemas de explotación utilizados en la mina durante los últimos quince siglos.

Al adentrarnos a la mina interior, haremos un recorrido por la mina explotada en los s. XVI y XVII, bajando en una jaula de mina por el pozo de San Teodoro hasta la primera planta (50 metros de profundidad). Aquí podremos contemplar la Galería de Forzados, el Pozo y el Baritel de San Andrés, el Pozo de San Aquilino, el Plan de San Julián, la Ermita de la Virgen de la Mina…

Impresiona, por su forma y expresión especial, el malacate de San Andrés, una instalación de principios del s. XVIII que tenía como objetivo extraer el mineral a través del pozo del mismo nombre. Se trata de un torno vertical anclado en el hueco excavado para ello, alrededor del cual se arrolla una soga o marona. El tambor se desplazaba movido por caballerías y los cables pasaban por unas poleas y suspendían las soleras con mineral. El baritel es el espacio excavado en la roca y recubierto por una cúpula de ladrillo y piedra.

En el conjunto histórico minero-metalúrgico de exterior podemos ver los Hornos de Aludeles o Bustamante (1720). Éstos consistían en un gran depósito sobre el que se colocaba el cinabrio, descansando sobre una red, debajo del cual estaba el combustible. El vapor de mercurio producido por la tostación pasaba por unos orificios en la pared del vaso a una camarilla de la que salían por una serie de caños de barro enchufados (aludeles) hasta una reguera donde era fácilmente recogido. Podremos ver los únicos aludeles conservados en perfecto estado de los 16 pares utilizados entre 1646 y 1928. Están declarados Bien de Interés Cultural desde 1994.

También podemos ver, en el Cerco de Buitrones, los Hornos de Tejera y Hornos Berrens. Los primeros servían para cocer aludeles para los Hornos de Bustamante y los segundos, descubiertos en el verano de 2008, se encuentran a nivel arqueológico y fueron un proyecto frustrado de hornos para la destilación del azogue durante el s. XVII.

En el antiguo Almacén de Mercurio, construido en 1941 para la protección del azogue en una fecha conflictiva en la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial, se puede visitar el Museo del Mercurio. En él hay salas dedicadas a la geología y la paleontología de la zona, las ciencias del mercurio con experimentos interactivos de física y química del mercurio, la historia de la metalurgia de este metal y la sala de pesaje y envasado. Además, en el sótano podemos conocer la historia de las minas y del transporte del mercurio desde Almadén a las atarazanas de Sevilla para llevarlo después hasta América.

Además de los anteriores, también podemos visitar dentro del Parque Minero, los Hornos Pacific, la chimenea de los Hornos Cermax-Spirek, la fragua y los talleres de ajuste y carpintería, antiguas oficinas, restos arqueológicos de la antigua central eléctrica, la antigua hospedería, el castillete de San Aquilino…

Características

Para entender la importancia de la mina valen dos datos, ha estado en activo 2000 años y un tercio de todo el mercurio que ha utilizado la humanidad ha sido extraído de ella. La prohibición de seguir usando mercurio desde 2011, dictada por la Unión Europea debido al riesgo de envenenamiento por mercurio, llevó al cierre de la mina, si bien existe todavía una gran cantidad de cinabrio sin extraer.

La mina está propuesta como «Global Geosite» (Lugar de interés geológico español de relevancia internacional) por el Instituto Geológico y Minero de España, por su interés metalogenético con la denominación «MM001: Mina de Almadén» dentro del grupo de contextos geológicos «Mineralizaciones de mercurio en la región de Almadén».

El yacimiento de Almadén se formó hace unos 430 millones de años, cuando las arenas que dieron lugar a las cuarcitas que hoy forman su subsuelo se estaban depositando bajo el mar en una plataforma continental de poca profundidad. Contemporáneamente con este episodio sedimentario surgió un volcanismo profundo de tipo básico que arrastró el mercurio desde las entrañas de la Tierra. En aquel momento, el lecho marino estaba formado por una arena permeable que permitió el paso de las soluciones circulantes que las impregnaron de mercurio. El mercurio se combinó con el azufre, en parte de origen profundo y en otra marino, formando el cinabrio (HgS). El metamorfismo posterior de estas arenas dio lugar a la cuarcita de Criadero actual. En cambio, las pizarras circundantes son estériles, por la impermeabilidad de las arcillas que dieron lugar a aquellas posteriormente.

En la zona de Almadén existen otros yacimientos de mercurio de menor importancia como son El Entredicho, Las Cuevas, La Concepción Vieja y la Concepción Nueva. La producción conjunta de todos estos yacimientos se estima que asciende a unos 700 000 frascos de mercurio (con una capacidad de 2,5 litros cada uno, unos 34,5 kg8​), algo menos de la décima parte que la mina de Almadén, lo que da idea la excepcionalidad de la última.

En todos los yacimientos de Almadén el mineral principal es el cinabrio (sulfuro de mercurio) con su característico color rojo bermellón, presentándose casi siempre masivo y raramente cristalizado. La otra mena, aunque difícilmente recuperable por su movilidad, es el mercurio nativo.

Desde 2002 las minas se encuentran clausuradas debido a la caída del precio del mercurio en el mercado mundial y debido a la reducción de uso por su elevada toxicidad que provoca el envenenamiento por mercurio y amenaza la dieta mediterránea por la presencia de mercurio en peces. De hecho, actualmente la mayoría de los termómetros son eléctricos o de alcohol tintado. No obstante, se encuentran en perfecto estado y en condiciones de abrirse de nuevo en el caso de que vuelva a ser rentable su explotación. En 2006 las puertas de la mina de Almadén fueron abiertas al público para poder visitarlas y poder disfrutar de la experiencia de descender a 50 metros de profundidad y ver cómo era la mina con el paso de los años y cómo fue explotada con las tecnologías de cada época.

Historia

No se sabe cuando comenzó la explotación de la Mina de Almadén, aunque es posible que se remonte a la época de los fenicios y cartagineses. Durante la dominación romana la mina tuvo una gran importancia, pues se convirtió en el principal centro de producción de bermellón del Imperio.

El bermellón no es otra cosa que cinabrio de gran riqueza, molido y lavado para eliminar las impurezas que contenía, generalmente de cuarzo. Se obtenía moliendo el cinabrio hasta reducirlo a polvo y, lavándolo varias veces se conseguía un color rojo muy potente. Con él se pintaban de este color múltiples cosas y objetos de lujo, desde los ojos de las estatuas de los emperadores hasta los coloretes de las mejillas de las patricias romanas.

La importancia de esta mina nos la muestra Teophrasto cuando decía que “se estimaba mucho el cinabrio duro y de finas arenas que procedía de Hispania” o Plinio cuando nos explica que “esta mina se cerraba con llave, la cual guardaba el gobernador de la provincia y cada vez que la había de abrir era necesario una orden del Emperador, y que se volvía a cerrar en sacando la cantidad suficiente para enviar a Roma”.

Una característica de la explotación en época romana es que la transformación del mineral se hacía en Roma, y no en Almadén. La utilización del mercurio o azogue por los romanos fue escasa, según Plinio el “argentum vivum (azogue virgen) que resuda el mineral, era útil para limpiar el oro de las impurezas”. El trabajo de la explotación fue llevado por esclavos, que tuvieron que aguantar un trabajo duro e insalubre.

La ubicación de la mina o minas de azogue explotadas por los romanos es un tema que aún hoy en día es controvertido. Actualmente se identifica a la lugar de La Bienvenida con la ciudad de Sisapo, aunque las minas de cinabrio, según Plinio, se encontraban en la región sisaponense, y no en la propia ciudad. Por ello, parece lógico pensar que la famosa mina era en realidad un conjunto formado por la minas de Las Cuevas, de Guadaperal (las cuales, al redescubrirse durante el S. XVIII, presentaban signos de haber sido explotadas por los romanos) y la mina de Almadén, que debido a una intensa explotación milenaria, ha borrado los restos de las antiguas explotaciones. La razón por la que el lugar de Sisapo se encontrase apartado de dichas minas se debe a que era también el centro gestor de todo un gran conjunto de minas que se localizan en esta zona de Sierra Morena.

Durante la baja romanidad y el reino visigodo, las minas tuvieron que bajar mucho su producción, aunque tanto San Agustín como San Isidoro de Sevilla hablan de la explotación de la Mina. Será durante el dominio islámico de al-Andalus cuando la Mina de Almadén adquiriese mayor importancia, cuando el azogue fuera utilizado en medicina y como amalgama del oro y de la plata. Una nueva utilidad que hasta el momento apenas había sido estudiada en España, son las numerosas piezas de cobre sobredoradas al fuego (adornos de jaez, correaje, etc), y en las que el mercurio fue un componente esencial. Muchas de estas piezas de metal han aparecido en las excavaciones arqueológicas de Calatrava La Vieja y en otros yacimientos medievales de la provincia, como es el de Alarcos.

Fue entonces cuando la Mina adquirió gran importancia, tomando incluso el nombre de al-madin (la mina, en árabe), dependiendo administrativamente de la ciudad de Qalat al-Rabat (Calatrava la Vieja, Carrión de Calatrava). Tal fue su importancia, que Ubu Fadi Allak´Omari, nos dice que “… al norte de Córdoba hay una mina, de la que se extrae azogue y cinabrio que son exportados al mundo entero”.

Tras la conquista castellana de la zona, entre el S. XII y XIII, las minas fueron donadas por Alfonso VIII a la Orden de Calatrava, quien siguió explotándolas y produciendo azogue, bermellón y solimán (sublimado corrosivo, que fundamentalmente se utilizaba para curtir cuero), que se distribuía por Europa, el Mediterráneo, e incluso a Asia.

A partir del S. XV, la Orden de Calatrava arrendó la Mina a genoveses y catalanes, quienes se hicieron cargo de la explotación y comercialización de sus productos. A partir de 1512 los beneficios de la mina pasaron a la Corona, como parte del maestrazgo de la Orden de Calatrava; siendo en 1523 cuando se hizo como única poseedora de la mina.

Con el descubrimiento de las minas de oro y plata de América y la aparición del método del patio para la amalgación de los minerales la demanda de azogue aumentó considerablemente, pues gracias a la utilización del azogue se reducían los costes de producción y se conseguía que minas pobres en mineral fuesen rentables.

Durante el S. XVI la monarquía española arrendó las minas de Almadén a diferentes personas, destacando entre ellas la familia de los Fugger, llamados Fúcares en Castilla, quienes acabarán arrendando la mina a lo largo de más de un siglo, debido a que la Corona les tenía que ceder la renta de los maestrazgos a cambio de las importantes sumas de dinero que estos banqueros adelantaban. El arriendo de los Fugger en Almadén terminó en 1645, cuando esta casa entró en bancarrota; en ese momento, la Hacienda Real se hizo cargo de la Mina.

Uno de los grandes avances del S. XVII fue la instalación de los hornos de alaudeles, en 1646, por parte de Juan Alonso Bustamante, que irán sustituyendo paulatinamente a los hornos de xabecas. Con el fin de impedir las fugas de los presos, Mateo Naguelio ordenó construir en 1644 una galería que comunicaba la cárcel de forzados con el socavón de la mina del Pozo.

El siglo XVIII comenzó con la explotación de la Mina del Castillo, cuando en 1697 se descubrieron muestras de roca de cinabrio en el corral de una casa cercana al castillo. Gracias a la explotación de esta mina, la producción de azogue aumentó considerablemente durante dicho siglo.

El siglo XIX se caracterizó por la práctica desaparición de los entibamientos de madera, sustituyéndolos por mampostería. La producción siguió siendo muy alta, apareciendo nuevos descubrimientos, como el de la Concepción Nueva de Almadenejos. Se introdujeron bombas mecánicas para el desagüe y ascensores para subir y bajar obreros y mineral. El último tercio del siglo se caracterizó por el arrendamiento en 1870 de la Mina a la familia Rostchild, quien se encargó de su explotación.

El siglo XX comenzó con la posibilidad de vender el establecimiento minero, y así se creó el Consejo de Administración de las Minas de Almadén y Arrayanes, con sede en Madrid, en 1918. Se encargó de modernizar el establecimiento minero, dotarlo de una central eléctrica, nuevos hornos y sistemas modernos de explotación, aunque sin llegar a convertir a Almadén en un centro puntero de la minería. Durante la Guerra Civil española, la mina no dejó de funcionar, y tras el conflicto el cinabrio se convirtió en un producto muy valioso de exportación debido a la gran necesidad de mercurio en la industria armamentística, ya que se utilizaba como fulminante en las armas. En todos estos años se utilizaron presos políticos para realizar trabajos forzosos en la mina, lo que contribuyó a conseguir en 1941 la mayor producción de mercurio de la historia. Hacia 1950 trabajaban en la mina unos 2.200 obreros.

Fue a partir de la década del 70 del siglo XX, cuando, por su carácter contaminante, comenzó a realizarse una campaña internacional en contra del uso del mercurio en una serie de usos industriales y agrícolas, lo que conllevó un descenso del consumo y del precio. De la década del 70 a la del 90, Almadén fue líder mundial en la producción y venta de mercurio virgen, aunque tuvo que reducir su producción para mantener los precios del mercado. En 1982 se creó la empresa pública Minas de Almadén y Arrayanes S.A. Debido a las directrices europeas y al cambio de los mercados, la explotación de la mina cesó definitivamente en el año 2003, acabando así una actividad minera que desde el S. IV a.C. había sido casi continua.

Visita

Dirección: Cerco San Teodoro, s/n

Horario de invierno (octubre-abril): martes a domingo de 10.00 a 14.00 y de 16.30 a 19.30 h.

Horario de verano (mayo-septiembre): martes a domingo de 10.00 a 14.00 y de 15.30 a 18.30 h.

Precio entrada: 13 € (tarifas especiales para niños, mayores de 65 años y grupos)

Teléfono: 926 265 000

Sitio Web: www.parqueminerodealmaden.es

Localización

Las imágenes

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