Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real)

Tipo de Monumento: Molino de agua

Periodo: Siglo XVI

Visitable: Visitas guiadas Parque Nacional de Cabañeros

Introducción

La finca “Cabañeros” contaba con varios molinos como el situado en el Brezoso, un valle actualmente integrado en el Parque Nacional.

El Molino del Brezoso está situado en una ladera de un pequeño monte, cerca del embalse del Brezoso, desde donde nace el arroyo cuya agua mueve el molino, en medio de un gran robledal, que aunque aparentemente es muy modesto debió tener un caudal importante en otras épocas o bien en la estación húmeda deja correr las suficiente agua para poder mover el molino.

En sus orígenes, siglo XVI, fue un molino harinero para consumo humano, pero en sus últimos tiempos se empleó para obtener piensos para animales. No es el único molino de la zona de Cabañeros pues existen otros muchos más, todos ellos del siglo XVI con excepción del molino de El Molinillo datado del siglo XIV.

El último molinero que allí trabajó y vivió con su familia fue Eusebio Ortega, conocido como ‘El Tío Pica’, hasta que se mudaron en 1958 al recién creado pueblo de colonización Pueblonuevo del Bullaque.

Desde entonces el molino quedó abandonado hasta que en 2010 el Parque Nacional de Cabañeros acometió una minuciosa obra de restauración del edificio, siendo lo más fieles posible a su estado original y su maquinaria.

Se ha convertido, además, en un museo etnográfico donde conocer de cerca la importancia que han tenido los molinos en el desarrollo de la humanidad y el modo de vida de las personas que lo utilizaban a través de imágenes y diferentes utensilios.

Antecedentes históricos de los Montes de Toledo en torno al Molino del Brezoso

El Molino del Brezoso está ubicado en el interior del P.N. Cabañeros es un molino hidráulico de balsa y cubo, de una piedra, de invierno y cuyo nombre le viene del arroyo que lo alimenta. Torrente que recibe el agua de un pequeño embalse natural con una pequeña presa posiblemente de origen medieval. Es difícil datar un molino de estas características en una fecha concreta debido al lugar donde se encuentra, pero si es posible ubicarlo en un periodo de tiempo estudiando el entorno que lo rodea. De esta forma he llevado a cabo esta modesta investigación sobre el Molino del Brezoso.

Tras algunos asentamientos del bronce y más tarde importantes núcleos de los carpetanos, fueron los romanos, a partir de la toma y construcción de Toledo, los que realmente tejieron una importante estructura administrativa y crearon una compleja infraestructura en comunicaciones como son las vías, calzadas, puentes, etc. En torno a las cuales surgieron diferentes tipos de asentamientos. Paralelamente a estas infraestructuras una de las grandes preocupaciones de los romanos era el abastecimiento de agua para estos asentamientos y poblaciones, de ahí que realizaran grandes obras de ingeniería hidráulica como son los acueductos, azudes, presas y demás canalizaciones y aprovechamiento de los recursos del agua.

Aquí en los Montes, como en otras zonas de la península, también crearon una serie de calzadas y vías de segundo orden que cruzaban este territorio, de las cuales se diferencian dos de importancia, origen de las actuales carreteras. Una entre Toledo y Mérida y otra entre Toledo y Córdoba. Y explotaban principalmente algunas minas de no mucha importancia y practicaban la caza. La llegada de los visigodos a fines del s.V y entrada la decadencia del Imperio Romano fue una inyección de savia nueva que influyó sobre todo en los monumentos religiosos con la aparición de los primeros monasterios en el territorio de los Montes y aledaños, y con la presencia de otros tantos elementos arquitectónicos cuya característica sería más, un particular enfoque de la ornamentación que unas edificaciones grandiosas, además de aprovechar las construcciones romanas para su uso. Algunos de estos elementos sirvieron de base también para las posteriores edificaciones de los musulmanes durante su ocupación desde el s.VIII., y en numerosas ocasiones tapaban y lodaban de barro algunas construcciones como molinos de agua, canales de riego, cloacas, para posteriormente darles su propia identidad. Esto se debía a su vieja rivalidad cultural.

Igual que los romanos eran grandes ingenieros y conocedores de las técnicas de trabajos con la piedra como principal material, y su culto al agua, también fueron los musulmanes con el barro, la cerámica y su respeto y especial culto al agua, además de sus sofisticados sistemas de regadío, cultivos y diferentes aprovechamientos hídricos. Lo que se convierte de forma positiva en uno de los mayores legados para nuestra cultura a pesar de ser invasores.

Durante la ocupación musulmana la población en estos Montes fue escasa, agrupándose en los valles interiores formando alquerías y pequeñas aldeas, a menudo en los caminos de importante paso. Los Montes facilitaron la presencia de los musulmanes, debido a su orografía, durante las diferentes campañas bélicas hasta la conquista de Toledo por Alfonso VI a principios del s. XI, y se le conocería con el nombre de Xara hasta dos siglos después que se define como territorio llamándose Los Montes de Toledo. Se van sucediendo diferentes batallas y el territorio pasa de mano en mano con los distintos reyes y las Ordenes Militares Religiosas. También se producen algunas repoblaciones, como la del valle del río Milagro cerca de Brezoso y del pantano de la Torre de Abraham cuya torre se levanta en 1146.

Con la batalla de Alarcos se despuebla de nuevo la zona y algunos habitantes se refugian en los montes, hasta que en 1215 el Arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada comienza la repoblación del recién nacido Territorio del Milagro. Una muy amplia zona que llagaba hasta Abenójar y con plaza fuerte en el castillo del Milagro. Años más tarde, concedidos los fueros para villas y algunas donaciones más, quedará definido el territorio que se llamará Los Montes de Toledo. Estas donaciones y privilegios permitían a los moteños continuar con sus actividades que eran, la caza, apicultura, la leña, la fabricación de carbón y en menor medida, debido a las alimañas, la cría de ganado y pastoreo, y además les autorizaba a perseguir bandoleros, los llamados golfines. Este hecho propició la creación de la Hermandad Vieja.

Durante este mismo siglo y el XIV se siguen haciendo repoblaciones por la comarca como por ejemplo la fundación del Molinillo, aldea fundada por Lázaro Martín en 1376 con habitantes llegados de La Puebla del Milagro. El nombre del pueblo le viene de un molino hidráulico, propiedad de Lázaro Martín, con ese nombre y que ya daba servicio a la zona años antes de la fundación del mismo.

Volviendo a la Hermandad; los escasos pobladores de estas sierras cuya ocupación principal era la caza y las colmenas junto con la aparición de los golfines, fueron las dos razones que dieron lugar al nacimiento de la Hermandad. Luego se dividiría en tres: la de Talavera, la de Toledo y la de Ciudad Real. Esta Hermandad creó unos grupos de choque contra los salteadores, bandoleros o golfines que estaban formados por propietarios y pobladores de la zona, llamados cuadrilleros, consolidándose la Hermandad como tal. A partir del s. XIV con el apoyo recibido por la monarquía comienza a estructurarse jerárquicamente y adquiere una base más sólida, con propietarios de la ciudad a la cabeza, o alcaldes con intereses en los Montes, después regidores de algunos municipios de la zona y los cuadrilleros, en su mayoría trabajadores de las explotaciones y en otro plano quedaban los propietarios del medio rural. En definitiva el centro neurálgico era la ciudad de Toledo y desde aquí se actuaba en los Montes. Los propietarios de la ciudad salieron ganando en cuanto a protagonismo dentro de la Hermandad, pero la cuestión importante era resolver la proyección sobre la tierra de los propietarios rurales frente a los urbanos. Hecho que condujo a estos últimos, a conseguir cartas reales, fechadas en 1405 y 1408, que aseguraran sus heredades, colmenas, viñas, molinos, etc. Dato que nos indica de nuevo la presencia de molinos en la zona de los Montes.

La financiación de la Hermandad estaba determinada por la asadura primero, que consistía en el pago de un gravamen sobre el paso del ganado a través de las diferentes tierras, y después por el servicio y el montazgo, creados en 1338. Aunque realmente el verdadero negocio de los Montes que funcionó durante siglos fue la explotación colmenera y en torno a él, la Hermandad. El monopolio creado por la Hermandad daba un servicio ventajoso a los Montes y por otro lado también cometían numerosos abusos que generalmente sufrían los propietarios rurales y apicultores, puesto que los cuadrilleros estaban exentos de pagar tributos.

Los siglos siguientes hasta el XVI fueron de repoblación, creándose aldeas, caseríos y pequeñas comarcas más definitivas. El siglo XVI fue importante porque se dictan nuevas ordenanzas para los Montes, entre las que se encuentra una de 1551 para la conservación de estos por los daños que causaban las talas indiscriminadas de encinas, alcornoques, robles, fresnos, etc., y para su reforestación. Creándose un cuerpo de seis guardas armados, dos a caballo y cuatro a pie, cuya labor consistía en preservar y controlar el paso de ganado, el tránsito de viajeros y el corte de leña. También es cierto que a menudo cometían abusos de poder, con las consiguientes quejas de los de los cuadrilleros, encargados de perseguir a los golfines.

En los siglos siguientes hasta el XIX se suceden diferentes episodios políticos y sociales. Abre los ojos una incipiente industrialización textil en diferentes comarcas toledanas a partir de 1730 con lo cual siguen funcionando los batanes y a finales de este siglo, los pueblos de los Montes solicitan por primera vez la independencia de Toledo. A la par surgen grupos de guerrilleros en respuesta a la invasión francesa. Durante principios del XIX siguieron los movimientos emancipadores en los Montes con la difusión de algún que otro manifiesto, proclamando su independencia de Toledo y una justa ordenación territorial. Esta ordenación dio lugar a una división provincial, con el beneficio de unos cuantos, con un reparto de tierras que generó el nacimiento del latifundio en esta comarca. En 1835 desaparecen las Hermandades del reino. Más tarde comienzan las escaramuzas carlistas que poblaron los Montes de bandoleros y serían perseguidos hasta entrado el s. XX. Con la desamortización de Mendizábal en 1855 queda muy mermado el patrimonio comunal y artístico de estas tierras.

En cuanto a la abundancia de molinos hidráulicos, acompañada de una abundante y rica flora y fauna, diremos que a parte de las menciones tratadas anteriormente, en las Relaciones de Felipe II en 1576, correspondientes a la zona comprendida entre: Retuerta, Alcoba, El Rostro, Los Cadocos, ( Navajarra, Navalrincón o Santa Quiteria), y El Molinillo, nos recuerda la existencia de molinos en los ríos y arroyos de la zona, lo que corrobora esta existencia. Habla de cinco en Retuerta, en el Rostro dos molinillos, Alcoba habla de algunos molinos en las cercanías del Rostro y uno en los Cadocos y también el del Molinillo y alguno más. Uno estos molinos cercanos al Rostro muy probablemente fuera el de Brezoso. Sí menciona el nombre de los propietarios pero no la ubicación de los mismos. Teniendo en cuenta que aunque la mayoría de estas poblaciones se fundan en principio del XVI según estas relaciones, si que es cierto que tienen antecedentes históricos documentados como pueblos, aldeas y caseríos nacidos con muchos años antes, lo cual no nos permite hasta el momento certificar la verdadera fecha en nuestro caso, del Molino de Brezoso pero según los antecedentes bien podría ser perfectamente del siglo XV. No obstante la investigación sigue abierta.

FUENTES DOCUMENTALES:

- Cronología Histórica de los Montes de Toledo.

- Caminería Hispánica.

- Camino de Toledo a Córdoba por el paso de Alhover y su defensa.

- Espacio y territorio de los Montes en época musulmán

- El reino en tiempos de Alfonso VIII.

- El Fuero de Toledo.

- Historia de Fontanarejo.

- Historia Medieval.

- La Hermandad de los Montes de Toledo entre los siglos XIV y XV.

- Obra de D. Rodrigo Ximénez de Rada

- Reales Ordenanzas de Toledo.

- Reconquista y Repoblación en los Montes de Toledo.

- Relaciones de Felipe II.

Domingo Alberca Manjavacas

Revista MOLINUM nº 24 Enero-Febrero 2011

Historia del Molino del Brezoso.

El agua uno de los elementos básicos en el origen de la vida, energía pura e inagotable que deja su marca en el paso de la historia. Desde hace milenios se convirtió en una importante fuente de energía que junto con la gran invención de la rueda dio lugar al nacimiento de los molinos hidráulicos. Ingenios de origen greco-romano, extendidos y desarrollados por la cultura árabe a través del Califato de Córdoba, siendo pieza fundamental para el desarrollo del ser humano dentro de muchas culturas.

La comarca de los Montes no queda ausente a la presencia de estos ingenios como demuestran numerosas referencias documentadas como la del Molinillo. Pueblo fundado en 1376 por gentes llegadas de la Puebla del Milagro y cuyo nombre le viene de un molino hidráulico que ya daba servicio a la zona antes de la fundación del pueblo. Años más tarde la comarca de los Montes ya contaba con numerosos molinos de este tipo, como bien recogen las Relaciones de Felipe II en 1576: 5 en Retuerta, 7 en Navas de Estena, 2 en El Rostro, uno en los Cadocos, al menos 3 en el término de Alcoba 20 cercanos a El Rostro y alguno más. Uno de estos molinos cercanos al Rostro se cree que fue el Molino de Brezoso. Todos estos molinos generalmente eran de invierno, pues estaban ubicados en arroyos y pequeños ríos que se secaban en verano. Situándonos en el siglo XVI, el molino de Brezoso era un molino harinero en el que se molturaban principalmente cereales para el consumo humano y en ocasiones se molían piensos para animales, sobre todo siglos después cuando se extendió la ganadería y el pastoreo. Entonces se molía para los bueyes, vacas y para los perros de las Realas. El último molinero dedicado a la molienda fue el tío Aniceto, aunque después hubo un guarda, Eusebio “El Pica”, que habitó en la vivienda y molía esporádicamente para el ganado siendo el último que lo utilizó en la década de los cuarenta. Este guarda usó una zona al otro lado del arroyo como huerta para su autoconsumo y junto al molino a la izquierda unas porquerizas, cuyos restos aún se conservan. Después el molino se abandona lo que le llevó a un nivel de deterioro considerable.

Domingo Alberca Manjavacas

Revista MOLINUM nº 24 Enero-Febrero 2011

Restauración del Molino.

Restauración del Molino Brezoso. Parque nacional de Cabañeros

El Parque Nacional de Cabañeros, junto a un gran equipo multidisciplinar de profesionales, ha hecho posible la reconstrucción del edificio, la maquinaria del molino y sus alrededores.

No solo se ha hecho una intervención en el edificio y la maquinaria del molino, sino que se ha dotado al conjunto del edificio de las instalaciones adecuadas para albergar el centro de interpretación. Además de la limpieza y cuidado del entorno que rodea el bello paraje del molino. El proyecto de restauración de este molino ha precisado tiempo y constancia. Se ha cuidado cada detalle en la fabricación de los elementos que componen el molino hidráulico, creando una maquinaria similar a la que antaño trabajaban nuestros antepasados. Esta gran labor a quedado plasmada en un extraordinario audiovisual que se proyecta en una de las salas del molino, un excelente trabajo efectuado por un profesional de este gran equipo.

Domingo Alberca Manjavacas

Revista MOLINUM nº 24 Enero-Febrero 2011

Procedencia del Agua.

Embalse Brezoso. Parque nacional de Cabañeros

El arroyo del Brezoso y su embalse se funden en un ecosistema rico en fauna y flora. Este pequeño embalse da vida a numerosos anfibios y reptiles y a él acuden cigüeñas negras, garcetas, nutrias y diferentes tipos de aves y mamíferos. También podemos encontrar especies vegetales como los rebollos y los brezales, que dan nombre al paraje.

Para hacer llegar el agua hasta el molino originariamente se derivó una canalización desde el arroyo llamada “caz”, desviando su trayectoria hasta una balsa, que ha sido aprovechada actualmente para alimentar el molino con el líquido elemento. Desde aquí el agua entra al molino y pone en funcionamiento el mecanismo hidráulico. Una vez el agua ha cumplido su misión retorna de nuevo al arroyo.

Observando cómo el agua se marcha y recibiendo la que llega, permanece eterno el molino del Brezoso. Día tras día el agua continúa su camino, vuelve a su cauce gota a gota recorriendo los valles para volver a ser fuente de energía y vida. Los molinos siempre han sido un ejemplo de respeto al medio ambiente, por la utilización de energías alternativas y renovables, por el culto a la tierra y por la deferencia de las gentes que los habitaban hacia el medio natural que los rodeaba. Se dice que estaban en perfecta armonía con el ecosistema. El auténtico equilibrio entre el ser humano y la naturaleza.

Quiero agradecer a todas las personas que han trabajado y colaborado para recuperar del pasado no solo un edificio con un molino dentro, sino un pedazo más de esa cultura que nos precede y nos da identidad, y que por tanto hemos de difundir.

Domingo Alberca Manjavacas

Revista MOLINUM nº 24 Enero-Febrero 2011

Localización

La visita al Molino del Brezoso se enmarca en el recorrido de visitas guiadas del Parque Nacional de Cabañeros.

Localización

Las imágenes

Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) Molino Brezoso en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real)

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