Diccionario histórico geográfico, Hervás y Buendía (3)

Hervás y Buendía, Inocente. Diccionario histórico geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real. Ciudad Real, 1914

CIUDAD REAL

MINAS.- La necesidad igualmente apremiante de ir salida á las aguas pluviales que se estancaban por la parte del saliente e mediodía de la ciudad, siendo origen de epidemias mortíferas que diezmaban su población y de graves perjuicios materiales, obligó á pensar en la construcción de sus minas ó desaguaderos. No existen documentos que precisen su principió, pero dado el desarrollo que Ciudad Real adquirió, no puede llevarse más allá de los primeros años del siglo XIV. En 1505 se mandan limpiar, por que la desidia y dejadez hacía entonces é hizo siempre, que operación tan necesaria no se emprendiera hasta tanto que las aguas inundaban sus calles, llegando en ocasiones repetidas hasta la Plaza. D. Fernando el Católico concedió en 1506 á esta ciudad mil escudos para la construcción de las minas de la Celada, y su ayuntamiento adquiría en 1655 los terrenos necesarios para continuar las zanjas y contraminas, hasta hacer verter las aguas en el Guadiana, completando así el desagüe.

TERREROS.- Pero la abundancia de las lluvias en 1782 hizo del charco de los Terreros una gran laguna, de la que desaguó una parte á su costa el cardenal Lorenzana. Los calores del estío, corrompiendo aquellas aguas detenidas, las hicieron germen fecundo del paludismo, el que cebándose sin piedad en los vecinos de esta población, hubo de causar víctimas numerosas; para contrarrestar sus terribles efectos hubieron de venir en su auxilio con medicinas y socorros abundantes el Consejo de Castilla y el generoso arzobispo de Toledo. Comisionó aquel alto cuerpo, en 1786 á D. Alvaro Maldonado y. Treviño, para que estudiara los medios de concluir con aquel foco de pestilencia, que amenazaba extinguir una población floreciente, y en un brillante y razonarlo informe propuso el terraplenar los Terreros, porque su bajo nivel no permitía el desagüe, utilizando después aquellos terrenos para cereales ó para un buen paseo. Manuel García, maestro de obras, presentó por su parte un proyecto de mina por el camino de Andalucía, pero el ayuntamiento dió su completo asentimiento al proyecto del S. Maldonado, aprobándole en todas sus partes, aunque manifestaba á la vez, que para la ejecución de aquella obra necesitaba un millón de reales, cantidad que no estaba á su alcance.

No fondos sobrados y recursos abundantes han menester las grandes empresas; los pensamientos fecundo y levantados para su ejecución, sino un alma a la altura de su misión y un corazón generoso, que mirando de frente las dificultades, acierte á arrostrarlas con serenidad; éste á fuerza de abnegación y de ingenio hallará prontamente los medios que juzga imposibles la inteligencia perezosa o la indiferencia pusilánime. Felizmente Ciudad-Real halló al hombre que necesitaba precisamente cuando á sus vecinos desde 1865 á 1868 rodeaban las tristes y dolorosas circunstancias que en 1783. D. Agustín Salido y Estrada, ilustre hijo de Almodóvar del Campo y gobernador en aquel tiempo de esta provincia, concibió la feliz idea de realizar el proyecto del S. Maldonado y lo consiguió terminando las obras de desecación en el mes de julio de 1869.

AYUNTAMIENTO.- En 1484 los Reyes Católicos autorizaron á este concejo para confiscar la casa de Alvar Diaz, para construir su ayuntamiento. Hizo el plano y dirigió la obra el maestro D. Manuel Pérez de Valenzuela, pero caminaba ésta con notoria lentitud, puesto que en 1526 concedían el Emperador y su madre doña Juana autorización para hacer un reparto de 120.000 maravedís con las que completar su construcción. Tenía éste su capilla dedicada á la Purísima Concepción de N. Señora, la que se abrió al culto el 1523. En el año 1766 se incendió juntamente con los corredores contiguos, quedando ileso el archivo; pero declarado ruinoso en 1364, el arquitecto D. Cirilo Vara y Soria formó el proyecto del nuevo edificio, cuya construcción se adjudicó en pública subasta á D. Joaquín Casado en 44.153 escudos con 495 milésimas, poniendo el citado D. Agustín Salido su primera piedra el 23 de Enero de 1868.

PLAZA.- Hallábase construida desde su principio con portales sobre postes de madera, desiguales en su forma y altura, y sobre ellos se alzaban largos corredores y grandes ventanas y balcones, también de madera, de forma variada y caprichosa, según el gusto de sus dueños. En 1728 se acordó por el ayuntamiento darle mas simetría y belleza, y se principió la obra, la que se ejecutaba á costa de los dueños de las casas; como la mayor parte de éstas pertenecían a iglesias, monasterio: y obras pías, el vicario se opuso fuertemente á tan importantísima mejora, por constituir una grave carga, y aun amenazó con la excomunión á los maestros que la ejecutaban; pero el ayuntamiento acudió al arzobispo de Toledo, y la obra continuó hasta el 1744 en que se dió á ella fin con los arcos que cerraban la calle del Pilar, y sobre los que se levantó después la nueva casa ayuntainiento.

Celebrábanse en ella invariablemente todos los años dos corridas de toros bajo la dirección del concejo en los dias 15 y 16 de Agosto, festividades de la Virgen del Prado y de S. Roque. Demostró siempre este pueblo gran afición á esta clase de espectáculos, así es, que no dejó de utilizarse para fines piadosos, cuando la necesidad de la obra apremiaba, si otro camino más facil no se hallaba para allegar recursos. En 1732 el cura de Santiago organizaba una fiesta de toros, para costear el dorado del retablo mayor de su iglesia, los hermanos de S. Juan de Dios dieron igualmente sus corridas en 1736, para levantar su arruinada iglesia, el concejo acudía al año siguiente á este recurso para terminar las obras del Prado y en 1761 solicitaban también el mayordomo de S. Pedro igual gracia, para la construcción del retablo de N. Sra. de la Guía, y la abadesa de las Franciscas pan concluir los retablos de S. Juan Nepomuceno y S. Francisco, siéndole concedida al primero y negada á la segunda. El recurso era ingenioso y productivo; como las ventanas eran de particulares, se solicitaba de éstos la cesión, vendiéndose después á buen precio.

En uno de los corredores de la Plaza tenía el vicario su sitial con almohada de terciopelo carmesí, desde el que presenciaba, las corridas de toros. Mandóle en 1640 el corregidor retirar, por parecerle que atributos tales solo eran permitidos á las personas reales; de injuriosa calificó la clerecía aquella determinación, y arroyando la autoridad del corregidor obligó á retirarse á sus ministros y dependientes, volviendo el sillón á su sitio. Siguió á estos actos el proceso consiguiente, el que se elevó á la Audiencia de Granada, y la parte que de él existe, es en extremo curiosa é interesante, para apreciar las costumbres de aquel tiempo y las relaciones entre las dos potestades.

PILAR.- En 1505 se compraban por el concejo unas casas, para con sus solares formar la Plaza del Pilar.

EL PRADO.- El Prado, conocido también por plazuela de la Virgen, era por este tiempo un lugar asqueroso, depósito de inmundicias é indecoroso é impropio, del soberbio templo que la piedad cristiana había levantado junto á él. Por, el año 1770, Isidoro de Madrid concibió la idea feliz de hacer en él un plantio de árboles, convirtiéndole en paseo, cuya idea aprobó el ayuntamiento y llevó a efecto. A instancias del corregidor se compraron unas casas para darle una forma regular, el arzobislio de Toledo dió la piedra para construir su graderia, y en 1792 constituía ya un bellisimo paseo, sin que nada le faltase de cuanto podía convenir a su embellecimiento, comodidad y recreo del vecindario.

Los árboles y flores recibían el agua de una noria próxima y por un encañado que desaguaba en una fuente, que ocupaba el centro del paseo. El 1º de Junio de 1821 rompióse la tuberia corriendo el agua por la calle que atravesaba; un Fanático creyó ver alli un milagro, corrió la voz por todo el pueblo, y á la noche siguiente inmensa multitud llenaba el paseo y la iglesia citando sin cesar ¡milagro!, ¡milagro!; á tales horas determinan sacar en procesión á la Virgen del Prado, y para obtener el permiso del vicario jefe politico, seis granaderos cogen al virtuoso párroco D. Esteban Ramón Sanchez de León, Ilévanle en triunfo, seguidos de todo el pueblo, el que ni un solo momento cesaba en sus aclamaciones á la Virgen; las autoridades enteradas del suceso se niegan y mandan que todos se retiren a sus casas, lo que consiguen no sin trabajo. A la siguiente noche se repite el tumulto, pero ya no es sólo un impulso religioso, aunque extraviado, el que lo motiva, sino que se oyen gritos políticos que hacen dividirse á los grupos en opuestas bandos, dispuestos á la agresión, lo cual conocido por el jefe político organiza patrullas y da órdenes severas, merced á las que se evitó una colisión sangrienta entre los vecinos.

TEATRO.- En este último tercio del siglo XVIII, tan fecundo en obras de embellecimiento y utilidad para Ciudad-Real, como funesto le fueron sus primeros altos por las calamidades y el hambre, que hicieron descender su población á la tercera parte, se construyó también el primer Corral de comedias por el artista Rafael Barona en 1779, y en el 1792 se introducía en esta ciudad la mejora del alumbrado de sus calles, costeando los faroles sus vecinos.

AGUAS.- No es hoy sólo cuando la cuestión de aguas preocupa seriamente á los ayuntamientos de Ciudad-Real. El P. Fr. Marcos de Santa Rosa, dominico, dirigia en 1773 la conducción de aguas desde la Atalaya y empleaba sumas respetables dos años después en el encañado de las de La Serna, término de Miguelturra. D. Antonio Ferreti en 1797 proponía á esta ciudad el traer agua suficiente para tres fuentes públicas y algunas particulares dé Linarejo, Higueruela y Hervideros del Villar; un reputado arquitecto reconoció por comisión del concejo los trabajos hechos por Ferreti en la Higueruela y Linarejo, el que declaró haber aguas bastantes y tener el declive necesario. ¿Qué causas esterilizaron tantos esfuerzos? El padre dominico que quejábase de la morosidad del ayuntamiento en facilitarle recursos bastantes para la ejecución de la obra; pero de no encontrarse algún defecto esencial en sus proyectos no se explica sus sustitución por los de Ferreti y el abandono de los sacrificios hechos.

INDUSTRIA.- Estudio bien meditado y detenido por persona competente emprendido necesitaba y está reclamando la historia de la industria de esta ciudad, para conocer su origen y progresos, por lo mismo que es completamente desconocida é ignorada. La guerra que tubo de sostener con la poderosa Orden de Calatrava por el largo espacio de mas de dos centurias, lo estrecho y reducido de sus términos, mermados después con la separación de Villar del Pozo,- no permitían á su agricultura y ganadería, principales grangerías de La Mancha, el desarrollarse hasta satisfacer las necesidades de un pueblo crecido; así es, que sus pobladores hubieron, para vivir, de apelar á la industria, condición necesaria é ineludible de Villarreal, ó ser industrial ó morir, no se daba medio. Villarreal prosperó desde sus primeros años, según hemos visto, constituyó una villa populosa y rica en pocos años suficientemente fuerte, para sostener una milicia permanente y hacerse respetar de la Orden y con estímulos bastantes para atraer á su recinto caballeros y comendadores de Calatrava contra las repetidas prohibiciones de los Capítulos Generales y con el aliciente de vicia más cómoda y holgada, y á moros y judios con el cebo de la ganancia.

No hemos podido por nuestra parte formar una lista detallada de las artes y oficios que se cultivaban en esta ciudad hasta el siglo XV, pero sí aparece como la principal la industria de paños, tan rica, adelantada y floreciente por este tiempo en esta ciudad y partidos de Almodóvar y Almadén; los dos batanes construidos á sus inmediaciones y las concordias entre los Maestres y este concejo sobre el arrendamiento y uso de los mismos por los vecinos de esta ciudad, sobradamente confirman este juicio. En el siglo XVI vemos ya numerosos y bien organizados gremios, en los que están representados casi todas las artes conocidas, con inclusión de la escultura y el tallado; elegían éstos todos los años el día de S. Miguel sus examinadores y los sastres su alcalde, probándonos, que Ciudad-Real era por este tiempo el centro industrial de La Mancha, siendo la condición de sus vecinos ó hidalgos ó artesanos, pues la agricultura estaba confiada á los moriscos.

La completa expulsión de éstos en número de cinco mil personas en 1613 mermó en tales proporciones la riqueza y población de esta ciudad y llegó á tal estado de postración y abatimiento, que Felipe III en los últimos años de su reinado, viendo que la condonación de tributos no era bastante á levantarla, ordenó hacer una información prolija del origen de su ruina y su remedio. Varios fueron los propuestos por su ayuntamiento al Rey, siendo los más principales la exención de los más onerosos tributos; que pesaban sobre los labradores, para que viniendo de fuera pudieran reanimar y dar vida á su muerta agricultura, la prohibición de la entrada de paños por Portugal, cuya concurrencia no podian sostener estos fabricantes, por lo que agonizaba su antes floreciente industria, el traslado de su antigua Audiencia, la corrección del lujo y venalidad de, los jueces; Felipe IV, su hijo, después de hacer una descripción terrorífica aunque exacta, de la triste situación de esta ciudad, se limita a concederles el mercado franco, que de antiguo venían gozando, trasladándole del martes al sábado; --15 de Marzo de 1621 --remedio harto insuficiente á un mal tan intenso y profundo, pero con el que hubieron de contentarse, fiando al tiempo y á si, trabajo la reparación de sus propios desastres. La industria á la par que la población de esta ciudad se rehabilitan á últimos del siglo XVII; vuelven otra vez á aparecer sus gremios y apenas hay arte ú oficio de los conocidos entonces, que no tenga en ellos representación. Rodrigo Mendez Silva nos dice labrarse en esta ciudad preciosos guantes, siendo desde antiguo famosos en España según Larruga. La fabricación de paños se reanimó algún tanto, ocupándose cuatro telares en las clases 14 años, 18 años y 22 años; fabricándose también sayales y rajas en lo que se invertian otros cuatro telares, y en los destinados á lienzos se confeccionaban tambien albornoces; así el ayuntamiento decretó la reconstrucción y habilitación del Batanejo.

La fábrica de armas instalada en 1575 desapareció, adquiriendo en cambio la de relojeria. Blas Muñóz, natural de Madrid, estableció en esta ciudad una fábrica de relojes, construyéndose en ella el de la iglesia de S. Pedro por encargo del ayuntamiento, el que colocó en Marzo de 1779. Pensionado por el gobierno de Carlos III para ir á París á perfeccionar su arte, le sustituyó Rafael Varona, el cual en instancia que en 1801 dirigía al Ministerio de Marina se llamaba relojero honorario de S. M. y director de la Real Fábrica establecida en Ciudad-Real. Cuando se fundó el Hospicio para dedicar los jóvenes en él acogidos al aprendizaje de las artes, concurrían á esta fábrica de Varona, establecida en su casa, hoy teatro, de 6 á 8 jóvenes.

MERCADO.- El mercado franco, celebrado todos !os martes hasta el 1612 que se trasladó á los sábados, atraía á la ciudad número no escaso de forasteros de los pueblos de la comarca; porque no gravitando sobre las mercancías ningún tributo en aquel día, se abarataban, lo que aumentaba el movimiento y la contratación. También en el siglo XV eran ya muy concurridas las ferias, que en los meses de Abril y Agosto celebraba aquí el comercio de suela; siendo Extremadura y en especial los pueblos de Fregenal, Zafra y Llerena los que enviaban mayor contingente de negociantes. En 1735 pretextando la momentánea, pero considerable despoblación y ruina de esta industria que sufrió la ciudad, sin que lograra después reponerse de esta última, pretendió el comercio la traslación de estos mercados á Almagro, entonces en el apogeo de su prosperidad; pero el ayuntamiento se opuso con energía á este proyecto y siguieron celebrándose sin interrupción.

POBLACIÓN.-Los delirios en que han incurrido los historiadores de Ciudad-Real, al señalar su población en las pasadas centurias, nos obligan á formar el siguiente estado:

Año Vecinos Habitantes
1530 1.211 r.
1590 2.400
1621 1.200
1646 798
1694 1.111
1734 800
1751 1.700
1787 1.885
1857 2.615 10.159
1877 3 344 12.746
1887 3.583 14.329

ALARCOS.- Ancho patio al que adornan y embellecen algunos árboles, y rodean fuertes y almenados muros, algunas habitaciones dispersas, sin orden ni concierto edificadas, y largo portal sostenido por columnas de piedra es lo primero que se ofrece á la vista del devoto, que sube la empinada cuesta, para rendir su homenaje y depositar su plegaria ante el altar de la Virgen de Alarcos. Sencilla portada de piedra da ingreso al templo gótico, en el que se vé impresa la huella de diversas generaciones y marcado a su paso el carácter y tendencia de cada una. Exp!éndido y magnífico el siglo XV y tan generoso como rico de fé é inspiración levanta el templo ojival de tres naves y dos capillas, que forman su crucero, con su severo y majestuoso artesonado, adornado con simbólicas pinturas, con sus esbeltas columnas agrupadas en haz y capiteles profusamente engalanados con animales, hojas de acanto y otros vejetales, tallados todos con singular maestría y primor, y con su grandioso rosetón, formado de círculos ]ovillados dispuestos en orden concéntrico y sobre su puerta principal. Consecuente con la historia del santuario da á su abside ó capilla mayor un sabor bizantino pronunciado é imprime a su retablo tal carácter de antigüedad, que con ser su forma original, sus principales giros y adornos del Renacimiento, y no caminar sujeto á reglas, crea la ilusión y la alimenta al sospechar que no fué este su primer asiento. Decadentes los siglos XVII y XVIII dejaron en el mayor abandono á esta joya del arte y de la piedad cristiana, y la acción destructora del tiempo amenazó de muerte a este histórico santuario, que guarda tantos recuerdos y atesora en sus ennegrecidos muros la historia de un gran pueblo. Pobre y abigarrado el siglo XIX emprende su restauración con fé, pero sin recursos ni inteligencia: así convierte su rico artesonado en cielo raso con tan mal arte ejecutado, que cubre parte del rosetón. que tanta belleza y gallardia da á la iglesia, y derrama tan sin tino el añil, la almagra y la cal, que cubre aqui hermosos capiteles con figuras alegóricas, molduras, relieves y, portadas dignas de mejor suerte; despoja a sus vetustos muros del añoso tinte, que dan los siglos, y ni aun respetan a la santa imagen cuya representación augusta, ya que no su primor y belleza, debiera infundir santo respeto y religioso temor.

Es la Santa imagen de mármol y de pié su postura, de rostro aislable y gracioso, no exento de majestad. Cubre su cabeza rica y bien plegada toca; está vestida á la romana con túnica y manto, airosamente plegado y recogido por los dos lados, formando vistosas caidas. Sostiene al Niño con el brazo izquierdo, y éste ase el manto con su mano derecha, mientras en la izquierda tiene un pájaro, el que por la distancia no hemos podido clasificar, ni por lo tanto interpretar su simbolismo. Perfectamente definidos los caracteres de esta venerada imagen, los que nos dicen ser del mismo tiempo que su ojival iglesia, no hay para qué extendernos en ampliar las consideraciones y pruebas, que así lo demuestran, ni tampoco hacer mención del testimonio de autorizados arqueólogos, que así lo afirman y tienen por cierto; la historia de Alárcos ha de ser bastante á desvanecer todas las dudas, si alguna pudiera caber.

Laccuris, mencionada por Ptolomeo entre Baeza y Toya, llamada también Larcuris en la lápida de Malagón citada por Cean Bermúdez, era una de las ciudades de Oretania perteneciente á su principal capitanía. Silencio no interrumpido guarda la historia de esta población por todo el largo período de las dominaciones romana, goda y musulmana hasta él año 1078 de la era cristiana, en el que Almotamid, Rey dé Sevilla, de acuerdo con Alfonso VI, la conquistó en unión de otras plazas de La Mancha, para formar la dote de su hija Zaida. Muerto Alfonso VII, el Emperador, la morisma cobra tales alientos, que amenaza concluir con el reino de Castilla, el que defienden en Calatrava dos monjes del Cister, mientras tiemblan los más bravos caballeros; Calatrava sostiene sobre sus almenados y fuertes muros el pendón de la Cruz, Toledo se salva, pero Alárcos con Caracuel y Almodovar sucumben al poder musulman. El Santo abad Raimundo conquista y puebla á la vez de cristianos los castillos y lugares, que logra arrancar á su enemigo, y los caballeros de Calatrava, sus hijos, van continuando la obra de su santo fundador, no dando descanso al acero, ni reposo á sus cuerpos encallecidos, y toman a Alárcos, declarándolo así el Papa Gregorio VII en 1187. Huyó la población musulmana ó pereció en la refriega, conservando únicamente los caballeros el castillo para su defensa. Cuando tres años después el Arzobispo D. Martín llegó á Calatrava, y en unión de su Maestre entró por territorio musulmán y avanzó hasta Andalucía, D. Alfonso de Castilla hallábase en Alárcos con gente aprestada para el combate, por si era necesario correr en su auxilio; llegando á su noticia que el Rey de Córdoba demandara de Africa urgente y poderosa ayuda, ordenó el Monarca se reparasen todos los castillos y fortaleza de La Mancha, dando la tenencia ó alcaldía de este de Alárcos á D. Diego López de Haro, señor de Vizcaya.

Tiempo adelante, creciendo el rey D. Alfonso en brios, y aprovechando la ausencia del amir Almanzor, llevó su gente basta Algeciras, donde alentado por sus triunfos despachó un mensaje al príncipe de los almohades, desaliándole á la pelea.

Conocedor Celestino III de este reto y del sesgo que tomaba la empresa, en cuanto que á más de las Ordenes Militares concurrían los Reyes de Navarra y León, se estremeció de júbilo. Mas nadie contaba con la celeridad de los armamentos y transportes de las tropas, que en breve tiempo el Califa hizo desembarcar en Algeciras - 29 de Junio - 24 horas tan solas se detuvo en este puerto, y á marchas forzadas, pasando por Sevilla, Córdoba y las Navas de Tolosa hizo alto un jueves 13 de julio á dos jornadas de Alárcos, con el firme propósito de obligar al Rey de Castilla á aceptar la batalla antes de recibir los refuerzos. El miércoles 19 de JuIio se trabó la famosa acción de Alárcos y Alfonso VIII, el mayor capitán de su época, fue vencido por Jacub.

Grande fué el estrago y horrible la mortandad causada en el ejército cristiano. Diez mil soldados que componían las mesnadas de las Ordenes Militares pelearon los primeros y vendieron á caro precio sus vidas. Con ellos murieron los obispos de Avila, Segovia y Sigüenza, que los exhortaban al martirio; quedando prisioneros 24.000, a los que Jacub puso en libertad para hacer gala de su generosidad. Siguió después su carrera devastadora hasta dar vista á Toledo y Alcalá de Henares, quemando y talando cuantas villas y aldeas halló a su paso.

El obispo de Palencia D. Rodrigo Sánchez nos refiere a este objeto, que después de tan funesta jornada Almanzor puso sitio á Alárcos, que defendía D. Diego de Haro; venía en el ejército musulmán D. Pedro Fernández de Castro, expatriado de Castilla á causa de su rivalidad con la casa de Lara, á la que el de Haro pertenecía; encargóle el caudillo musulmán de proponerles la rendición, cuya misión aceptó y se convino en dejar libre la guarnición con exclusión del D. Diego, que había de quedar prisionero y á disposición del de Castro; pero saliendo aquél de la plaza sin ser visto, pudo con sus dos hermanos burlar la vigilancia de los sitiadores y acogerse al campo cristiano. Rades avanza aún mas y asegura, que el de Haro huyó de la refriega con el pendón real, encerrándose en Alárcos, el que después entregó sin resistencia al musulmán. Pero una y otra versión es harto incierta por la confusión que reina en nuestros cronistas, al referir cuanto hace relación á tan funesta jornada.

Diez y siete años después el vencido en Alárcos emprende desde Toledo la felíz jornada de las Navas, que había de cubrir su nombre de imperecedera gloria y llenar de júbilo al mundo cristiano, y el primer día después de rendir á Calatrava, "Sólos los españoles con algunos extranjeros, nos dice D. Rodrigo, muy confiados emprendieron su marcha, al primer día llegaron á Alárcos donde acamparon, posesionándose de la población y de otros castillos cercanos, alcanzándeles allí D. Sancho rey de Navarra”.

Al dar Alfonso X á Villa Real su carta puebla nos dice de Alárcos; "despues que fui Rey, fuí en Alárcos, é en el Castillo, é en la Villa, é oviera voluntad de poblallo, é fazer hi grand Villa, é bona, é probe de facerlo por totodas guisas, é non pud, y fallé, que assí lo probaron los otros Reyes que fueron ante de mi, é non pudieron; ca era el Logar muy doliente, é por ningun algo non por franqueza, que les diessen, nin que les ficiessen, non podian hi fincar, ca non podían hi vivir, ca se perdian de muerte”. El Rey Sabio nos da la historia de este antiguo puebla tan completa y acabada como la pudiéramos desear. Desde 1212 los Reyes de Castilla comprendieron la necesidad que tenían de poseer en el corazón de los dominios de la Orden y a la vista de Sierra Morena una población importante por su riqueza y poder, fijándose en Alárcos, la que por su fuerte castillo y dominar extensa comarca llenaba las exigencias del gobierno y de la guerra; derramaron sobre ella multitud de privilegios, llegando Alfonso X hasta eximirá sus vecinos por completo de todo tributo, sin que este apetitoso cebo, que en Villa Real le había de dar tan grande resultado, lograra su objeto por lo enfermo é insano del lugar á la orilla del Guadiana situado y recibiendo sus emanaciones mortíferas. Del término y jurisdicción de Alárcos era Pozuelo de D. Gil con las demás aldeas, que el dicho Rey señaló a la nueva y afortunada villa; Alárcos conservará aún por algún tiempo su condición de pueblo apartado é independiente, pero conocíase que estaba destinado á morir, en cuanto que, Poblete, Benavente y Villa Real estrechaban su término de tal suerte, que torio aumento de población se hacía por este sólo concepto imposible.

Jamas dejó la Orden de Calatrava de considerar á Alarcos como una de sus pertenencias, como de ello nos da evidente prueba su Bulario, y en 1282 consiguió de D. Sancho le otorgara carta de donación; pero Villa Real que era ya fuerte y poderosa hasta contender con la Orden, se consideraba como su natural heredera, y á la vez que hizo revocar al Rey de Castilla su entrega, comprendió también á este antiguo pueblo y le conservó en el poder realengo.

¿En qué tiempo dejó de existir el concejo de Alárcos y se refundió en el de Villa Real? Nos es desconocido. El P. Jara trae una carta del Arzobispo de Toledo D. Gonzalo de 1351, en la que hace donación á AIfonso Fernández de Olias de la ermita de Santa María de Alárcos; pero como según costumbre no diga de dónde tomó tan valioso documento, y por otra parte nos tenga acostumbrados á mayores sorpresas, dudamos de su autenticidad. Coincide sí con la fecha probable de la despoblación de esta villa, pero pugna con el patronato que sobre el santuario ejerció desde su incorporación el concejo de Villa Real.

Cuando el Rey de Sevilla entregó la población y castillo de Alárcos al vencedor de Toledo, confió este su defensa á soldados cristianos, siendo su primera ocupación el habilitar capilla donde cumplir sus deberes religiosos, la que el victorioso musulmán destruiría y profanaría. Rescatada esta fortaleza, la Cruz vuelve á alzarse sobre sus almenas, frente al camino que daba acceso al castillo edifica la nueva población cristiana su iglesia, la que dedica á la Virgen María, cuya puerta exterior era la que hoy da entrada al santuario. De su existencia en los primeros arios del siglo XIII dan hoy claro y convincente testimonio el cuerpo de edificio en forma de ventanal con dos huecos, entónces como ahora destinado á las campanas, para llamar los fieles al templo, el que formaba su fachada; las columnas del portal con sus capiteles en forma de cono truncado unos, con figuras groseras otros, pero evidenciando todos que no fué aquel su destino, sino el sostener adosadas á la pared la bóveda de la bizantina iglesia.

Como para las demás fiestas votivas del ayuntamiento nombraba éste su mayordomo y presupuestaba todos los años una cantidad determinada para este objeto, la que de inmemorial tenía lugar el 25 de Marzo. Invocaba esta ciudad su patrocinio cuando la langosta amenazaba talar sus campos, conducida a la iglesia de San Pedro, se la hacían muy fervorosas rogativas. En el siglo XVI tenía ya su cofradía, la que se extinguió en el siguiente; varios de sus devotos intentaron reorganizarla en 1736, pero parece que tan nobles deseos no pasaron de proyecto, en cuanto que, diez y ocho años después D. Bernardino Muñóz de Loaisa, regidor de este ayuntamiento, manifestó al mismo que el santuario de Alárcos se hallaba en el mayor abandono, sin santero que atendiera a su custodia, las habitaciones de la ciudad arruinadas, y hacía muchos años que el voto no se cumplía, manteniéndose unicamente el culto de la santa imagen por algunos devotos; decretó el ayuntamiento se hicieran en el santuario las reparaciones necesarias y. se celebrara su fiesta anual con la solemnidad que antes tuvo. Por este tiempo tenía la Virgen su camarera, contándose entre las alhajas y objetos confiados a su cuidado algunos vestidos; felizmente la postura de la imagen evitó el que se consumaran en ella las profanaciones que lamentamos en las del Prado y de la Blanca.

La guerra de los franceses, juntamente con la civil que al poco tiempo le siguió, llevaron su funesta influencia a este histórico santuario, cerniéndose otra vez sobre él el abandono y la ruina. 'Paredes destruidas, techos arruinados, mantones de piedras, malezas, animales inmundos..... y sobre un trono de escombros la veneranda imagen de la Reina de los Cielos, aquella, ante la cual habían doblado su rodilla los mas ilustres monarcas.„ Así Son tan vivos colores describia la Comisión de Monumentos el estado de este santuario; y la misma nos dice que "con fondos provinciales y donativos de los fieles se habilitó de nuevo el templo, aprobandose por R. O. de 10 de Enero y 6 de Marzo de 1860 el gasto de 997 escudos con 600 mils. empleados en estas obras”. Reconociendo la Comisión ser muy poco lo hecho instruyó expediente y formó el presupuesto "para la habilitación total de la cerca exterior, habitación para el guarda, campanario, nueva construcción del techo de la iglesia, devolviéndole su anterior estilo y forma, pavimento, vidrios de colores para la claraboya, verja para las capillas y todo lo demás necesario para la cabal restauración." Pero esto era mucho pedir al Estado y perdióse en el vacío tan justa reclamación. En este mismo documento se hace constar, que el ayuntamiento de esta ciudad recibió como sagrado depósito las llaves de este monumento el 28 de Mayo de 1860”.

PUENTE.- Es indudable, que desde la fundación de Alarcos existiría un paso mas ó menos cómodo y seguro sobre el Guadiana, para el servicio de sus vecinos y de los pueblos comarcanos; pero el actual débese á esta ciudad, según nos da cuenta una provisión de los Reyes Católicos comunicada á este concejo por el Obispo de Córdoba, presidente de su Audiencia en 1495. El tener únicamente noticia de este valioso documento por el indice de escrituras de este ayuntamiento, nos impide conocer los pormenores de su ejecución. En los años posteriores recibió varias reparaciones, siendo la mas importante la del año 1800, por tener dos de sus ojos hundidos, costeándose estas obras por varios pueblos de la comarca, según costumbre de aquel tiempo aprobada por los reyes.

BENAVENTE.- Gregorio VIII en 1187 é Inocencio III en 1194 y 1214 señalan entre las posesiones de la Orden de Calatrava “el Castillo de Benevente con todas sus pertenencias”. Llegó á poblarse cuando libre ya toda esta tierra de invasión extraña prometia á sus repobladores paz y estabilidad; así en 1245 aparece su iglesia abonando al Arzobispo de Toledo su tercia pontifical, siendo después servida por el cura de Valverde. Encomienda de Calatrava en el Capítulo General de 1600 se dice estar unida a la de Alcolea. En 1751 tenía aún 7 vecinos, y hoy es un caserío compuesto de 8 edificios y 10 habitantes.

LAS CASAS.- Aldea con 35 vecinos en el año 1751, hoy tiene 157 en 50 edificios. Encomienda también de la Orden de Calatrava, la que por sus escasos rendimientos se unió en 1534 a la de Fuente el Moral; su comendador tenía ordinariamente su residencia en esta ciudad, en la cual, ademas de poseer algunas casas, cobraba el tributo de que dejamos hecha mención. Su iglesia de la Inmaculada Concepción es de entrada.

CIRUELA.- El Castillo de Cihuruela al ser tomado por las armas cristianas á su paso para las Navas de Tolosa, Alfonso VIII lo concedió á los ricos hombres de Castilla D. Gonzalo García, de Fuente Armejil, Soria, y á don Gutierre Gutiérrez de Acebes del Páramo, León, los cuales en Mayo y Julio respectivamente del año 1233 otorgaron escritura de venta de “todo el castillo nombrado Cihuruela, el vecindado con el castillo de Alárcos, con todo el sesmo de sus tierras, é su Aldea despoblada é poblada" al Arzobispo de Toledo. Hizo trasladar estas escrituras de venta del arábigo al latín Julián Martínez, vecino de Villa Real en nombre de su concejo -1347. Alfonso X al otorgar en 1255 sus importantes privilegios á la nueva villa decía, “E do á esta villa sobredicha, que aya por Aldea, é por término Zuheruela... quedando unida desde, aquella fecha á Ciudad-Real." En 1780 aún se llamaba Ciheruela y tenia unos 20 vecinos. Cuenta hoy con 39 edilicios y 81 vecinos. Su iglesia de Santa Marina perteneció al arcíprestazgo de Ciudad-Real, anejo al prior de S. Lorenzo del Escorial, y es rural de 2ª clase.

GALIANA.- Aldea que conservó su escaso vecindario hasta la invasión francesa. Colonia agrícola con dos casas y 18 habitantes.

El PARDILLO.- Aldea en 1751 con 5 vecinos y hoy 9 casas de labor.

LA PUEBLA .- Tenía 2 vecinos en 1751 y su iglesia servida por el teniente de arcipreste. Hoy es casa de labor.

LA POBLACHUELA.- Aldea que en 1751 tenía 20 vecinos y hoy tiene 52 edilicios con 298 habitantes. En Enero de 1813 para atender a los pedidos de suministros que diariamente hacia el cuartel general francés establecido en Daimiel, se vendió por el ayuntamiento su dehesa, pero solo á los vecinos de Ciudad-Real. Su iglesia de Santa María Magdalena perteneció también al arciprestazgo y es hoy de entrada.

SANTA MARIA DE GUADIANA.- Alquería con su iglesia que servía el cura de Valverde. Se vendió en el siglo XVII, pero señalándole jurisdicción propia y apartándola de Ciudad-Real, por lo que su señor hubo de sostener no pocos litigios con este ayuntamiento. Los marqueses de Peñafuerte adquirieron también por este tiempo la dehesa Fuentillez en las mismas condiciones. Colonia agrícola con 4 casas é igual número de habitantes.

TORRECILLA.- Nos habla ya de esta Aldea Alfonso X en la sentencia que dió en el largo pleito que sostenían la Orden y Ciudad-Real. D. Juan Núñez y Dª. Urraca Fernández, su mujer, otorgaban en Toledo á 18 de Junio de 1348 escritura de venta a favor de D. Fernán Sánchez de Valladolid por el precio de 40.000 mrs.; y este último á 20 del mismo mes y año permutaba la heredad de Torrecilla con todos sus términos, prados, montes, etc. por unas casas que la dicha Orden de Calatrava tenía en la citada ciudad. Hoy la constituyen 8 casas de labor.

VALVERDE.- Lugar compuesto de 141 casas y 564 habitantes, en 1751 tenía solamente 20 vecinos. La Concordia de 1245 le considera como de la den de Calatrava; en qué tiempo y por qué razón dejó de ser. de la Orden a agregarse á esta ciudad, no lo sabemos. Su iglesia de la Inmaculada concepción tiene la categoría de entrada.

VALDARACHAS.- Se encuentran vestigios de edificación antigua, cimientos sepulcros, que indican haber sido asiento de población romana, y árabe, cuyo nombre nos es desconocido.

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