La nueva realidad urbana y territorial de Ciudad Real 1980-2010

Mª Ángeles Rodríguez Domenech

La nueva realidad urbana y territorial de Ciudad Real 1980-2010 de Mª Ángeles Rodríguez Domenech

3. EL FACTOR DEMOGRÁFICO SU INCIDENCIA EN LA TRANSFORMACIÓN URBANA DE CIUDAD REAL

Dentro de los factores explicativos de las transformaciones urbanas de Ciudad Real en las últimas décadas, el referente a la demografía nos parece de primer orden. Conocer con detalle la evolución poblacional, permite comprobar, en primer lugar, si se cumple la hipótesis de una relación directa y exclusiva entre los cambios urbanísticos y el crecimiento poblacional de la ciudad; o si, por el contrario, existen otros factores que han influido o complementado a aquel. El conocer, además, cuál ha sido la distribución zonal de ese crecimiento, nos permite ponerlo en relación con los cambios morfológicos observados en los diferentes espacios de Ciudad Real.

Por otra parte, en los trabajos de planificación urbanística, los estudios demográficos son imprescindibles. Prueba de ello es que en todos los Planes de Ordenación Municipal (POM) o antiguos PGOUs, de cualquier ciudad, siempre hay un apartado dedicado a la población; así lo resalta Oliva Espallardo (1987: 61-90) al afirmar que, en cualquier estudio serio de planificación, a pesar del enfoque multidisciplinar que se le dé, una materia siempre tratada en él, es la demografía. Esta materia aporta un mejor conocimiento de la ciudad y de su uso, permitiendo desentrañar cuál ha sido su evolución, y cuales son las tendencias que se prevén. Esta es la mejor forma de plantear políticas adecuadas.

Otra razón más, es la larga tradición que, en la Geografía en general, y en la Geografía urbana, en particular, han tenido los estudios demográficos. Este interés, en nuestros días, se ha extendido a otras disciplinas que intervienen en el estudio de la ciudad. Según Gozálvez (1989: 23), el interés por la demografía es debido, a que en la actualidad, los rápidos e intensos cambios en la población afectan no sólo a su distribución espacial, sino también a otros muchos aspectos de las ciencias sociales como: la movilidad, la fecundidad, los modelos familiares, la población económicamente activa, el alargamiento de vida, o las causas de mortalidad...

Por último, la dinámica y estructura poblacional son uno de los principales agentes que intervienen en la transformación y uso de la ciudad. No obstante, en los análisis de población relacionados con las mutaciones urbanísticas hemos de tener presente las siguientes consideraciones:

    a) La función y obligación del geógrafo es, como recuerda Vidal (2001: 225), entrar a fondo en la dimensión espacial de la población, teniendo en cuenta la enorme complejidad que eso conlleva y pese a que, en el caso concreto de Ciudad Real, lo vayamos a realizar en un período cronológico muy breve, pero intenso en cuanto a cambios y transformaciones sufridos.

    b) En consecuencia, el reto fundamental que aquí tenemos es el de esclarecer, explicar y valorar, las diferentes situaciones geodemográficas que se han dado en Ciudad Real y encuadrarlas dentro de su contexto provincial, autonómico y nacional. Es decir, en un marco espacio-temporal adecuado para comprender, en profundidad, el devenir de nuestra ciudad. Para ello, en las escalas del análisis demográfico descendemos al detalle, tanto de distritos y secciones censales, como de barrios o zonas urbanas. Gozálvez (2003:1) considera que los estudios de microescalas son un instrumento privilegiado para las políticas urbanas y a ellos añade los estudios sobre grupos demográficos más específicos, como las poblaciones escolares o la población jubilada. Nosotros hemos armonizado los estudios de detalle con los datos globales.

    c) Los cambios geodemográficos que se producen se deben, principalmente, a tres variables demográficas: inmigración, fecundidad y envejecimiento, y son ellas, precisamente, las que sustentan el desarrollo social y económico de las sociedades. Por otra parte, estas variables se relacionan entre sí, al compensar los déficits y superávits demográficos en las distintas escalas territoriales.

Nuestro trabajo sobre Ciudad Real comienza con el censo de 1980, por ser este el momento que concluye su estudio el profesor Pillet (1984). Y finalizamos el estudio demográfico en 2006, ya que no disponemos de datos definitivos para el 2008. Utilizar los provisionales nos llevaría a situaciones inverosímiles. Sirva de ejemplo el caso de la mortalidad de Ciudad Real: en 2008 asciende a 1.373, cuando la natalidad que se consigna para ese año es 1.091 personas, con el consiguiente crecimiento vegetativo negativo, por no haber desagregado la información en sus correspondientes municipios. Esta situación no se corresponde ni con la lógica de los hechos, ni con las tendencias de la ciudad, de la provincia, región o del país. Todo ello nos ha llevado a cerrar el estudio en 2006 por ser el año que cierra el quinquenio (2001-2006).

Las fuentes utilizadas para nuestro estudio han sido, básicamente, los Censos de Población (1981, 1991 y 2001), los Padrones Municipales realizados hasta 2006 y el Registro Civil. Queremos resaltar: a) Las mejoras y novedades realizadas en el Censo de 2001 con respecto a los anteriores; b) las modificaciones que se han introducido en la confección y mantenimiento del Padrón municipal por la modificación legislativa de 1996; c) y, en relación a ambas, la puesta a disposición pública de las series históricas por parte del INE.

    a) Los cambios y mejoras que se han producido en el último de los Censos rea-lizados (2001) podemos cifrarlos en los siguientes puntos: 1) Introducción de nuevas preguntas en los cuestionarios con una precodificación previa que permite acelerar la obtención de resultados y facilitar los datos a escala local, tanto a nivel municipal como inframunicipal (entidades, núcleos, distritos y secciones), accesibles desde 2004. Este cambio ha sido considerado por algunos como el más importante que ha tenido lugar en la historia censal del país; 2) en la última edición de los Censos oficiales españoles se ofrecen, además, informaciones básicas que permiten su continuidad con los Censos anteriores (Gozálvez, 2005:31); 3) se hace una recogida única de datos para todos los Censos (Población, Viviendas y Edificios), con el correspondiente ahorro económico y la facilidad de integración de los resultados en los diferentes Censos; 4) la infraestructura se obtiene a partir de dos importantes ficheros administrativos: El Padrón y el Catastro. El primero proporciona la localización de los edificios en los que existan viviendas principales (en las que figuran inscritas personas con residencia habitual en ella) y el segundo permite identificar el resto de los edificios (viviendas sin personas residentes y locales comerciales); 5) se utilizan cuestionarios personalizados con los datos del Padrón y se hace la captura de la información mediante lectura óptica utilizando escáneres de alto rendimiento; 6) se acepta la cumplimentación de los cuestionarios por Internet facilitando la recogida de datos; 7) cambios en la difusión de la información que, en el Censo de 1981, se dio a conocer sólo mediante las distintas publicaciones en formato papel (30). En el de 1991, además de las publicaciones, se prepararon otros tres productos estándar: el CD-ROM, las tablas SAETA y los ficheros de microdatos, con objeto de agilizar su obtención. En el censo de 2001 una novedad metodológica muy importante, relacionada directamente con la difusión de la información del Censo de Viviendas, en particular, y del conjunto de Censos Demográficos de 2001, en general, es que la principal vía de difusión de la información censal es Internet (http://www.ine.es/censo/es/inicio.jsp); 8) el Censo se convierte también en una base de datos (data warehouse) con las siguientes funcionalidades: a) Lista de tablas preseleccionadas, concebidas para los usuarios que no tengan una idea previa totalmente formada de lo que necesitan o prefieran buscar ahí la información; b) se incorpora la función de crear tablas, permitiendo definir a cada usuario exactamente el cruce de datos que necesita; c) la información a medida solicitada se podrá enviar online (lo más frecuente), cuyo tiempo de respuesta habitual será de menos de 24 horas; d) a partir de la consulta inicial, la misma interfaz permite ir refinando interactivamente la petición, añadiendo nuevas variables, filtros, cambiando la unidad de medida etc., hasta llegar a la tabla realmente requerida. Y, entonces, puede ser rotada, representada con gráficos o mapas, o exportada a formatos estándar para su posterior manipulación; 9) las cifras están referidas exclusivamente a la población de derecho suprimiéndose la población de hecho (31) que venía figurando en los Censos anteriores, desde 1877, siendo sustituida por la población residente y vinculada (32). Por otra parte, las cifras de población ofrecidas en el último censo tienen un carácter exclusivamente estadístico, aunque el INE considera que tienen “unas mejores condiciones para aproximarse a la población residente en España en el momento a que van referidas” (INE, 2002: 7) y, en consecuencia, este organismo las utiliza para los diferentes trabajos estadísticos que realiza (proyecciones de población, encuestas por muestreo, cálculo de indicadores estadísticos en que intervenga la población, etc.).

    b) La modificación de la normativa padronal ocurrida en 1996 estableció un nuevo sistema de gestión continua e informatizada de los Padrones municipales, el denominado, a partir de entonces, Padrón Continuo. En virtud de esta normativa, ese año se realizó la última Renovación del Padrón con referencia al 1 de mayo y, en adelante, la revisión se hace el 1 de enero de cada año, siendo la primera la correspondiente a 1998. Además se elimina la ya comentada distinción entre poblaciones de hecho y derecho, y obliga a empadronarse a todos los extranjeros residentes en un municipio, con independencia de su situación legal, modificación que ha tenido un efecto positivo en el nivel de registro de este colectivo. En síntesis, los datos demográficos correspondientes a las décadas que van de 1900 a 1991, son de la población de hecho, mientras que los datos anuales del 86 al 95 son de derecho y, entre 1996 y 2006 no hay distinción legislativa entre derecho y hecho.

    c) Por último, la puesta a disposición pública de las series históricas por parte del INE en las que se recogen cifras desde 1900, y proceden tanto de Censos como de Padrones, comprenden datos de distintas escalas: nacionales, autonómicos, provinciales y municipales. Esta información es de gran utilidad, aunque la inconsistencia de algunos de los datos proporcionados es un hecho que conviene tener presente y, a ser posible, mejorarlo (Goerlich, 2007: 124-126). Se le puede objetar a esta serie, entre otras cosas, que se presenta fraccionada en tres partes diferentes y cada una referida a colectivos poblacionales distintos en cada período. Concretamente, como se ha señalado, entre 1900-1991, los datos están referidos a la población de hecho, se distingue entre población de hecho y derecho, son decenales, mientras que después (1991-2006) solo figura la población de derecho residente y la vinculada no residente.

Después de estas consideraciones generales sobre las fechas y las fuentes demográficas utilizadas, analizamos la demografía de Ciudad Real, estructurado el capítulo en cuatro grandes apartados:

El primero dedicado al estudio del crecimiento y de la estructura biológica y socio-profesional de la ciudad. Estudiamos los datos de crecimiento para verificar si la población ha sido la causa del incremento de la superficie edificada que se ha producido en Ciudad Real. Seguidamente analizamos, en qué medida ese crecimiento se debe al factor biológico o vegetativo y en cuanto a la inmigración. Otro objetivo es comprobar si los cambios funionales se han visto favorecidos/retardados por la estructura biológica y en qué medida las transformaciones de las funciones urbanas han alterado la composición socio-profesional de su población. Todo ello nos interesa porque afecta muy directamente a la morfología urbana.

El segundo está orientado a detectar la distribución de esos cambios demográficos dentro de la ciudad vistos a través de los distritos y secciones censales. El tercero, presenta los cambios demográficos más significativos por grandes zonas: centro, primera periferia y segunda periferia. Con este estudio queremos comprobar las diferencias espaciales de los mismos para poder hacer comparaciones con otras ciudades. Proponemos, como resultante, una división de la ciudad en barrios o zonas urbanas realizada con el criterio de conseguir para cada una la mayor homogeneidad posible. El cuarto y último apartado, está dedicado a las trasformaciones ideológicas y por tanto electorales que se han producido desde las primeras elecciones democráticas de 1979 hasta nuestros días (2007).

(30) El Censo de Población de 1981 se estructuró en dos publicaciones distintas, una para las características generales de la población y otra para la población que vive en familia. De cada una de estas publicaciones se obtuvieron tres tomos diferentes en función del ámbito territorial: nacional, por comunidades autónomas y provincias. En el de Vivienda los resultados se publicaron en tres volúmenes con los mismos niveles territoriales. El resto de la información no contenida en esas publicaciones se ha venido realizando mediante peticiones a medida de tabulaciones específicas.

(31) La población de hecho es la población con residencia habitual o no en un determinado distrito censal en la fecha del recuento. Dentro de ésta se distinguía, hasta el censo de 2001, entre residentes (sin empadronar) y los transeúntes (aquellos que aparecen en el recuento pero que en realidad son población de derecho en otro municipio). La población de derecho, es la población empadronada en el lugar en el que se realiza el recuento censal, ésta distinguía, hasta el censo de 2001, entre la población presente y la población ausente.

(32) Este nuevo concepto de población vinculada sustituye ventajosamente al concepto de población de hecho. Así, mientras la población de hecho hacía referencia a una “vinculación” con el municipio que podía ser sólo momentánea, la actual población vinculada distingue entre residente y no residente, indicando los lazos o vinculaciones, señalando si reside en el municipio, si trabaja allí, estudia allí, o si tiene segunda residencia (Vinuesa, 2004: 3).

3.1. LA POBLACIÓN COMO ELEMENTO DE TRANSFORMACIÓN URBANA

Como acabamos de reseñar, el análisis de la incidencia del factor demográfico en las transformaciones urbanas de Ciudad Real se ha vertebrado en dos apartados. En el primero, se analizan tanto los aspectos generales del crecimiento de la población, visto a través de distintos cortes cronológicos y en relación a otras escalas territoriales, para obtener el valor del crecimiento de la ciudad y poder compararlo, en su momento, con el crecimiento urbanístico. En el segundo, conocer la estructura biológica y socio-profesional del conjunto de nuestra ciudad y su incidencia en las transformaciones de la misma.

3.1.1. El crecimiento de los efectivos de población

Ciudad Real es la cuarta capital de provincia que más creció en España entre 1981 y 2005, según el ranking publicado por el INE. Además, dentro de las cuatro ciudades que han recibido el AVE entre Madrid y Sevilla, ha sido la única que ha tenido un crecimiento positivo en este período.

La población del municipio de Ciudad Real ha pasado, según datos del INE, entre 1980 y 2006, de 50.993 hab. a 70.124 hab., lo que supone un incremento global de 19.131 hab. (37,5%), con una tasa de crecimiento medio anual del 1,4%. El crecimiento ocurrido es prácticamente el mismo, en cuanto a cantidad, que el que se registró entre 1940 y 1980 (18.062 hab.), lo que acredita una aceleración del ritmo, al darse prácticamente el mismo aumento entre los dos períodos comparados, pero en una duración muy distinta, 40 años en el primero y 26 años en el segundo.

El ritmo de crecimiento medio anual registrado en Ciudad Real, entre 1980 y 2006, ha sido del 1,4%, valor que duplica a la media nacional (0,7 %) y regional (0,7 %). Sin embargo, el crecimiento experimentado por Ciudad Real en los años estudiados no ha sido constante ni uniforme por lo que analizaremos su evolución en diferentes períodos decenales y quinquenales (Cuadro 3.1). Si consideramos el crecimiento total de Ciudad Real en porcentajes (19.131 igual a 100), en la década de los ochenta se produjo un 34,4 % del crecimiento, mientras que en la década siguiente supuso tan solo un 21,2 %. El restante 44,4 % (8.844 hab.) se produjo entre el 2001 y el 2006.

En el estudio por décadas intercensales se puede observar una disminución constante del crecimiento de la población. En la primera década (1981-1991) los efectivos de incremento alcanzaron los 6.879 hab. y en la segunda (1991-2001) ascendieron a un total de 4.250 hab. Valores todos ellos inferiores a los que se dieron en la década anterior a nuestro período de estudio (1970-1981) en la que supusieron

8.443 hab. El ritmo de crecimiento entre 1981-1991, desciende en relación a al década anterior (pasando del 1,8 al 1,4 % en el crecimiento medio anual, respectivamente). Entre 1991 y 2001 se ralentiza aún más este ritmo con valores que no superan el 1 %. Es decir, se da un descenso progresivo del crecimiento que se había iniciado en la década anterior.

Cuadro 3.1.- Crecimiento poblacional de Ciudad Real capital en distintos períodos comprendidos entre 1981 y 2006

Crecimiento poblacional de Ciudad Real capital en distintos períodos comprendidos entre 1981 y 2006

Fuente: INE. Elaboración propia

El estudio del período por quinquenios, nos permite precisar mejor la evolución. Así, en el primer quinquenio (1981-1986) la población creció 4.258 habitantes (es decir, con un incremento de población del 8,5%) a un ritmo anual del 1,7%; en el segundo quinquenio (1986-1991) la población creció 2.621 habitantes (con un incremento de población del 4,8%) a un ritmo anual del 1%; en el tercer quinquenio (1991-1996) la población creció 2.362 habitantes (con un incremento de población del 4,1%) a un ritmo anual del 0,8%; en el cuarto quinquenio (1996-2001) la población creció 1.888 habitantes (con un incremento de población del 3,2%) a un ritmo anual del 0,6%; en el último quinquenio (2001-2006) la población creció 8.844 habitantes (con un incremento de población del 14,4%) a un ritmo anual del 2,9 %.

En los datos del período 1996-2001 hay que tener en cuenta la problemática generada por la revisión padronal de 1996, que al hacerse mal desde el punto de vista técnico, ocasionó una pérdida de habitantes sin que exista una explicación que lo justifique, lo que afectó a los datos poblacionales de tres años: 1996, 1997 y 1998 (33). A pesar de esta circunstancia, podemos establecer, en función de la tendencia del crecimiento dos etapas:

Una primera etapa (1981-2001), que comprendería cuatro quinquenios y se ca-racteriza por una progresiva y continua disminución, donde el crecimiento anual pasa del 1,7% al 0,6%.

Y una segunda etapa (2001-2006), que se caracterizó por un crecimiento acelerado puesto que, en un solo quinquenio, la población aumentó en 8.844 hab., casi el doble que en la década inmediatamente anterior, a un ritmo anual de 2,9 %, prácticamente el triple de la media de los quinquenios anteriores. Nuestra ciudad, en 2002, fue la capital provincial española que más aumentó su población, porcentualmente, alcanzando un valor de 6,2% y pasando, entre 2001 y 2002, de los 61.280 hab. a 65.084 hab. Crecimiento que no se había dado desde la década 1930-1940 (máximo histórico en la evolución poblacional de Ciudad Real), en la que el valor medio anual fue superior al 4%.

En la explicación de esta evolución hay que tener en cuenta, de una parte, que en el crecimiento de Ciudad Real en la primera década (1981-1991) intervienen los factores propios de una pequeña capital de provincia con servicios puramente administrativos y comerciales. Es decir, intervienen el crecimiento vegetativo interno, la inmigración procedente de la movilidad funcionarial, y la atracción propia de la capitalidad sobre el conjunto de su territorio. De otra, que a partir de 1992, inciden en el crecimiento poblacional tres factores exógenos de gran importancia: la llegada del AVE, la instauración del campus universitario y, por último, del Rectorado de la UCLM, que han dado lugar a que nuestra ciudad salga de una tipología basada en la función meramente administrativa y comercial de ámbito provincial. La mayor accesibilidad a Madrid y en general al resto de España, y la función universitaria específica que antes no tenía, han favorecido la llegada de inmigrantes extranjeros y nacionales.

Los efectos de estos factores (AVE y Universidad) se han convertido en au-ténticos motores del crecimiento de la ciudad. Sin embargo, no perdamos de vista que el efecto de estas nuevas infraestructuras, pese a todos los pronósticos que sobre el particular se habían hecho, no afectaron de forma inmediata al crecimiento de la capital, aunque sí a su área urbana, puesto que, según lo que acabamos de comentar, el cambio del ritmo en el crecimiento no tiene lugar en el quinquenio 1991-1996, que es en el que acontece la puesta en funcionamiento de estos dos factores, sino que se produce entre el 2001-2006.

El retraso de la incidencia de estos dos elementos en la población ha dado lugar a distintas interpretaciones en los autores que han estudiado el tema (Fariña, 2000 y Serrano et al., 2006). Ambos estudios disienten en sus conclusiones, por cuanto el primero

afirma que estos factores no han provocado ningún efecto relevante en la población, y los segundos consideran que los efectos se inician a partir de 1996. En nuestra opinión, tanto Fariña como Serrano tienen razón en sus conclusiones y sus diferencias pueden explicarse porque ambos trabajos están realizados en diferentes fechas y manejan información correspondiente a distintos años (1996 y 2001), generando, lógicamente, distintas perspectivas de la evolución poblacional. En el 2000, Fariña no podía prever el efecto de las nuevas instalaciones, pues este tipo de infraestructuras exige que pase un tiempo prudencial para que se perciban sus repercusiones en el crecimiento de la ciudad. En cambio Serrano et al., en 2006, tienen una mayor perspectiva de años, por lo que pudieron apreciarlas. Lo que si corroboran ambos, es que los efectos de estas dos infraestructuras en la población de Ciudad Real capital no se produjeron de forma inmediata a su implantación, sino algunos años después, y evidenciaron, como veremos seguidamente, la incidencia que causó en los municipios de su entorno, especialmente en Miguelturra.

El crecimiento de la población de Ciudad Real en nuestro período de estudio exige una comparación con otras escalas para comprender su verdadera significación. De aquí que proceda, seguidamente, analizar el crecimiento que se produce en su área urbana, en su provincia, en su Comunidad Autónoma y con el conjunto nacional, especialmente con las capitales de provincia españolas de su mismo rango.

el crecimiento en el área urbana

El estudio del crecimiento global de los efectivos de Ciudad Real queda incompleto, en nuestra opinión, si no tenemos en cuenta su estrecha vinculación con la evolución de Miguelturra, Carrión y Poblete, que son los municipios contiguos a la capital (Serrano et al., 2006: 200) y que forman, en su conjunto, un área urbana por su proximidad e intensa relación. Un área que se ha ido configurando en los últimos tiempos, por los desplazamientos diarios de gran parte de la población de estos municipios a la capital, y también por los cambios poblacionales y morfológicos (proliferación de las nuevas urbanizaciones surgidas en las periferias) que se han producido en estos núcleos.

Miguelturra es un municipio situado a unos cuatro kilómetros de nuestra ciudad con la que, actualmente, forma un continuo urbano a excepción del tramo por donde cruza la autovía A-43 y la vía del AVE, que actúan de separador y hacen de barrera entre estos dos núcleos. Por el contrario Carrión de Calatrava y Poblete, a 8 y 6 km de la capital, respectivamente, están separados ambos de nuestra ciudad por un espacio rural (Figura 3.1). Todos estos municipios participan, sin embargo, en distinto grado y en diferentes tiempos, del crecimiento demográfico de Ciudad Real debido, principalmente, al menor precio de la vivienda al tratarse de núcleos rurales.

En el estudio de la evolución de la población en el área urbana de Ciudad Real pretendemos detectar cual ha sido la aportación de cada municipio, incluida la capital, y la repercusión temporal y de efectivos que ha tenido el crecimiento poblacional en cada uno de ellos.

Figura 3.1.- Mapa de situación de los municipios contiguos a Ciudad Real. 2006

Mapa de situación de los municipios contiguos a Ciudad Real. 2006

Fuente: Google Earth

El crecimiento ocurrido en los municipios del entorno de Ciudad Real hay que encuadrarlo dentro del modelo de crecimiento difuso en la expansión de las ciudades, que se manifiestan tanto en las grandes urbes como en las de tamaño medio. Este modelo difuso se caracteriza por las nuevas relaciones de la ciudad con su entorno, organizando un entramado donde se interrelacionan el crecimiento de la población y de la vivienda, los desplazamientos de la población, la relocalización de actividades económicas… El resultado es la modificación de los tamaños, de las tramas urbanas, de la especialización funcional y los modos de vida precedentes en cada uno de los núcleos afectados. En los últimos años proliferan los espacios construidos de forma fragmentada y dispersa, en los que son frecuentes las bajas densidades de edificación en competencia con las grandes promociones de viviendas en bloque.

Con esta consideración, Ciudad Real y sus municipios vecinos han pasado, en términos absolutos, de 60.085 hab. en 1981 a 86.346 hab. en el 2006, lo que supone un incremento relativo del 43,7 % de los efectivos y un crecimiento medio anual del 1,7 %. No obstante, la participación de cada núcleo en este incremento es diferente, pues mientras Ciudad Real, entre 1981 y 2006, ha aportado el 76,1% de ese crecimiento, Miguelturra lo ha hecho con un 20,8% y, a mucha distancia, Poblete con un 2% y Carrión de Calatrava con 1,2 % (Figura 3.2).

Figura 3.2.- Diferente participación porcentual en el crecimiento de la población del área urbana de Ciudad Real. 1981-2006

Diferente participación porcentual en el crecimiento de la población del área urbana de Ciudad Real. 1981-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

Esta diferente participación se debe, en primer lugar, al distinto tamaño de los municipios y, consiguientemente, a la mayor posibilidad de aportación de efectivos al conjunto. En 1981, Ciudad Real tenía 50.151 hab., Miguelturra tenía 6.893 hab., Carrión de Calatrava contaba con 2.407 hab. y Poblete tan sólo tenía 634 hab. En segundo lugar, porque incluso considerando este punto de partida, la intensidad de crecimiento de cada uno de los núcleos ha sido también diferente, siendo los que más han crecido, porcentualmente, Miguelturra y Poblete con un 79,2% y un 82,3 %, respectivamente, mientras que Ciudad Real capital lo ha hecho con un 39,8% y Carrión de Calatrava sólo ha crecido un 12,7 %. Y, en tercer lugar, la participación en ese crecimiento ha variado también en el tiempo. Así, entre 1981-1991, el peso del crecimiento recae casi exclusivamente sobre Ciudad Real (94,5%), mientras que el resto de los municipios aportan una cantidad muy pequeña: Miguelturra el 4,6 %, Carrión el 0,5 % y Poblete el 0,2 %. En la década siguiente, los valores respectivos son: 55,6 %, 39,9 %, 2,5 % y 1,8 %. Es decir, disminuye considerablemente el peso de la capital y aumenta el del resto de municipios, singularmente el de Miguelturra que pasa de un 4,6 a un 39,9%.

En conclusión, Ciudad Real capital ha tenido, en todos y cada uno de los períodos, el mayor peso en el crecimiento del área urbana, situándolo como eje neurálgico del incremento, aunque, en la década de 1991-2001, su importancia se redujese considerablemente (del 94,5% del total de población al 55,6%) por el auge de Miguelturra, debido, en principio, a la fuerte especulación inmobiliaria que se generó en Ciudad Real por la expectativa que despertaba la implantación del AVE y el campus universitario que llevó, en nuestra opinión, a que la población se desplazase a Miguelturra por las ventajas de su proximidad y del menor precio de la vivienda, debido a que en aquellos años el municipio aún tenía un carácter rural (menos de 10.000 hab.) y el precio del suelo era menor. Por lo que bien podríamos concluir que el primer impacto poblacional del AVE y el campus universitario (1992) lo recibió Miguelturra.

la comparación del crecimiento de Ciudad Real con su provincia

El crecimiento poblacional de Ciudad Real en relación a su provincia se carac-teriza porque la capital no sólo ha crecido más porcentualmente (Ciudad Real 155,7 % y la provincia 104, 5 %, entre 1975 y 2006), sino porque ha absorbido buena parte del crecimiento de la provincia (García-Consuegra, 2010: 72). En los momentos en los que la capital tiene un mayor crecimiento real anual (1981, 1991 y 2006) el de la provincia fue menor (Figura 3.3).

En la evolución de esta relación entre los crecimientos de población en la capi-tal y su provincia se pueden distinguir tres etapas, una primera, entre 1981-1991, de notables diferencias; una segunda de transición entre 1991 y 2001; y una última de similares comportamientos entre 2001 y 2006.

La primera etapa, entre 1981-1991, se caracterizó por una notable disimetría en los comportamientos de la capital con su provincia, donde se alcanzaron los máximos valores de crecimiento en la capital (1,8%), mientras que en la provincia se registró un crecimiento nulo (0,01%). Esta primera etapa, continuaba la tendencia iniciada en la década anterior (1970-1981), que tenía, también, valores elevados en la capital (2,3%) y negativos para con la provincia (-0,8 %).

La segunda etapa, entre 1991-2001, se caracterizó por ser una etapa de transición en la que el crecimiento de la capital y la provincia fue prácticamente nulo, con un 0,2 % para cada una. Sin embargo, con respecto a la etapa anterior el ritmo de la capital disminuyó considerablemente puesto que pasó del 1,8% a un 0,2%, mientras que el de la provincia se mantuvo con su crecimiento prácticamente nulo.

La tercera etapa, entre 2001-2006, se caracterizó por romper la tendencia al decrecimiento, y en ambos espacios (capital y provincia) tiene lugar un fuerte crecimiento. El de la capital fue del 2,9 % y en de la provincia del 1,2%. Fenómeno que puede tener su explicación en el aumento del proceso inmigratorio a que se ha visto sometida Castilla-La Mancha en general y sus respectivas provincias en particular.

Figura 3.3.- Evolución de la Tasa de Crecimiento Anual de Ciudad Real comparada a nivel provincial, autonómico y nacional. 1940-2006

Evolución de la Tasa de Crecimiento Anual de Ciudad Real comparada a nivel provincial, autonómico y nacional. 1940-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

la comparación del crecimiento de Ciudad Real con su región

El crecimiento poblacional de Ciudad Real en relación con su región se caracteriza por ocupar una posición intermedia. Si tenemos en cuenta únicamente el último período intercensal 1991-2001, la ciudad castellano-manchega que experimenta el mayor aumento en el número de habitantes es Albacete (18.911 hab.) lo que supone un incremento del 14,5%, seguida de Toledo con un aumento de 8.580 hab. pero con un incremento porcentual similar al de Albacete (14,3 %). Con crecimientos menores se sitúan Ciudad Real, Talavera de la Reina y Cuenca. Ciudad Real con un aumento de 6.221 hab. ha tenido un incremento porcentual del 10,9%, y Talavera de la Reina con 6.669 hab. ha incrementado su población en un 9,7%. Cuenca ha sido la ciudad que menor crecimiento ha tenido (3.524 hab.) es decir, un 8,2 %.

La consideración única de los incrementos absolutos nos llevaría, como señalan los profesores García, Gutiérrez y Núñez (2004: 59-65), a enfatizar el crecimiento de las capitales de provincia y de algunos municipios, como Azuqueca de Henares, Talavera de la Reina o Hellín, infravalorando los ritmos de crecimiento relativo que definen algunos ejes de crecimiento en los que se ven implicados municipios de menor tamaño pero que han experimentado niveles de crecimiento muy elevados. En esta línea de análisis, hay 67 municipios castellano-manchegos, con más de 1.000 hab., que superan un crecimiento del 10% en el último período intercensal y son los núcleos que mayor incremento han experimentado, en términos relativos. Doce de ellos están localizados en la provincia de Guadalajara, y 47 en la de Toledo. Se aprecian fundamentalmente dos áreas de fuerte crecimiento relativo en Castilla-La Mancha:

    - Un sector de la provincia de Toledo, comprendido básicamente entre el límite sureste de la provincia de Madrid, en las Comarcas de la Sagra, Torrijos, y el extremo oriental de la Mancha Toledana, además del núcleo formado por el municipio de Toledo, Cobisa, Argés y Nambroca. Esta área tiene como eje central y fundamental la autovía A-42 (antigua Nacional 401), actuando como extremos los tramos toledanos cercanos a Madrid de las autovías nacionales A-4 y A-5. Este conjunto crece entre el 6% y el 19% en los pequeños municipios que limitan con la Comunidad Madrileña y entre el 4 y el 14% los que rodean a Toledo.

    - El denominado Corredor del Henares en Guadalajara, que enlaza la capital alcarreña y sus núcleos municipales limítrofes con los polos industriales de la Comunidad de Madrid, y que están ubicados a lo largo de la A-2.

Una tercera área respecto a las zonas de mayor crecimiento para Castilla-La Mancha, es decir, con crecimientos relativos superiores al 10% son: Albacete, Hellín, Caudete y Almuradiel, y el núcleo formado por Ciudad Real y Miguelturra. El caso de Miguelturra, además de ser el municipio que más ha crecido en la región, es el único que ha pasado de núcleo rural a urbano, al superar los diez mil habitantes en el censo del 2001.

Por otra parte, la pauta predominante de crecimiento en la región es la del municipio residencial, bien comunicado y próximo a las capitales, donde el peso de la población activa recae sobre el sector servicios, albergando habitantes que trabajan en el sector terciario de las capitales de provincia o de Madrid, pudiéndose incluir en esta tipología los casos de Miguelturra y Poblete, en las proximidades de Ciudad Real (Ureña, 2002 y Pillet: 2004b y 2005 a, b), y el de Toledo con los pequeños municipios de su entorno, de forma que el crecimiento demográfico de estas dos capitales castellano-manchegas pasa del 3 al 17 %, y no se puede entender sin tener en cuenta el grupo de municipios de su entorno, con los que generan un crecimiento superior al de las capitales que más crecen en España (Pillet, 2005b: 39).

la comparación del crecimiento de Ciudad Real con el conjunto nacional

En las capitales de provincia con mayor incremento de habitantes entre 1981 y 2005, de los seis primeros puestos del ranking nacional publicado por el INE (Cuadro 3.2), cuatro de ellos lo ocupan las capitales castellano-manchegas. Resultando el siguiente orden: Murcia con 42%; seguido de Albacete con 36,9%; Cáceres con 35,4%; Ciudad Real con 35,1%; y Toledo con 30,8%. Por su parte Guadalajara, con 29,5%, se sitúa en sexto lugar; y Cuenca, por último, ocupa el decimosexto lugar, con un incremento del 15,8% de su población. Ciudad Real en el conjunto las capitales de provincia españolas de su rango es una de las que más ha crecido en el último cuarto de siglo.

Nuestro criterio de selección, dadas las enormes diferencias de volumen demográfico y estructura socioeconómica que se da entre las capitales de provincia de España, ha sido comparar nuestra ciudad con aquellas otras capitales que en el censo de 1981 tenían una población similar (34). Los resultados de este criterio de selección poblacional lo consideramos válido y adecuado porque se trata de capitales que pertenecen a Comunidades Autónomas y provincias que tradicionalmente han tenido y tienen una situación socioeconómica parecida a la de Ciudad Real (Cuadro 3.3).

Cuadro 3.2.- Ranking de las capitales de provincia con mayor incremento de hab. 1981-2005

Ranking de las capitales de provincia con mayor incremento de hab. 1981-2005

Fuente: Clasificación INE

Cuadro 3.3.- Evolución intercensal (1981-2001) y quinquenal (2001-06) de las capitales españolas con una población similar a la de Ciudad Real

Evolución intercensal (1981-2001) y quinquenal (2001-06) de las capitales españolas con una población similar a la de Ciudad Real

Fuente: INE. Series históricas. Elaboración propia

La evolución de éste conjunto de capitales de provincia, entre 1981 y 2006, es bastante similar, a excepción de Melilla (35). En ellas la tónica general ha sido la fuerte disminución del crecimiento poblacional entre el censo de 1991 y el de 2001, incluso en algunas de ellas pasa de ser negativo en 2001 a positivo en 2006, con valores que muestran un fuerte crecimiento en este corto período (36), tal es el caso de Zamora, Segovia, Ávila y Huesca.

Ciudad Real sigue esa tónica general, y pasa desde el séptimo lugar que ocupaba en el ranking de crecimiento, en 1981, al primer puesto en el 2006. Entre 1991 y 2001, al igual que las otras capitales, reduce el crecimiento de un 1,4 % en 1991 a un 0,7 % en el 2001, para luego recuperarse en el quinquenio de 2001-2006 (2,9%).

Podemos concluir, después del análisis de estos datos, que Ciudad Real tiene un comportamiento de clara superación en relación a las otras capitales comparadas. En otros análisis similares sobre el comportamiento de Ciudad Real y otras capitales provinciales, realizados con distintos criterios (37) (Fariña, 2000; Ureña, 2002; Pillet, 2005b y Serrano et al., 2006), se concluye que Ciudad Real mantiene la misma tónica general de las capitales españolas hasta el 2001, fecha en la que experimenta un notable crecimiento.

Este incremento real de la población de Ciudad Real capital, durante el período de estudio (19.131 hab.), nos lleva, ahora, a estudiar cuáles han sido las causas que lo han generado. Las podemos reducir a dos: el comportamiento del crecimiento vegetativo (factores biológicos), y la evolución del saldo migratorio (factores migratorios). Nos proponemos analizar en qué medida cada uno de ellos ha contribuido al aumento de su población.

(33) La reforma en la renovación padronal de 1996 fue llevada al pleno del Ayuntamiento de Ciudad Real el 30 de mayo de 1996 en el que se resolvió contratar a la empresa INVESTIGACIÓN, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO, S.A. y CONSLTRUAN, S.A. U.T.E para el Servicio de Renovación Padronal de 1996. Los datos aportados por esta empresa fueron aprobados en el pleno del 9 de febrero de 1998, en el que tras debatir lo controvertido de la información —perdida de más de 4000 habitantes entre 1995 (63.008 hab.) y 1997 (59.095 hab.)—, los datos oficiales fueron de: 1996 (59.392 hab.), 1997 (59.095 hab.) y 1998 (61.138 hab.). No indicando el motivo de estos valores.

(34) En ese año (1981) Ciudad Real tenía una población de hecho de 51.118 hab., se ha establecido un intervalo entre 40.000 y 60.000 hab. para detectar qué capitales de provincia estaban incluidas en él, obteniendo como resultado ocho, además de la nuestra: Cuenca, Guadalajara, Toledo, Ávila, Zamora, Segovia, Huesca y Melilla. De estas, siete se sitúan en la denominada España Interior, cuatro en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha (Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo) y tres en Castilla y León (Ávila, Zamora y Segovia).

(35) Melilla, que en la década de los setenta tenía un crecimiento negativo, a partir de los ochenta y noventa comienza a tener un crecimiento significativo, de 0,89 y 0,80 %, para volver a tener un crecimiento negativo en el último quinquenio. Este hecho, descartamos que pueda explicarse por el proceso de regulación de inmigrantes derivada de las leyes de extranjería, dado el escasísimo impacto que éstas han tenido en las dos ciudades autónomas españolas. Las cifras exactas del incremento por esta causa, se pueden ver en el Anuario de extranjería que publica todos los años, (antes el Ministerio de Trabajo y ahora Ministerio del Interior). El número no llega a los 300 por ciudad autónoma. En el caso de Melilla puede deberse al proceso extraordinario de concesión de nacionalidades que se inició en julio de 1987 y se dio por concluido en diciembre de 1988. El resultado de este proceso fue la concesión de más de 5.000 nacionalidades en Melilla y de 1.000 más, pendientes de tramitación en el juzgado, debido a que, en el momento de publicarse la Ley de Extranjería, en julio de 1985, había en Melilla un importante número de habitantes de origen marroquí en situación indocumentada o con deficiente documentación, susceptibles de ser expulsados de la ciudad si se aplicaba la nueva Ley. El número de nacionalidades concedidas paso de 830 en 1986 a 2.500 entre enero y mayo de 1987. Y a finales de 1987 se habían concedido 3.500 nuevas nacionalidades y otras 3.500 estaban pendientes de tramitación. El proceso extraordinario de concesión de nacionalidades se dio por concluido en diciembre de 1988 (Planet, 1998: 99-101).

(36) El fuerte crecimiento del quinquenio 2001-2006 afecta a todas las capitales estudiadas, excepto a Melilla, que llegó a tener valores negativos (-0,6%).

(37) • Fariña, 2000; y Serrano et al., 2006 con el objetivo de detectar la influencia del AVE en el crecimiento de las ciudades hacen un análisis de Ciudad Real comparándolo con quince capitales de provincia de España, que cumplían los siguientes criterios: no tener AVE y estén situadas a más de 80 kilómetros de Madrid y de la costa; que además no superaren los 150.000 habitantes en 1991. Reúnen estos requisitos: Albacete, Ávila, Badajoz, Cáceres, Cuenca, Huesca, Jaén, León, Lérida, Lugo, Orense, Palencia, Soria, Teruel y Zamora.

        • Ureña, 2002 compara los crecimientos de las ciudades intermedias del trayecto Madrid-Sevilla: Córdoba, Ciudad Real y Puertollano.

        • Pillet, 2004b y 2005 compara Ciudad Real tanto con las capitales regionales, como con las ciudades afectadas por el AVE, y con las capitales provinciales y municipios que más han crecido en el último periodo intercensal (1991-2001)

3.1.1.1. La participación del crecimiento vegetativo y de los movimientos migratorios en el crecimiento real

Con vistas a la consecución de nuestro objetivo y determinar qué parte del crecimiento de la población de Ciudad Real se ha debido a los factores biológicos y que parte a los migratorios, estudiaremos la composición (38) y características del crecimiento real de la ciudad.

Para el estudio de cada uno de los factores que intervienen en el crecimiento real, hemos de tener en cuenta que el análisis de las migraciones se ve dificultado, no tanto por la falta de fuentes, como porque éstas no ofrecen datos fidedignos y comparables: unas veces, por deficiencias en la metodología empleada, y otras por la distinta finalidad y objetivo que cada una de ellas persigue. Sin olvidar los cambios que se dan en el tratamiento de los datos, que dificultan las comparaciones y la confección de series cronológicas aceptables sobre todo a escala municipal (39) (Ródenas, 2002 y 2005 a y b; Martí, 2004b; Romero, 2005: 209-211).

Ante esta realidad muchos autores han optado por utilizar el método de la ecuación compensatoria o lo que es igual, restar al crecimiento real el saldo vegetativo y obtener, así, el saldo migratorio (Nieto, 2005: 143; Rodenas, 2005b). Este método no está exento de riesgos y limitaciones, como los posibles errores que pueda haber en las cifras de partida o el que no se pueda distinguir entre las migraciones interiores y exteriores, ni entre sus respectivos componentes (inmigración o emigración), por lo que esta ecuación sólo nos permite ver la tendencia del fenómeno y su significación en el crecimiento de una determinada población.

Mediante el empleo de la ecuación compensatoria hemos obtenido que el creci-miento real de la población en Ciudad Real, entre 1981 y 2006, ha sido de 19.131 hab., de los que 7.162 hab. corresponden al crecimiento vegetativo (30,6 %), y por diferencia,

11.969 hab. (69,4 %) al saldo migratorio. Sin embargo, a lo largo del período de estudio, la participación del saldo migratorio no siempre ha sido superior al vegetativo, de forma que se pueden establecer dos etapas claramente diferenciadas y separadas por un punto de inflexión que tiene lugar en 1996.

La primera etapa (1981-1996) se caracterizó por un predominio, casi exclusivo, de la participación del crecimiento vegetativo en el crecimiento real. Mientras la segunda etapa (1996-2006) su rasgo más específico fue un claro retroceso de la participación del saldo vegetativo, que alcanza su mínimo histórico en el último quinquenio (2001-2006), en el que tan sólo supone un 4,8% (Cuadro 3.4).

La diferenciación de estas etapas se muestra, también, si observamos los valores del crecimiento natural en los períodos intercensales, aunque de una manera más matizada (57,8 y 55,0%), que llegan a ocultar el cambio tan radical que se ha producido en el comportamiento del crecimiento vegetativo, sobre todo en los últimos años. Es decir, existe en Ciudad Real una tendencia de decrecimiento constante, y ello pese a que el crecimiento real evoluciona positivamente. Podemos afirmar que los factores biológi-cos han sido una rémora en el crecimiento poblacional actual de la ciudad y un tema

Cuadro 3.4.- Crecimiento real de la población de Ciudad Real según la participación (%) del crecimiento vegetativo y del saldo migratorio. 1975-2006

Crecimiento real de la población de Ciudad Real según la participación (%) del crecimiento vegetativo y del saldo migratorio. 1975-2006

Fuente: Registro civil Ciudad Real, INE y Boletín Estadístico de CLM (40). Elaboración propia

Cabe preguntarnos si el comportamiento de nuestra ciudad con respecto al crecimiento vegetativo ha tenido una situación similar a la de otros espacios o escalas. El resultado es que el saldo natural medio anual del período de estudio en Ciudad Real ha sido del 0,5%, ligeramente superior al 0,2% que alcanzaron en su provincia, en Castilla-La Mancha y en España.

Sobre la base de esta visión global de la repercusión de los factores biológicos y migratorios, nos proponemos analizar, seguidamente, cual ha sido el papel de los distintos elementos que integran cada uno de los dos factores. Ello nos ayudará a comprender la realidad de nuestra ciudad y su posible planificación

(38) 38 A la hora de cuantificar en términos absolutos estos crecimientos conviene tener presente la diversidad de fuentes y sus diferentes problemáticas con los datos migratorios, lo que dificulta la obtención de un valor absoluto concreto y preciso. Para el cálculo de la incidencia de estos en el crecimiento real, nos hemos visto obligados a recurrir a la ecuación de compensación, puesto que los datos más fidedignos eran los del crecimiento real y los del crecimiento vegetativo.

(39) 39 A estas dificultades de carácter general hay que añadir otra, de no menor importancia, respecto a la escala territorial de la información, y es que la mayoría de los datos están referidos a nivel nacional, autonómico y provincial, pero no al ámbito municipal. que reclama una atención y preocupación especial por las enormes consecuencias que conllevan en una ciudad.

(40) 40 Periodo 1976 a 1980 hemos hecho la media con los datos disponibles (que son 1975,1979 y 1980) Periodo 2001-2008 con los datos de cada uno de los años entre 2001 y 2008

3.1.1.2. La repercusión de los factores biológicos en el crecimiento de la población

El crecimiento natural o vegetativo medio anual de Ciudad Real capital, como ya hemos comentado antes, ha experimentado una considerable disminución que se ha dado de una manera continua y progresiva, cuyos rasgos más destacados han sido (Cuadro 3.4):

    -Pese a esa disminución progresiva y continua del crecimiento vegetativo medio anual, su participación en el crecimiento real ha sido diferente y contraria. Frente a una etapa, que va desde 1981 a 1996, en que esa participación aumenta de quinquenio en quinquenio hasta alcanzar el 84% en el período 1986-1991; hay otra etapa que transcurre desde 1996 a 2006, en la que se da un continuo y claro retroceso, alcanzando su mínimo histórico en el último quinquenio (4,8%).

    -Las causas del descenso del crecimiento vegetativo en este período se han debido más a la disminución de la natalidad, de 19,3 % a 10,7 %, que a la mortalidad porque, prácticamente, ha permanecido estancada de 8,3 a 8,9 %.

    -El descenso del crecimiento vegetativo en España se produjo en el año 1989 (0,2%) y lo hace de manera brusca, mientras que en Ciudad Real capital tuvo lugar de forma paulatina y no alcanzó ese valor del 0,2% hasta 1999, es decir, diez años después.

    -Desde el 2004 se está produciendo una recuperación considerable del crecimiento vegetativo debida, probablemente, a la inmigración extranjera, puesto que esta mejoría en el saldo natural también se observa en la Comunidad Autónoma y en España en general.

Como quiera que el crecimiento vegetativo se determina por el mayor o menor contraste entre dos eventos demográficos: la natalidad y la mortalidad, procede, ahora, determinar con más detalle cual ha sido la trayectoria de los componentes de este saldo vegetativo, así como los factores que los condicionan.

a) el descenso acelerado y progresivo de la natalidad

El descenso del crecimiento vegetativo de Ciudad Real en este período se ha debido, sobre todo, a la disminución de la natalidad, en la que han interactuado múltiples factores que veremos a continuación.

Este descenso se inscribe dentro del descenso constatado en España en el último cuarto de siglo, donde llaga a alcanzar uno de los valores más bajos de la Unión Europea. En 1976, la tasa de natalidad en nuestro país era del 18,8 % y en el 2000 se había reducido a 9,7 %, es decir, ha disminuido casi un 10% en tan sólo veinticinco años, fenómeno que no había sucedido, en esas proporciones, a lo largo de su historia, alcanzando los valores más bajos en 1996 donde llega al 9,2 %.

Este declive ha tenido el consiguiente impacto en la población española. Se ha hecho con una novedad y peculiaridad en relación a su entorno europeo: la celeridad con que se ha producido. No obstante, los datos de 2006 muestran una mejoría que apunta a una recuperación de la natalidad (10,9 %), aunque no podemos olvidar la estrecha vinculación que tiene está mejora natalicia con el aumento de población inmigrante.

Sobre las causas de este descenso en España se ha escrito mucho, existiendo un gran consenso en la comunidad científica, por lo que nosotros nos limitaremos a resaltar algunas de ellas, tales como: la mayor accesibilidad a la planificación familiar y el uso de anticonceptivos generalizado; el acceso masivo de la mujer a la universidad lo que supone más tiempo de formación en detrimento de la constitución de familias; la incorporación de la mujer al mundo laboral que resta tiempo a la vida doméstica y familiar; la bajada de los índices de nupcialidad; el elevado precio de la vivienda y los problemas para encontrar empleo, lo que repercute en las estrategias de vida a corto y medio plazo; el aumento de los costes de crianza de los hijos en cuanto a educación, alimentación y vestido; cambios culturales en el modo de concebir las relaciones de la familia y el papel de los hijos dentro de ella, pasando de ser un apoyo a la economía familiar y un báculo para la vejez de los padres, a ser una “inversión a fondo perdido”(Nieto, 2005: 138), la despenalización del aborto en 1985 (41), sin olvidar el cambio de mentalidad de la mujer como madre de familia y como mujer integrada en el competitivo mundo laboral. Factores que han producido una transformación en la percepción social de la mujer de forma que una mujer con menos de 30 años (la edad de mayor fecundidad femenina está entre los 24 y los 30 años) con niños se percibe en nuestra sociedad como un fracaso en el desarrollo de sus potencialidades, al considerar que su opción por formar una familia le ha impedido llegar a un trabajo de mayor prestigio social, para el que tendría que haber invertido más años de preparación. Estos han sido los principales factores que han llegando a constituir un verdadero peligro para asegurar el reemplazo generacional. Con la circunstancia agravante, ya mencionada, de que el ritmo al que se ha reducido esta capacidad regenerativa se ha hecho en menos de dos décadas.

Castilla-La Mancha, acorde con el comportamiento nacional, presenta igualmente una tasa de natalidad en descenso: del 14,7 %, en el período 1975-81; al 12,4 % entre el 1981-1991; al 10,2 % entre 1991 y 2001; y al 10,6 % entre 2001-2006. En la provincia de Ciudad Real, para los mismos períodos, se ha pasado también del 14,7 % en el período

1975-81; al 14,7 % entre el 1981-1991; al 13,1 % ; al 10,5% entre 1991 y 2001; y al 10,2 % entre 2001-2006 (Figura 3.4).

En este contexto, Ciudad Real capital muestra unas tasas más elevadas, durante los períodos en los que la región y la provincia tuvieron valores más bajos de natalidad. En unos casos, como en el período 1975-1981, su valor fue de 19,3 % frente al 14,9 % de la provincia, causado por los efectos estadísticos que generaban el que los alumbramientos tuvieran lugar en las instalaciones sanitarias de la capital. En el resto de los períodos, la capital ha tenido una mayor natalidad que la provincia, sin que ello oculte el descenso progresivo y constante de la tasa de natalidad de la capital, que pasa en la década del 1981 a 1991 a 16,6 %; y en la siguiente (1991-2001) a 13,4 % y llega en el último quinquenio (2001-2006) a 11,6 %.

Figura 3.4.- Evolución de la Tasa de natalidad en España, Castilla-La Mancha, Ciudad Real (provincia y capital). 1981-2006

Evolución de la Tasa de natalidad en España, Castilla-La Mancha, Ciudad Real (provincia y capital). 1981-2006

Fuente: Registro Civil e INE. Elaboración propia

Algunos indicadores que nos muestran el declive de la natalidad son: a) El aumento de la edad de contraer matrimonio y el consiguiente desplazamiento del ciclo reproductivo a mayores edades y el descenso del promedio del número de hijos por mujer; b) el aumento de las rupturas familiares contribuye a la disminución del número de hijos; c) la formación de nuevos hogares sin un compromiso matrimonial contribuye a una reducción del promedio de hijos por hogar.

Entre 1979 y 2000 las mujeres españolas en su conjunto retrasaron la edad de acceso al matrimonio en 5,2 años (28,7 años en 2000) y los varones en 4,8 años (30,9 años en el mismo año). Ello ha provocado que los “tradicionales” grupos de edad más fecundos de la mujer, los de 25-29 años y los de 20-24 años, se hayan sustituido por los de 30-34 y en parte por el de 35-39, grupo este último que, durante la década de los 90, aumenta su tasa de fecundidad, aunque estos incrementos son débiles y no se reflejan en las cifras totales de fecundidad (Gozálvez, 2001:13). Esta tendencia se manifiesta también en Ciudad Real donde, en el 2005, el mayor porcentaje de casamientos para ambos sexos estuvo en los 29 años. Es decir, en los valores medios nacionales.

Los efectos respecto a la edad más fecunda de la mujer en nuestra ciudad se constatan en el hecho de que, en 1980, la edad más fecunda de las mujeres era a los 24 años y, en el 2006, esta edad son los 32 años. Es decir, se ha retrasado ocho años. Ello supone que la mujer ha perdido gran parte de su período más fértil (de los 24 a los 34 años), por lo que la decisión de retrasar el primer hijo lleva implícita, aunque sólo sea por razones puramente biológicas, la disminución del posible número de hijos, y en Ciudad Real además, en el 2006, se traduce en que la mayoría de los nacimientos se producen en las mujeres que tienen edades comprendidas entre los 29 y 35 años. La otra consecuencia es la tendencia a la baja en la fecundidad genésica que, en el caso concreto de Ciudad Real, era en 1981 del 67% y en el 2006 ha pasado a 41,5 %, aunque se percibe una ligera recuperación a partir del 2003. Disminución y recuperación semejante a la que se da en los otros ámbitos territoriales con que se viene comparando. En todos ellos en 1981, la tasa superaba el 60%, mientras que en 2001 se reduce a valores en torno al 38%, con una ligera recuperación en los últimos años que mejora la tasa alcanzando el 40% .

El resultado es que el número medio de hijos por mujer ha descendido tanto en nuestra ciudad como en las otras escalas territoriales (Cuadro 3.5). Entre 1981 y 2001 España ha pasado de 2 a 1,2 hijos por mujer; la Comunidad Autónoma ha pasado de 2,3 a 1,3 hijos por mujer; la provincia ha pasado de 2,3 hijos por mujer a 1,3; y Ciudad Real capital ha pasado de 2,8 a 1,9 hijos por mujer.

Sin embargo, el comportamiento de Ciudad Real con respecto al número de hijos por mujer es anómalo, puesto que tras la drástica disminución del número medio de hijos por mujer de la década de los ochenta (2,8 pasó a 1,7), es el único que aumenta los valores entre 1991 y 2001 (1,7 pasó a 1,9). El resto de escalas comparadas (provincia, región y nación) no han dejado de disminuir el número medio de hijos por mujer, teniendo una media en torno al 1,3.

Cuadro 3.5.- Evolución del número medio de hijos por mujer. 1981-2001

Evolución del número medio de hijos por mujer. 1981-2001

Fuente: INE. Series históricas; Censos 1981, 1991, 2001; Padrón 2006. Elaboración propia

En cuanto a la edad de la madre y su relación con el estado civil en Ciudad Real se sigue la misma tendencia que en el conjunto español, donde además de haberse retrasado la edad de tener el primer hijo, ha aumentado el número de hijos fuera del matrimonio. El retraso en la edad de la madre para tener hijos no solo se da entre las casadas sino también se produce en las madres solteras, pues según los datos del INE de 2006, el mayor número de estas mujeres deciden ser madres a los 35-36 años aunque hay otras edades (22 y 27 años) con valores elevados que coincide con su período más fértil, y suponen un 21,4% del total de los nacidos de Ciudad Real.

Con respecto al número de nacimientos según el estado civil de las madres (Figura 3.5 y Figura 3.6) en la ciudad, casi el 80% de ellos tienen lugar dentro del matrimonio, aunque en 1996 suponían el 91,5% y, en el 2006, ha descendido al 79,4%. El número de nacimientos por mujeres que deciden tenerlos fuera del matrimonio es bastante menor siendo la norma general tener un único hijo, aunque en los últimos cinco años se observa un incremento del número de madres no casadas con dos hijos (25% de los niños nacidos, es decir, 42 de los 165 que nacieron en el 2005), por lo que se puede afirmar, que el matrimonio además de propiciar la natalidad, favorece el mayor número de hijos ya que las mujeres buscan y prefieren, a la hora de ser madres, la estabilidad civil e institucional que proporciona el matrimonio. Esta realidad da lugar a que el número de nacimientos por familia sea mayor en los hogares formados por mujeres casadas, donde el número de hijos suele llegar hasta el tercero, si bien es muy poco frecuente superar este número ya que, desde el punto de vista legal, se consideran familias numerosas a partir de tres hijos y no de cinco como antes.

Figura 3.5.- Número de hijos de mujeres casadas en Ciudad Real capital.1996-2006

Número de hijos de mujeres casadas en Ciudad Real capital.1996-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

Figura 3.6.- Número de hijos de madre no casada en Ciudad Real capital. 1996-2006

Número de hijos de madre no casada en Ciudad Real capital. 1996-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

La estrecha relación entre la natalidad y el matrimonio que acabamos de indicar no puede entenderse como una relación directa entre ambos fenómenos, sino como un elemento que favorece la natalidad de forma indirecta. Por ello, aunque la nupcialidad en Ciudad Real (Cuadro 3.6) mantiene unos valores constantes (alrededor del 5 %) desde 1994, con pequeños puntos de baja (4,8% en 1996 y 4,7% en 1997), no ha conseguido que la natalidad se mantenga, sino que ha decrecido, independientemente del equilibrio de este factor, por lo que pensamos que no es el matrimonio el único factor que interviene, sino que también hemos de considerar el cambio cultural sobre la concepción de la familia como otro de los factores que realmente inciden en la natalidad.

Cuadro 3.6.- Nacimientos de madres casadas y no casadas en el último decenio en Ciudad Real capital. 1996-2006

Nacimientos de madres casadas y no casadas en el último decenio en Ciudad Real capital. 1996-2006

Fuente: INE. Movimiento Natural. Nacimientos. Nacimientos de madres no casadas por residencia de la madre (capitales) y orden del nacimiento. Elaboración propia

En la evolución del estado civil en Ciudad Real observamos que la tasa de nupcialidad tiende a disminuir desde 1975 a 2006, pasando de 7,6 a 4,9 %. Esta tendencia no se ha dado de manera continua y homogénea hasta los años 90. Así por ejemplo los valores de 1975 —valores superiores al 7% (7,6%)— se vuelven a repetir al final de la década de los ochenta (en 1987 tenía 7,3% y 1988 era de 7,2%; en 1990 se mantuvo en 7,2%), y es a partir de los 90, cuando podemos observar la disminución rítmica y contaste de la que hablábamos hasta llegar a los 4,9% del 2006.

No obstante, si comparamos la tasa de nupcialidad local con la provincial, regional o nacional, comprobamos que la capital de Ciudad Real siempre ha tenido valores superiores. Es decir, mientras la capital tenía en 1980 una tasa de 6,8%, en la provincia era de un 6%; o en 1991 los valores eran de 6,8%, y 5,9%, respectivamente. Diferencias que han disminuido en los últimos años, puesto que, en el 2001, la tasa de nupcialidad, entre ambas escalas, apenas suponía medio punto de diferencia, teniendo Ciudad Real capital un 5,5% y 4,8% su provincia; y en el 2006 de 4,9% frente a 4,5%, respectivamente. En lo que si se registra un gran paralelismo entre capital y provincia es en el momento de mayor nupcialidad, puesto que en ambas tuvo lugar en la década de los 80. Circunstancia que no se dio ni en la Comunidad Autónoma, ni en España. Concretamente, en 1975, Ciudad Real y Castilla-La Mancha tenían la misma tasa de nupcialidad (7,6%) pero, en 1980, la capital tenía 6,8%, y la región 5,9%. Es decir, el descenso ha sido más brusco en la Comunidad que en nuestra ciudad, donde se ha hecho de forma más gradual.

Podemos concluir afirmando que el tener menos hijos está más relacionado con un cambio cultural sobre el concepto de la familia, que con la escasez de matrimonios, puesto que éstos han mantenido la misma tendencia en los últimos diez años, aunque cada vez es mayor el número de separados y divorciados (Cuadro 3.7).

El descenso de la fecundidad puede tener consecuencias peligrosas, como lo acredita el hecho de que hoy en día son muchos los países de nuestro entorno que intentan frenarla a través de distintas iniciativas favorecedoras de la conciliación de la vida familiar y profesional y existe, también, una opinión optimista en algunos autores (Nieto et al, 2005) que consideran que esta situación de descenso de la fecundidad puede corregirse con políticas de población adecuadas. En la Unión Europea las prestaciones de este tipo son muy desiguales según países, así por ejemplo, las ayudas a familia e infancia con valores medios del presupuesto total de gastos de protección social, según datos del Eurostat de 1999, son del 8,5%, con valores tan dispares como los de Luxemburgo con el 15,5% y España el 2,1% (Sullerot, 2003; Chesnais, 2003).

Cuadro 3.7.- Evolución de la población de Ciudad Real capital según su estado civil. 1981-2001

Evolución de la población de Ciudad Real capital según su estado civil. 1981-2001

Fuente: INE, Censo 1981, 1991, 2001. Elaboración propia

En el caso español la reciente entrada en vigor de la Ley de Conciliación Familiar y Laboral regula el tiempo de baja laboral por maternidad antes y después del parto (compartida en esta segunda fase por el hombre); el control de los despidos o no contratos en relación con la maternidad; y el considerar familia numerosa con tres hijos… En nuestra opinión, estas medidas son un paso positivo pero insuficientes, y nos remitimos a los hechos que demuestran cómo se mantiene la tendencia a la baja o a la estabilidad en un bajo porcentaje de hijos por mujer, pese a las medidas tomadas que apuntan a la necesidad de introducir modificaciones de mejora que atajen realmente el problema (Gozálvez, 2003: 11).

b) la mortalidad como indicador del nivel de desarrollo social

La mortalidad en Ciudad Real, prácticamente, ha permanecido estancada (7,8 % en 1981 y 8,0 % en 2006), con valores tan bajos, que difícilmente se prevé que vayan a descender más. Sin embargo, su estudio nos proporciona unos indicadores fiables del nivel de desarrollo de una sociedad. Conocer las causas de la mortalidad y la esperanza de vida al nacer, son cuestiones de especial interés social por las repercusiones que tiene en las pensiones y en la dotación de servicios específicamente destinados a los grupos de edad más avanzados que, cada vez, son más numerosos.

El estudio de la mortalidad de una población es esencial tanto para el conocimiento de la evolución de sus principales indicadores (esperanza de vida, mortalidad infantil...) como para el establecimiento de proyecciones demográficas y de la determinación del saldo vegetativo. El envejecimiento que se viene experimentando en la población de España, al igual que la de Castilla-La Mancha y Ciudad Real, con la consecuente incidencia en la planificación de los sistemas sanitarios y de pensiones, ha hecho que aumente el interés por dicho fenómeno.

En la evolución de la mortalidad en Ciudad Real se aprecia una gran similitud con la seguida a nivel nacional, cuyos valores nunca superan el 10 %. Sin embargo, su provincia y Comunidad Autónoma tienen valores más altos (Cuadro 3.8), debido, a que se incluyen las áreas rurales provinciales o regionales, en las que existe un mayor envejecimiento de la población y por tanto una mayor mortalidad.

Cuadro 3.8.- Evolución de la Tasa Bruta de mortalidad en Ciudad Real. 1981-2006

Evolución de la Tasa Bruta de mortalidad en Ciudad Real. 1981-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

En el conjunto de la mortalidad la tasa correspondiente a la población infantil no es apenas significativa en nuestro entorno ya que en las sociedades desarrolladas ha experimentado un notable descenso gracias a los avances sanitarios y es, por otra parte, un índice óptimo para medir las condiciones de mortalidad y un indicador fiable del nivel de desarrollo de las sociedades. En Ciudad Real se ha pasado de una mortalidad infantil, en 1975 del 32,5 % al 0,0 % en el año 2006, dado que ese año no figura ningún fallecido menor de 1 año, aunque, de momento, sea una situación excepcional con respecto a los años anteriores. Esta tasa en Castilla-La Mancha ha disminuido también desde el 12,5% en 1980 hasta el 3,5% en 2006, presentando, en todas sus provincias, uno de los valores más bajos de España, lo que nos lleva a pensar que, en nuestra región, nos encontramos en límites difícilmente mejorables y la sitúan en una posición de óptima calidad de vida (Criado y Romo, 2003: 421).

La relación directa entre mortalidad y envejecimiento de la población, hace necesario estudiar este fenómeno en función de los grupos de edad en que tiene lugar el fallecimiento y su causa. En el caso concreto de Ciudad Real el mayor número de falle-cimientos tiene lugar, como es lógico, entre los 80 y 84 años (20,1%) junto con las que ocurren entre los 85-89 años (16,5 %), de forma que sumando los fallecidos a partir de los 75 años representan el 67,5 % del total de la mortalidad (Figura 3.7).

Figura 3.7.- Defunciones (%) según grupos de edad. Ciudad Real. 2006

Defunciones (%) según grupos de edad. Ciudad Real. 2006

Fuente: INE. Elaboración propia

Conocer las causas de la mortalidad es una cuestión de especial interés social por las múltiples repercusiones que tiene. Existe una Lista Reducida de la CIE-OMS (Organización Panamericana de Salud: 1995)(42) (Figura 3.8 y Figura 3.9).

En función de la CIE-OMS, las enfermedades del sistema circulatorio son la primera causa de muerte en Ciudad Real con un 29 %, algo inferior que en el conjunto del país (32,5 %), de la ComunidadAutónoma (32,2 %), y de la provincia (32,4 %). Con la particularidad de que existen ligeras diferencias si la consideramos por sexos (28,5% para varones y 29,6% para mujeres en nuestra ciudad de estudio). Le siguen en importancia, ocupando el segundo lugar, los fallecimientos por tumores, con valores del 28,5 % en Ciudad Real capital, del 27,4 % en España, 25,2 % en Castilla-La Mancha y 25,3 % en la provincia de Ciudad Real. Estos dos grupos de enfermedades (sistema circulatorio y tumores), en su conjunto, son la causa del 57,5% de las defunciones ocurridas en 2006 en Ciudad Real, con valores semejantes, aunque algo inferiores, a los de las otras escalas territoriales comparadas (59,9 % en España, 57,3 en Castilla-La Mancha y 57,7 % en la provincia).

La tercera causa de mortalidad son las generadas por el sistema respiratorio (11,1 %), siguiéndole en importancia, aunque a mucha distancia, las del aparato digestivo (6,5%) y las del sistema nervioso (5,4%). Mención especial merece, no tanto por su significación cuantitativa sino social, el número de defunciones por accidentes de tráfico (grupo XX de la CIE-10), que tiene una mayor repercusión entre los varones (5,1 % en Ciudad Real), a pesar de que en los últimos años la cifra de muertos por esta causa haya descendido en nuestro país en un 12,2%, pero continúa siendo muy elevada con respecto a la Unión Europea.

Figura 3.8.- Causas de mortalidad en España, Castilla-La Mancha, Ciudad Real (provincia y capital). 2006

Causas de mortalidad en España, Castilla-La Mancha, Ciudad Real (provincia y capital). 2006

Fuente: INE. Elaboración propia

Figura 3.9.- Causas de mortalidad por sexo en Ciudad Real (%). 2006.

Causas de mortalidad por sexo en Ciudad Real (%). 2006

Fuente: INE. Elaboración propia

La gran similitud entre los valores de las causas de mortalidad nacionales y los de nuestra ciudad, nos puede servir de indicador para detectar la calidad de nuestro sistema sanitario local y regional. En la Unión Europea (UE de los 27), la principal causa de muerte para ambos sexos es la producida por las enfermedades del aparato circulatorio (40%), siendo el número de mujeres fallecidas por esta causa mayor que el de hombres. En el caso de hombres fallecidos a causa de tumores, la media española está por encima de la media de la Unión Europea, pudiendo estar la explicación en el tabaquismo, lo que también ocurre en Italia y Holanda (Comisión Europea de Salud Pública, 2007, www. ec.europea.eu).

La principal causa de mortalidad en nuestra ciudad, como acabamos de indicar, son las del sistema circulatorio. Enfermedades que tienen una mayor incidencia entre las mujeres que entre los hombres, comenzando a acentuarse a partir de los 65 años, a veces inicialmente son mayores entre los varones, sin embargo a partir de los 80 años se invierte en favor de las mujeres, entre otros motivos porque el número de estas se incrementa por tener una tasa de mortalidad inferior y una mayor esperanza de vida.

Respecto a la mortalidad por enfermedades relacionadas con los tumores y con el sistema respiratorio, los hombres son más proclives y con una edad más temprana que las mujeres. Las muertes por tumores inciden, especialmente, a partir de los 55 años, alcanzando su punto álgido en el grupo de edad de 80-84, con una desproporción muy acusada entre los varones, que superan en más de un 75 % a las mujeres. Los fallecimientos por enfermedades del aparato respiratorio adquieren su mayor peso a partir de los 75 años, y en todos los grupos de edad es mayor el número de varones que el de mujeres, debido al tabaquismo, al alcohol y al tipo de trabajo, aunque estas causas tienden a igualarse dados los nuevos hábitos femeninos. Por último, las defunciones por causas externas, entre las que se incluyen los accidentes de tráfico, tienen una distribución más irregular por grupos de edad y, como se dijo antes, es mayor entre los hombres que entre las mujeres. No obstante, los grupos con mayor número de fallecimientos son los comprendidos entre 30-39 y a partir de los 80 años.

La consideración de las variaciones climáticas entre las causas determinantes de mortalidad no tiene ninguna significación en nuestra ciudad (Cuadro 3.9) ni tampoco se aprecia ninguna relación con la estacionalidad, pese al rigor y los contrastes de temperaturas que sufrimos ya que los valores son bastantes similares en todos los meses, aunque existe una ligera disminución en los meses donde la temperatura es más moderada (marzo, abril y mayo).

Cuadro 3.9.- La mortalidad por meses en Ciudad Real 2006

La mortalidad por meses en Ciudad Real 2006

La mortalidad por meses en Ciudad Real 2006

Fuente: INE. Elaboración propia

La esperanza de vida al nacer es una cuestión de especial interés social por las repercusiones que tiene en las pensiones y en la dotación de servicios específicamente destinados a los grupos de edad más avanzaos que, cada vez, son más numerosos. La ausencia de información sobre este índice demográfico en los datos publicados por el INE para las capitales de provincia, así como las limitaciones a nivel provincial y autonómico en la publicación de los años (sólo existen datos entre 1992-2005), nos ha llevado a calcularla a nosotros mismos (Cuadro 3.10), siguiendo el método propuesto por Pérez Díaz (2007). Su cálculo es bastante complejo por estar basado en una prospectiva estadística para la que hay que confeccionar unas “tablas de mortalidad o tablas de vida”, en las que, partiendo de una población ficticia de 100.000 recién nacidos, se calcula la evolución que seguirían estos nacidos aplicándoles los índices de mortalidad específicos de dicha población.

Cuadro 3.10.- Evolución de la esperanza de vida al nacer en España, Castilla-La Mancha, Ciudad Real (provincia y capital). 1998-2005

Evolución de la esperanza de vida al nacer en España, Castilla-La Mancha, Ciudad Real (provincia y capital). 1998-2005

Fuente. INE. Elaboración propia

Con los datos obtenidos se corrobora el hecho de que las mujeres viven más que los hombres, y la tendencia favorable en la esperanza de vida es más acusada en las mujeres que en los varones. Por último y a modo de síntesis, podemos decir, que en Ciudad Real el avance más destacado, ha sido la significativa reducción en su mortalidad infantil, teniendo una tasa del 32,5 % en 1975 al 0,0 % en el año 2006. Mientras que el 67,5 % del total de la mortalidad se produce en los mayores de 75 años. La esperanza de vida ha aumentado en un año entre 1998 y 2005 para ambos sexos (en los hombres se ha pasado de 75,3 a 76,2 años, y en las mujeres de 82,8 a 83,1 años), siguiendo la tónica nacional. Dentro de las múltiples causas de mortalidad, dos grupos de enfermedades (sistema circulatorio y tumores), son la causa del 57,5% de las defunciones ocurridas en 2006 en Ciudad Real (Figura 3.10).

Como conclusión del análisis que acabamos de hacer con respecto a los factores biológicos del crecimiento, podemos afirmar que las tendencias evolutivas del crecimiento vegetativo de Ciudad Real en este período de estudio (1980-2006) han sido: una natalidad con una continua tendencia a la baja, que ha pasado del 17,0% al 11,2%; una mortalidad que se ha mantenido bastante constante, en torno al 8,5%, teniendo valores tan bajos, que difícilmente se prevé que vayan a descender más; una tendencia decreciente del saldo vegetativo, que se puede apreciar tanto en los valores absolutos, como en los valores relativos, pasando del 0,8% en período 1981-1991, respecto al 0,4% del 2001-2006, coincidiendo este última etapa con los valores más altos del crecimiento real de la población de Ciudad Real (2,9%), lo que nos apunta a que la causa de su crecimiento está, como veremos en el siguiente apartado, en el incremento del saldo migratorio, que ha pasado de un 0,6% entre 1981-1991 a un 2,7% entre 2001-2006.

Figura 3.10.- Evolución de la esperanza de vida al nacer en España, Castilla-La Mancha, Ciudad Real (provincia y capital). 1998-2005

Evolución de la esperanza de vida al nacer en España, Castilla-La Mancha, Ciudad Real (provincia y capital). 1998-2005

Fuente. INE. Elaboración propia

(41) La Ley Orgánica 9/1985 introduce el artículo 417bis en el código penal mediante el cual se despenaliza el aborto en ciertos supuestos. La ley orgánica 10/1995 del Código Penal deja vigente el artículo 417bis del antiguo código. En 2010 se aprueba la ley sobre Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo que autoriza el aborto libre hasta la 22 semana incluso a mujeres de 16 años.

(42) Selecciona las causas en función de los Códigos dentro de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y problemas de Salud (CIE-OMS, 10ª Revisión)

3.1.1.3. La repercusión de los factores migratorios en el crecimiento de la población

Los factores migratorios han supuesto el 69,4 % del crecimiento real de Ciudad Real en nuestro período de estudio. Sin embargo, la importancia de la inmigración en Ciudad Real comenzó en 1996, cuando empieza a tener valores superiores a los del crecimiento vegetativo. En el último quinquenio (2001-2006) alcanzó una representación del 94,8% sobre el total del crecimiento real de la ciudad, el más alto de su historia.

Como se comentó antes, uno de los problemas en el estudio de los movimientos migratorios son las fuentes que se pueden agrupar en dos grandes tipos: las que facilitan datos sobre los flujos migratorios y las que lo hacen sobre los efectivos o stock, aunque algunas, como la Estadística de Permisos de Trabajo, nos facilitan datos de los dos tipos. Hay, además, otras fuentes sobre migraciones exteriores a cuyo uso renunciamos por considerar que aún ofrecen menor fiabilidad.

    a) Tipo stock o de efectivos: los Censos y Padrones Municipales; la Estadística de Permisos de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; la Estadística de Emigración Asistida del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; el Fichero de Extranjeros Residentes de la Dirección General de Policía…

    b) Tipo flujo: Encuesta de Variación Residencial (EVR), publicada por el INE; algunas preguntas retrospectivas de los Censos permiten clasificar a los desplazados sobrevivientes en el año censal por el año de llegada al lugar de residencia; los permisos administrativos de distinto tipo permiten obtener, por diferencias anuales de los stocks, la evolución del crecimiento; las concesiones de nacionalidad del Ministerio de Justicia; las Altas Laborales de Trabajadores de la Seguridad Social; y la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el INE (Escribano, 1999: 11; Instituto de Estadística Andaluz, 2007).

El análisis de la repercusión de los movimientos migratorios en el crecimiento demográfico de la ciudad lo hemos estructurado en tres grandes apartados: El primero dedicado a la evolución de los efectivos migrantes según su procedencia; el segundo dedicado exclusivamente a las migraciones interiores y a sus características socio-profesionales; y el tercero dedicado a las migraciones exteriores y a sus características socio-profesionales.

A) la evolución de los efectivos migrantes según su procedencia

Según la ecuación de compensación del crecimiento real, el saldo migratorio pasa de participar en el crecimiento real de un 44,1 % en el quinquenio 1981-1986 a un 94,8 % entre 2001-2006. Sin embargo, existen distintas fuentes en el INE que nos aportan datos más detallados sobre la evolución y origen de los saldos migratorios.

De las fuentes del tipo stock o de efectivos del INE, hemos escogido los Censos de Población, en su apartado “Población según el lugar de nacimiento” para los años censales (1981, 1991 y 2001), y la Explotación estadística del Padrón para los años 2002 al 2006 (con el fin de completar la serie temporal).

Con los datos aportados por estas fuentes la evolución de los nacidos fuera de Ciudad Real capital ha aumentado, puesto que en 1981 los nacidos en la capital suponían el 79,1% de los censados, mientras que en el 2006, se reducen al 54,9% (Cuadro 3.11).

Cuadro 3.11.- Población de Ciudad Real según el lugar de nacimiento (%). 1981-2006

Población de Ciudad Real según el lugar de nacimiento (%). 1981-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

En este aumento de los nacidos fuera de la capital tenemos que distinguir entre las migraciones interiores y exteriores, porque tienen unas pautas de comportamiento diferentes y una desigual repercusión social.

Desde el punto de vista cuantitativo, las migraciones interiores (es decir, los nacidos en otras ciudades españolas pero que residen en Ciudad Real) han empezado a tener una verdadera significación a partir de 1991 (más del 40% del total de los nacidos), mientras que las migraciones exteriores hasta el año 2001 fueron prácticamente inexistentes (no llegaban al 1% y en 2006 eran del 5% sobre el total).

Las pautas de comportamiento de estos dos colectivos de inmigrantes (españoles y extranjeros) también han sido muy diferentes. Por un lado, los nacidos en el extranjero han crecido de forma constante, y con un espectacular incremento a partir del año 2001 (0,2% en 1981; 1,2% en 2001; y 5% en 2006). Y por otro lado, la población nacida en la provincia y en otras provincias españolas se ha mantenido prácticamente estancada desde 1991 (43,7% en 1991; 43% en 2001; y 45,2% en 2006).

De las fuentes del tipo flujo del INE, hemos escogido la Encuesta de Variación Residencial (EVR) realizada por el INE desde el año 1988 (cuadro 3.12), porque recoge los datos sobre altas y bajas de residencia ocurridos en los Padrones Municipales y consideramos que, pese a los inconvenientes que pueda ofrecer, pensamos que es la fuente más útil y fiable respecto a los datos de las migraciones exteriores, por cuanto un residente extranjero es más cuidadoso a la hora de notificar en el padrón un cambio de residencia que un ciudadano de nacionalidad española. De ahí que, aplicando de nuevo la ecuación de compensación, podamos obtener a partir de ellas el volumen de las mi-graciones interiores.

Cuadro 3.12.- Participación de saldo migratorio interior y exterior en Ciudad Real. 1988-2006

Participación de saldo migratorio interior y exterior en Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: INE: EVR. Elaboración propia

Según los datos aportados para la emigración exterior por la Encuesta de Variación Residencial (43) (EVR) y la ecuación compensatoria, observamos un comportamiento similar al obtenido con los del Censo y Explotación del Padrón. Las migraciones interiores son las responsables, con valores casi siempre superiores al 90%, del total de las migraciones hasta el 2002. A partir de esa fecha, las migraciones exteriores empiezan a tener valores superiores al 40% del total.

El resultado es que de los 10.773 hab. que han llegado a Ciudad Real entre 1988 y 2006 (datos de la EVR), 3.193 hab. (29,6 %) proceden del extranjero y los restantes

7.580 hab. (70,4 %) de España, por lo que queda ratificada nuestra afirmación anterior de que, pese al crecimiento de la inmigración exterior, su significación cuantitativa en el crecimiento poblacional de nuestra ciudad ha sido escasa.

Respecto a los años en los que con la ecuación compensatoria aparecen con valor negativo, es decir que son años en los que ha habido más salidas que entradas, estos han sido: 1991, 1996, 1997, 1999 y 2000, y se han debido, sobre todo, a movimientos en el interior de España.

A.1. Las migraciones interiores

El papel de las migraciones interiores en Ciudad Real no solo ha sido mayor que las exteriores sino que, durante el período de estudio, ha ido en ascenso (Figura 3.11). Así lo acredita el hecho de que el porcentaje de población que ha nacido fuera del propio municipio ha pasado del 20,2 % en 1981 al 45,2 % en 2006, según los datos del INE, lo que ha supuesto un incremento de un 25 % en los habitantes de fuera de la ciudad.

En el estudio de las migraciones interiores de Ciudad Real capital entre 1988 y 2006, estudiaremos: en primer lugar, la evolución de las mismas distinguiendo las principales etapas, según su comportamiento, comparado con el conjunto nacional; en segundo lugar analizaremos la inmigración y la emigración por separado; y por último, analizaremos cuales son las principales características sociodemográficas de las migraciones.

Figura 3.11.- Población de Ciudad Real (capital) según procedencia exterior e interior. 1981-2006

Población de Ciudad Real (capital) según procedencia exterior e interior. 1981-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

Evolución del movimiento migratorio interior

En la evolución de este tipo de movimiento migratorio en España es habitual (Cabré et al., 1985; Romero y Albertos, 1993; Pujadas et al., 1995; García Coll y Puyol, 1997, Romero, 2005; y Recaño, 2003: 180) distinguir dos grandes etapas separadas entre sí por la crisis económica del precio del petróleo:

La primera etapa se extiende desde finales del siglo XIX hasta 1975 y se caracteriza por las migraciones unidireccionales, teniendo como origen los núcleos rurales y como destino las áreas urbanas (Cataluña, Madrid, País Vasco y otras áreas urbanas e industriales de las regiones de menor desarrollo económico). Las migraciones son causadas por motivos laborales, a fin de satisfacer las necesidades de mano de obra que los cambios económicos, realizados en los sesenta, necesitaban en la industria, con la consiguiente reestructuración del sector agrícola (Ródenas y Martí, 2005a: 22 y ss.).

En la segunda etapa, que se extiende desde 1976 hasta nuestros días, se caracteriza por la tendencia alcista ya indicada y por su pluridireccionalidad, que da lugar al entrecruzamiento de movimientos en el territorio nacional. Estos movimientos contribuyen a suavizar los desequilibrados saldos migratorios de la etapa anterior. Las causas de estas migraciones internas dejan de ser exclusivamente laborales, influyendo otros motivos como los del retorno, o la búsqueda de mayor calidad de vida y estudios (Pandero y García, 1997).

En esta segunda etapa se incrementa la movilidad pendular y temporal, favorecidas por la mejora de los transportes, lo que conlleva el descenso de las migraciones de largo recorrido (interprovinciales e interregionales) a favor de las intraprovinciales y periferias de las aglomeraciones urbanas y áreas metropolitanas, que son compensadas, a efectos de saldo migratorio, por la llegada de extranjeros (Figura 3.12).

Figura 3.12.- Migraciones interiores en España en la segunda etapa. 1975-2006

Migraciones interiores en España en  la segunda etapa. 1975-2006

Fuente: Elaboración propia

Se produce un descenso del éxodo rural, con una progresiva disminución de los desplazamientos a las grandes ciudades, generando un nuevo rol dentro del sistema migratorio, en el que las ciudades medias adquieren protagonismo. En ella las provincias tradicionalmente receptoras (Barcelona, Madrid, Vizcaya, Guipúzcoa) se convierten en emisoras netas, explicable por la saturación del tejido residencial y la crisis de la industria tradicional, mientras que se convierten en receptoras aquellas provincias que tienen una estructura productiva más diversificada con un papel relevante de los servicios (provincias insulares, mediterráneas y del eje del Ebro). Por último, muchas de las provincias tradicionalmente emisoras dejan de serlo, al menos por algunos años, a causa de los retornos, pero otras, entre las que se encuentra la provincia de Ciudad Real, no pierden nunca ese carácter (Romero, 2005: 218-219 y Panadero y García, 1997).

Dentro de esta segunda etapa (1976-2006) se suelen distinguir, a su vez, dos fases: la primera desde 1976 hasta 1985, que puede calificarse de transición con respecto a la etapa anterior, caracterizada por: la desaceleración del proceso migratorio con la disminución de las salidas hacia Cataluña, Madrid, País Vasco etc.; la aparición de los retornos desde las regiones anteriormente inmigratorias hacia las zonas que habían alimentado la emigración en décadas anteriores (Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia); y el mayor protagonismo de los polos migratorios secundarios localizados en las nuevas áreas de de desarrollo económico del litoral mediterráneo e insulares (Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias). La segunda fase, desde 1986 hasta nuestros días, en la que se consolidan los cambios que hemos apuntado como propios de la etapa y coincide con una nueva fase de crecimiento económico, con un ciclo expansivo hasta 1991; una breve recesión entre 1992 y 1995; y una nueva fase de crecimiento que dura desde 1996 hasta el 2006 (Recaño y Cabré, 2003: 180).

Precisamente en esta segunda fase es en la que hemos de encuadrar nuestro estudio de las migraciones internas de Ciudad Real y para ello vamos a seguir los datos proporcionados por la EVR a partir de 1988 ya que, como se dijo antes, es el año en el que se implantan e informatizan los documentos de la EVR en un documento único que debía cumplimentar el ciudadano cada vez que cambiaba de residencia, por lo que nosotros comenzaremos el análisis en ese año (Escribano, 1999: 1-2; Romero, 2005: 209).

La evolución para Ciudad Real coincide, básicamente, aunque con algunas diferencias, con las pautas seguidas por las migraciones interiores en España donde se dan las siguientes fases o etapas (Romero, 2005: 221-222 y Recaño, 2003: 183-184):

    1. Una primera etapa, en la segunda mitad de los ochenta y primeros años de los noventa, en España se produce una dinamización de los movimientos in-ternos, en especial los interprovinciales e interregionales, como consecuencia del fuerte incremento de la actividad económica. Nuestra ciudad se distancia de ese esquema evolutivo ya que prácticamente se duplica la emigración con destino a la propia provincia (24,4 % en 1988 y 45,6 % en 1993) y a otras provincias de la propia comunidad (5,8 % y 10,3 %, respectivamente), mientras que se reduce considerablemente la emigración a otras provincias fuera de la comunidad autónoma (69,7 % en 1988 y 44,1 % en 1993) y la inmigración permanece con valores muy constantes en todos sus lugares de origen (Cuadro 3.13).

Cuadro 3.13.- Origen y destino de la migración interior de Ciudad Real (%). 1988-2006

Origen y destino de la migración interior de Ciudad Real (%). 1988-2006

Fuente: INE. Migraciones. EVR. Elaboración propia

No se da, por tanto, un crecimiento en los movimientos interregionales, pero sí en los intrarregionales e intraprovinciales y ello, por un doble motivo: por una parte, la capital está sufriendo los efectos de la instauración de la Comunidad Autónoma, con el traslado de una parte importante de los efectivos desplazados a Toledo, por ser la capital de la autonomía, produciéndose una significativa emigración de funcionarios. Y por otra, el efecto de centralidad de Ciudad Real, creado por su capitalidad y estimulado, a su vez, por los cambios residenciales generados con la puesta en funcionamiento de la Universidad con parte de sus facultades y servicios en la capital, fomentando una gran movilidad con respecto a su provincia.

    2. Una segunda etapa, en la década de los noventa de ralentización (Figura 3.13) en la que asistimos a una coyuntura de crisis económica que se evidencia más, después de las celebraciones del año 1992 (Expo y Olimpiadas), con la particularidad de que crecen las migraciones intraprovinciales.

Figura 3.13.- Evolución del Movimiento Migratorio en Ciudad Real. 1988-2006

Evolución del Movimiento Migratorio en Ciudad Real. 1988-2006

Evolución del Movimiento Migratorio en Ciudad Real. 1988-2006

Evolución del Movimiento Migratorio en Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: Fuente: INE. Migraciones. EVR. Elaboración propia

En Ciudad Real esta ralentización se refleja: en el descenso general del saldo migratorio (213 en 1994 y 102 en 2001), en el estancamiento de la inmigración intraprovincial e intrarregional (54,4 % en 1994 y 51,2 % en 2001 para la primera, y 7,1 % y 6,9 %, respectivamente, para la segunda) coincidiendo, también, con el crecimiento de la inmigración interprovincial que, en nuestra ciudad, pasa del 52,2 % al 54,3%. La emigración, sin embargo, disminuye de forma importante en el destino intraprovincial (53,6 % en 1994 y 38,9 % en 2001), pero aumenta, suavemente, la que se dirige a provincias de Castilla-La Mancha (6,7 % y 8,6 %) y más intensamente la que se dirige a otras Comunidades (39,8 % y 52,4 %). Es decir, se produce una cierta estabilización de la movilidad en Ciudad Real como en el conjunto español con aumento de la movilidad interprovincial y disminución de la intraprovincial.

    3. Y, por último, una tercera etapa a partir del 2001 con una suavización de los saldos migratorios en el conjunto español, fenómeno contrario al producido en Ciudad Real que se refleja en un fuerte incremento del saldo migratorio (94 en 2002 y 238 en 2006) unido a un suave crecimiento de la movilidad intraprovincial, con la particularidad de que la inmigración de este origen decrece (pasa en estos años de 55,2% a 54,3%) y la emigración se incrementa (45% a un 52,4%) (ver Figura 3.13).

El origen y destino de las migraciones interiores

Un aspecto importante en el estudio de las migraciones interiores es determinar que núcleos son los mayores receptores o emisores de población con respecto a Ciudad Real, por ser reflejo de las relaciones y conexiones. Una vez vista las etapas según la intensidad con que se han dado las relaciones con otras escalas territoriales, vamos a analizar ahora, la movilidad con cada una de ellas (provincial, regional y nacional) especificando qué núcleos tienen una mayor conexión con nuestra capital.

la movilidad provincial

En relación al origen-destino de las migraciones interiores en las de carácter intraprovincial son los municipios de la provincia con más de 10.000 hab. los que emiten y reciben mayor cantidad de población, tendencia que coincide con la tónica nacional de que los lugares de salida son, mayoritariamente, los municipios grandes con desplazamientos cortos, en los que la unidad familiar busca mayor calidad de vida o atender los estudios de los hijos (Ródenas y Martí, 2005a: 24).

Los municipios de más de 10.000 hab. con mayores valores en movimientos migratorios con respecto a la capital son: Alcázar, Bolaños, Campo de Criptana, Daimiel, Manzanares, Miguelturra, Puertollano, La Solana y Tomelloso.

La explicación, desde nuestro punto de vista, está en que muchos de estos municipios son cabeceras comarcales que están muy bien comunicados con Ciudad Real y entre ellos (con autovías en muchos casos), y que tienen una economía dinámica, basada fundamentalmente en la agroindustria, lo que hace que estos núcleos gocen de gran atractivo en el conjunto provincial, de forma que ambos factores fomenten su mayor dinámica migratoria, en la que su población no sólo emigra a Ciudad Real capital, sino que reciben población de ésta o de otros municipios de la provincia. El único municipio de este grupo que no aparece cuando se consideran los valores absolutos, aunque sí lo hace cuando se observan los valores relativos, es Villarrubia de los Ojos, que presenta una estrecha relación con Ciudad Real capital, en lo que respecta a población emigrada.

Estos núcleos mayores están ubicados en la zona oriental de la provincia, donde se da una mayor accesibilidad a las redes de comunicación de alta capacidad: autovía del Sur (Madrid-Sevilla, A-4), la autovía de los Viñedos (A- 43) y la autovía A-41. Los municipios de menor tamaño que más se ven afectados por las migraciones son los más próximos a la capital (Figura 3.14 y Figura 3.15) y están situados en el oeste y en el sur de la provincia. Los municipios de la provincia con menos de 10.000 habitantes que más movimiento migratorio tienen, en valores absolutos, son: Almadén, Almagro, Malagón y Porzuna. Con valores relativos: Alcoba de los Montes, Alcolea de Calatrava, Almedina, Ballesteros, Cabezarados, Cañada, Caracuel de Calatrava, Corral de Calatrava, Fernán Caballero, Fontanarejo, Granátula, Luciana, Navalpino, Picón, Poblete, Porzuna, Pozuelos de Calatrava, Puebla de Don Rodrigo, El Robledo, San Lorenzo y Villar del Pozo.

Figura 3.14.- Croquis de los núcleos con mayor movimiento migratorio intraprovincial. 1988-2006

Croquis de los núcleos con mayor movimiento migratorio intraprovincial. 1988-2006

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

Figura 3.15.- Municipios con los 8 primeros puestos en valores relativos en la migración intraprovincial de Ciudad Real. 1988-2006

Municipios con los 8 primeros puestos en valores relativos en la migración intraprovincial de Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

La movilidad intraprovincial, en términos absolutos, se realiza, pues, con los grandes municipios de la provincia, a excepción de Abenojar, Ballesteros, Carrión de Calatrava, Poblete, Picón, etc., a los que se dirige una parte significativa de la emigración, aunque, en términos relativos sean los más próximos, dando lugar a un desequilibrio territorial que se expresan en la mayor intensidad de la migración en la zona oriental.

No obstante, se observa la influencia del factor distancia, pues la inmigración que llega a la capital procede de los municipios que están en un radio de 60 Km., mientras que la emigración se realiza en un doble radio: uno de 30 Km. pudiéndose atribuir, en este último caso, a la mayor facilidad de acceso a la vivienda y otro de 60 Km. por las buenas comunicaciones que ofrece la capital con su entorno más próximo (Figura 3.16).

Figura 3.16.- Croquis del comportamiento migratorio intraprovincial

Croquis del comportamiento migratorio intraprovincial

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

Se exceptúan de estos radios: Agudo, Almadén, Almedina, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Herencia, Navas de Estena, Tomelloso y Valdemanco del Esteras, entre otros. Ocupan los primeros puestos en la movilidad absoluta, de ambas direcciones, los mismos municipios con excepción de Alcoba de los Montes y Calzada de Calatrava para la inmigración y Abenójar, Ballesteros, Carrión de Calatrava, Fuente El Fresno, Herencia, Navalpino, Picón, Poblete, Puebla de D. Rodrigo y Villarrubia de los Ojos para la emigración.

la movilidad regional

La movilidad interna con la propia Comunidad Autónoma tiene como lugar de referencia prioritario la capital regional. Toledo ocupa el primer puesto durante todos los años del período estudiado tanto con respecto a la inmigración como a la emigración, seguido, a bastante distancia, de Cuenca y Albacete.

Esta distribución territorial de la movilidad está relacionada, de una parte, con la inexistencia de una ciudad rectora de la Comunidad que ejerza suficiente atracción sobre el resto, y, de otra, como consecuencia de la primera, el reparto de las funciones administrativas de la Junta de Comunidades en las cinco provincias, que da lugar a cambios de personas, con la condición de funcionarios, entre las distintas provincias que la integran, pero especialmente con la capital autonómica. Y por último, la estructura multicampus de la universidad regional favorece la movilidad intrarregional. De esta dinámica se exceptúa Guadalajara, por su mayor vinculación con Madrid que con el resto de la Comunidad castellano-manchega lo que explica sus bajos valores en la movilidad intracomunitaria.

la movilidad nacional

En la movilidad con otras provincias ajenas a Castilla-La Mancha el primer puesto lo ocupa Madrid en ambas direcciones y con valores que superan entre 6 y 10 veces el número de las demás provincias (Figura 3.17). Después de Madrid, las provincias de las que procede la mayor parte de la población que llega a Ciudad Real son: Barcelona, Valencia y Alicante, mientras que en los destinos de salida destacan Alicante, Valencia y Granada (44).

Las direcciones geográficas de la movilidad de Ciudad Real en ambas direcciones coinciden en las mismas provincias —Madrid, Valencia,Alicante y Barcelona— y se trata de lugares que tradicionalmente han sido focos de atracción en los años sesenta y setenta (Baleares, Cataluña, Madrid, y País Vasco) y ahora estos espacios de emigración se han convertido en lugares de procedencia, como consecuencia de los retornos derivados de la jubilación laboral. También se incorporan nuevos destinos hacia las provincias mediterráneas, insulares y a las del eje del Ebro, que han consolidado su papel de receptoras por su pujante actividad turística, para las dos primeras, y de desarrollo económico para la segunda, al haber asumido un papel mediador entre regiones de gran actividad y población. Esta tendencia coincide, por otra parte, con el criterio general de las migraciones interiores que se dan en el conjunto español (Romero, 2005: 223).

Figura 3.17.- Direccionalidad de la movilidad interprovincial de Ciudad Real. 1988-2006

Direccionalidad de la movilidad interprovincial de Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: INE. Migraciones. EVR. Elaboración propia

Una vez visto la evolución de las migraciones interiores y sus principales orígenes y destinos, nos vamos a centrar en cada uno de sus elementos por separado: la inmigración, la emigración, y las características sociodemográficas de ambos movimientos migratorios.

La inmigración interior en Ciudad Real 1988-2006

La inmigración ha sido siempre superior a la emigración a lo largo de los años estudiados. Es decir, se ha producido un progresivo descenso de los habitantes nacidos en la propia capital a favor de los que lo han hecho fuera de ella. Así, en 1981, de la población que vive en Ciudad Real, un 79,1% había nacido en la propia capital, mientras que, en 1991, solo eran un 56,3% y del 54,9 % de 2006.

En la misma línea, la población de Ciudad Real procedente de fuera del municipio era de 20,2 % en 1981 y pasa a un 45,2 % en 2006. En este incremento de los nacidos fuera de la capital vuelve a ponerse de manifiesto el papel que juegan los nacidos dentro de la provincia (6,6% en 1981 y 22% en 2006) que superan a los procedentes de otras provincias españolas (13,4% en 1981 y 18,4% en 2006). Del mismo modo se evidencia la gran afluencia de población que ha tenido lugar en este período de análisis y que la ciudad ha iniciado una mayor apertura y capacidad de relación con otros ámbitos territoriales (Figura 3.18).

Figura 3.18.- Evolución de la inmigración y de la emigración en Ciudad Real capital. 1988-2006

Evolución de la inmigración y de la emigración en Ciudad Real capital. 1988-2006

Fuente: INE. Migraciones. EVR. Elaboración propia

Dentro del origen de la inmigración interior, el papel más significativo ha sido el correspondiente a la procedentes de la propia provincia, es decir, la inmigración intraprovincial, cuyos valores oscilan entre el 45,4 % de 1991 y el 60 % de 1996 (Figura 3.19). La menor aportación es la que ha llegado de otras provincias de Castilla-La Mancha (6 % en 1992 y 8,7 % en 1991 y 1996). Este hecho pone de manifiesto la vinculación de la capital con su provincia y con el conjunto nacional y el escaso papel de atracción que ejerce en su propia autonomía. Le sigue en importancia la procedente de otras Comunidades Autónomas distintas de Castilla-La Mancha, cuyos valores oscilan entre el 45,9 % de 1991 y el 31,3 % de 1996.

Figura 3.19.- Evolución de la procedencia de la inmigración interior (%) en Ciudad Real capital. 1988-2006

Evolución de la procedencia de la inmigración interior (%) en Ciudad Real capital. 1988-2006

Fuente: INE. Migraciones. EVR. Elaboración propia

Este tipo de movimientos intraprovinciales son un fenómeno general en el con-junto español donde suponen de media más de un 60 % del total —en la década de los sesenta y setenta, la movilidad se cifraba en torno a 350.000-450.000 movimientos anuales, a fines de los noventa, alcanzaba el millón de movimientos anuales registrados (Rodenas, 2002) y en el censo de 2001, casi la mitad de la población (48,8%) residía en un municipio distinto del que había nacido, y cerca de una cuarta parte (22,4%) en una provincia diferente a la de nacimiento—. En Ciudad Real, como hemos visto, se da la misma tendencia que en el resto de España aunque sus valores, que solo alcanzan el 18,2 %, sean ligeramente inferiores.

En esta tendencia al alza de los movimientos intraprovinciales ha influido, sin duda, la mejor gestión de los ayuntamientos al adoptar medios informáticos para tratar las altas y bajas por cambios de residencia, pero esta mejora técnica es insuficiente a la hora de explicar el incremento de la movilidad en su conjunto.

La emigración interior en Ciudad Real 1988-2006

Las emigraciones, que son inferiores a las inmigraciones, han experimentado un cambio muy significativo en cuanto a su direccionalidad, pues si en 1981 el 69,7% se dirigía a otras Comunidades distintas de Castilla-La Mancha, en 2006 ha disminuido al 40,4%, descenso que prácticamente en su totalidad se ha dirigido a la propia provincia (pasa de 24,4% en 1981 a 52,4% en 2006). La movilidad hacia la propia Comunidad se mantiene como la menos significativa (pasa de 5,8% en 1981 a 7,1% en 2006 (Figura 3.20).

Figura 3.20.- Evolución del destino de la emigración interior (%) de Ciudad Real. 1988-2006

Evolución del destino de la emigración interior (%) de Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: INE. Migraciones. EVR. Elaboración propia

En la emigración interior podemos establecer un primer período, que llega hasta 1992, en el que la emigración se dirige mayoritariamente a otras Comunidades; otro segundo, entre 1992 y 1996, en el que la emigración se dirige, sobre todo, a la propia provincia; un tercero, entre 1996 y 2002, en el que la emigración se dirige, como en el primer período, hacia otras provincias distintas de Castilla-La Mancha, es decir, a otras Comunidades; y una cuarta etapa, entre 2002 y 2006, en el que la emigración tiene como destino principal la propia provincia.

B) las características sociodemográficas

Después del estudio evolutivo de las migraciones y de analizar por separado cada uno de los procesos (emigración e inmigración), podemos establecer un conjunto de características propias de las migraciones interiores ocurridas en nuestra ciudad, que concretamos en los siguientes puntos:

    1. En relación a la edad: La mayoría de las migraciones se producen entre los 25 y los 34 años de edad, ya que en este intervalo es cuando tiene lugar un tercio del conjunto de migraciones (45). Esta mayor significación se debe a que la causa de la movilidad es la laboral y ésta es siempre más frecuente en esos años. Le sigue en importancia el grupo de menores de 24 años. El grupo de los mayores de 45 años es el menos importante desde el punto de vista numérico, aunque en el 2006 suponen casi un 20% del total de las migraciones (46). En los primeros años del período estudiado, la participación de cada uno de ellos (45-54, 55-64 y >65) era muy semejante, alrededor del 4%, mientras que, conforme nos acercamos a nuestros días, aumentan los valores del grupo de 45-54 años en detrimento, sobre todo, del comprendido entre 55-64 años. Sin embargo, se da una mayor masculinización del proceso migratorio en los mayores de 25 años (Figura 3.21). En las causas de la movilidad de este último grupo de edad tiene especial relevancia el retorno de los que emigraron en los años setenta por la crisis económica de 1973, que al alcanzar la edad de jubilación vuelven a sus lugares de origen,

o con más frecuencia al lugar donde viven los hijos.

    2. En relación al comportamiento biológico por sexos, el papel representado por los varones y las mujeres (Figura 3.22) en el saldo migratorio entre 1988 y 2006, el número de mujeres es siempre superior al de hombres con excepción de 1998. Sin embargo, se da una mayor masculinización del proceso migratorio en los mayores de 25 años. No obstante, el comportamiento por sexo y edad es diferente, al tratar de emigración e inmigración. En el gráfico de inmigración se observa que el número de mujeres que vienen a Ciudad Real es superior al de hombres en las edades comprendidas entre los 16 y los 34 años, y muy superior a partir de los 65 años, por lo que podemos decir que el tópico de la masculinidad en la inmigración en la edad de trabajar no se cumple, teniendo hoy en día la mujer muchas opciones de trabajo en la rama de atención sanitaria y hostelera. En el gráfico de emigración los valores son muy similares para ambos sexos. Presenta su base más amplia en los 25 años, y a partir de esos años disminuye significativamente, conforme va aumentando de edad, es decir, que las edades más proclives para emigrar se dan, en primer lugar, entre la población joven, entre los 25 y los 34 años, seguida de la comprendida entre los 15 y los 25 y de los menores de 15. Respecto al sexo, es el varón más que la mujer el que tiende a emigrar, aunque el porcentaje es muy similar.

Figura 3.21.- Gráfico de la población media del movimiento migratorio interior de Ciudad Real. 1988-2006

Gráfico de la población media del movimiento migratorio interior de Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

Figura 3.22.- Gráfico de la población media del movimiento migratorio interior (Emigración e Inmigración) de Ciudad Real. 1988-2006

Gráfico de la población media del movimiento migratorio interior (Emigración e Inmigración) de Ciudad Real. 1988-2006

Gráfico de la población media del movimiento migratorio interior (Emigración e Inmigración) de Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

    3. El nivel de instrucción de las migraciones, teniendo en cuenta que los datos disponibles son los de los censos, se caracteriza (Figura 3.23 y Figura 3.24):

Figura 3.23.- Distribución de la población inmigrante interior a Ciudad Real según el nivel de instrucción. 2006

Distribución de la población inmigrante interior a Ciudad Real según el nivel de instrucción. 2006

Fuente: EVR. Elaboración propia

Figura 3.24.- Ditribución de la población emigrante interior a Ciudad Real según el nivel de instrucción. 2006

Ditribución de la población emigrante interior a Ciudad Real según el nivel de instrucción. 2006

Fuente: EVR. Elaboración propia

Por el descenso de los que no saben leer ni escribir durante el período analizado que pasa del 17,8% en 1988 al 13,6% en 2000, para la inmigración, y del 22,5% al 12,5% para la emigración, siendo ese descenso mayor en la emigración (10 puntos) que en la inmigración (4,2) y mayor, también, entre los varones (4,5 puntos de descenso entre 1988 y 1996 para la inmigración y 7 puntos para la emigración) que entre las mujeres (2,7 y 4, respectivamente). Hechos que ponen de manifiesto que la emigración es más cualificada que la inmigración, aunque esta haya mejorado sustancialmente su nivel de instrucción, y evidencian el cambio acaecido en el tipo de inmigración que ha pasado de una situación en la que la infraeducación era la tónica dominante, a otra en la que estas carencias se han reducido considerablemente. Sin olvidar que la población que se ha desplazado, en términos generales, es la que menos formación tiene del conjunto (Ródenas, 2002: 44). El importante crecimiento en los que tienen Graduado Escolar o Bachillerato y títulos equivalentes o superiores (Figura 3.25 y Figura 3.26), con un 42,6% para la inmigración y un 39,2 % para la emigración, es decir, un incremento global alrededor del 40 %, siendo mayor el correspondiente al Bachillerato o títulos equivalentes o superiores (del 17,4 % al 22,4 % entre los inmigrantes y del 4,9 % al 35 % entre los emigrantes) que los que poseen un nivel de Graduado Escolar. Ratificando la afirmación anterior de que los que salen de Ciudad Real han aumentado su nivel cultural, mientras que los que llegan también lo hacen pero a menor escala, cambio, sin duda, relacionado no sólo con la elevación general del nivel cultural (47) sino con la importancia que tienen en las migraciones de Ciudad Real la movilidad de los funcionarios. A nivel de sexos, agrupados los dos niveles, es decir, los que poseen Graduado escolar con los que tienen nivel de Bachillerato o superior, es ligeramente superior el nivel de instrucción de las mujeres (28,5 % entre los inmigrantes y 29,7 % entre las emigrantes) que el de los hombres (26,6 % y 29,4%, respectivamente), y, comparando 1988 con 1996, el aumento de nivel ha sido mayor entre las mujeres, tanto inmigrantes como emigrantes (16,7 % y 16,9%), que entre los varones (9,6 y 15,6 %, respectivamente), apreciándose una evolución de una mayor preparación de la mujer conforme nos acercamos a nuestros días.

Figura 3.25.- Evolución del nivel de instrucción en la inmigración interior a Ciudad Real. 1988-2000

Evolución del nivel de instrucción en la inmigración interior a Ciudad Real. 1988-2000

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

Figura 3.26.- Evolución del nivel de instrucción en la emigración interior a Ciudad Real. 1988-2000

Evolución del nivel de instrucción en la emigración interior a Ciudad Real. 1988-2000

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

El aumento del nivel cultural entre los inmigrantes, en el transcurso de los años, ha sido mayor en los grupos de menor edad (de 0 a 24 años). Así lo acreditan los datos: por ejemplo, las personas entre 16 y 24 años que no saben leer ni escribir han tenido un descenso de 4,2 puntos, las personas entre 25 y 35 años lo han hecho en 8,8 puntos, mientras que el grupo de 54 a 64 años, ha descendido en 0,4 puntos. El aumento cultural de la emigración, se pone de manifiesto, en el descenso entre los 16 y 24 años ha sido de 8,3 puntos, de 7,6 para el grupo entre 25 y 35, y de 0,5 puntos para el grupo de 54 a 64 años.

B.1. Las migraciones exteriores

Por último, en el análisis de las repercusiones de las migraciones en el crecimiento real de la población de Ciudad Real en estas casi tres décadas, vamos a estudiar las migraciones exteriores de la capital. El comportamiento de estos flujos exteriores ha seguido un ritmo semejante al sufrido en España, aunque con una escasa significación en el conjunto de su población, puesto que la población extranjera supone un 5 % del total.

La evolución de las migraciones exteriores

Efectivamente, el saldo migratorio exterior entre 1988 y 2006 ha sido positivo, exceptuando los años 1989,1990 y 1992, y se ha ido incrementando de forma continua y progresiva hasta el año 2000. A partir de ese año, lo ha hecho de forma exponencial, pasando de ser prácticamente insignificante (5 de valor absoluto en 1988) a los 227 alcanzados en el 2000 y a los 1.321hab. conseguidos en el 2006 (Cuadro 3.14).

Debido a la estratégica situación geográfica de España, junto con las transformaciones operadas en la estructura económica y sociodemográfica, además de la posición que ha tenido en el contexto internacional, las migraciones exteriores en España han sufrido, a lo largo de su historia, numerosos cambios en intensidad y dirección de sus flujos, pudiéndose distinguir, en los dos últimos siglos, dos etapas muy diferenciadas (Romero, 2005: 224-226): La primera, desde el último tercio del XIX hasta 1975, y la segunda, desde 1975 hasta nuestros días.

Cuadro 3.14.- Migraciones exteriores en Ciudad Real. 1988-2006

Migraciones exteriores en Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: INE. EVR. EEP y Censo 2001. Elaboración propia

La etapa, que se extiende desde 1975 hasta nuestros días, es la que realmente nos interesa para nuestro estudio, y se caracteriza, en el contexto nacional y europeo, porque:

    a) Las emigraciones se reducen significativamente (por debajo de las 25.000 salidas anuales entre 1975 y 1990, a las 10.000 entre 1991y 2006).

    b) El número de inmigrantes, españoles y extranjeros, que llegan a nuestro país experimenta un notable crecimiento, con la particularidad de que en la segunda mitad de los setenta tienen especial significación el retorno de españoles (entre 50.000 y 100.000 entradas hasta 1978, por encima de 20.000 entre 1979 y 1980 y 15.000-19.000 entre 1981 y 1986) y, a la vez, se incrementa la intensidad del flujo de inmigrantes extranjeros que, desde fines de los ochenta, pasan de menos de 25.000 en 1988 a más de 400.000 en 2001, o lo que es igual, ha pasado de representar el 40 % del total en 1988 de las inmigraciones exteriores a suponer el 95 % en 2001.

    c) Hasta 1988 el mayor número de inmigrantes procedía de países de la Unión Europea, pero desde 1989 es superior el número de ciudadanos extracomunitarios que llegan a España, siendo en 2001 el 87 % del total. Este cambio se ha mantenido y ha continuado creciendo hasta nuestros días.

    d) La significación en el conjunto de la población española ha ido creciendo a lo largo de los años de forma que, según la Explotación Estadística del Padrón (EEP), en 1998 representaban un 1,6% de la población española, en el 2002 un 4,7%y en la actualidad, con datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, ascienden a 3.555.068 (48) (2006) y suponen un 8% con respecto a la población española que en dicho año se cifra por el INE en 44.708.964, aunque según otras fuentes representan el 11,0% en ese mismo año, ascendiendo a 4.482.568 inmigrantes.

    e) El volumen de extranjeros, como su proporción con respecto al total de la población española, han sido relativamente bajos hasta el último quinquenio comparados con los países de nuestro entorno. Así, según Eurostat, en 1998, la media de población extranjera en la Unión Europea era del 5% y en el 2000, en Francia 5,6 % y en Alemania 8,9%, cuando en nuestro país era, como acabamos de indicar 1,6 %. Sin embargo, en los últimos años España cuenta con la tasa más alta de inmigración extranjera (más del 1,65% anual) y el 8% de la población total no es natural del país. Después de los Estados Unidos, ha sido el país que más cantidad de inmigrantes ha recibido en todo el mundo (49).

    f) Se ha iniciado, en opinión de Ferrer (2005: 67-69), un nueva etapa de inmigración interétnica que crece a partir de la segunda mitad de los noventa y que afecta, al igual que en Italia, a todo el territorio nacional, y hace que nuestras ciudades y zonas de agricultura intensiva cuenten con un elevado porcentaje de inmigrantes “económicos” que complementan a la ya tradicional inmigración de extranjeros jubilados instalados en la zona mediterránea. Inmigración que, por otra parte, se ha realizado sin el control lógico de los poderes públicos que caracterizó a los países que acogieron a nuestros emigrantes en la etapa de las mayores salidas.

    g) El ritmo de entrada anual ha ido también creciendo y aumentando su intensidad, pudiéndose distinguir dos fases: una primera, entre 1991 y 1996, de freno del fenómeno, conseguido mediante una política combinada, por una parte, de visado obligatorio para nacionalidades de otros países, con la aplicación de contingentes laborales; y de otra, el bache económico que atravesaba España en esos años, que se traducen en la aplicación, de hecho, de una regularización encubierta de los inmigrantes que no habían podido acogerse al anterior proceso extraordinario (junio 1991-marzo 1992). Una segunda fase de aceleración que se inicia en 1995 y ha aumentado sin parar hasta nuestros días, aprovechando un contexto económico más favorable y una legislación más permisiva (50).

Esta evolución de nuestro país, por otra parte, es común a toda la Europa Comunitaria donde comienza un flujo migratorio extraeuropeo protagonizado por personas procedentes de la periferia económica. Por primera vez en el mundo contemporáneo las mayores migraciones internacionales no están protagonizadas por europeos.

La inmigración, en el contexto de la Europa más desarrollada, incluyendo España, contempla el fenómeno migratorio con cierta prevención, entre otras razones, por la dificultad de asumirla, máxime cuando, en su conjunto, los países de la Unión Europea han sido durante siglos el primer foco mundial de emigración y ahora es al contrario. Es más, a partir de 1950 y hasta 1975, se había dado una experiencia migratoria intraeuropea de más de 6 millones de europeos del Sur que emigraron a la Europa Occidental donde la bonanza económica precisaba de abundante mano de obra para sus pujantes industrias. Sin embargo, las democracias europeas nunca pensaron atraer trabajadores permanentes, sino «invitados» según la terminología alemana, así ocurrió en el caso de españoles e italianos que retornaron a sus países cuando estos habían ascendido en la curva del desarrollo y, ante ello, la Unión Europea lleva años perfilando políticas migratorias restrictivas por temor a una posible alarma social y al incremento del peso de los partidos políticos de corte xenófobo (García Abad, 2001).

Como contrapartida a esta actitud de recelo, los países de la UE están envejecidos (el 17% de su población tiene más de 65 años) y cuentan con unas bajas tasas de natalidad, por lo que necesitan trabajadores (51). A no ser por la inmigración, España con un crecimiento de un 3,6% entre 1991-2001, no hubiera podido alcanzar los 40 millones de habitantes en el 2001. Es decir, en España, en 2001 había 1.572.017 inmigrantes sobre el total de la población censada (40.847.371 hab.), y suponía un 3,8% frente al 0,9% de 1991.

Este dinamismo de la población extranjera contrasta con el de la autóctona, que en esa década, tan sólo había aumentado en un 1,9 %. Ante esta realidad la Unión Europea para frenar el déficit de mano de obra, mantener el sistema de pensiones, estabilizar o aumentar el número de habitantes e inyectar cierto dinamismo a sociedades demográficamente envejecidas, ha optado por recurrir a la inmigración. Esta inmigración, por otra parte, ocupa el “mercado secundario” (recolección temprana, hostelería, construcción, servicio doméstico) y presenta bajos índices de deseabilidad entre los trabajadores españoles y comunitarios, por los bajos salarios, la escasa valoración social, la temporalidad y las dificultades de ascenso, para lo que se requiere una mano de obra adicional de extracomunitarios. Sin embargo, el «mercado superior» de la mano de obra, derivado de la nueva economía basada en la información y las nuevas técnicas informáticas, es ocupado, en principio, por trabajadores nativos.

En este contexto comunitario los países mediterráneos son los más afectados y en el caso de España confluye, además, su especial situación geográfica (proximidad al continente africano; lazos histórico culturales con Latinoamérica; atracción de su clima para las personas jubiladas de países desarrollados etc.) y otros factores sociales como el envejecimiento poblacional, el mayor nivel de vida, la política de inmigración, la demanda laboral surgida en sectores tales como temporeros agrícolas, servicios personales, construcción etc. que explican, en parte, su protagonismo en el conjunto europeo (Romero, 2005: 231-232). Sin olvidar, la percepción que tienen los posibles emigrantes, como un país urbano, industrial, moderno y aperturista, con un bienestar no sólo económico sino también social. Todo ello gracias a las rápidas informaciones que permite el mundo global y las imágenes televisivas europeas captadas con facilidad en los países próximos, sugiriendo unas expectativas que incitan a la emigración y han ido conformando distintos tipos de inmigrantes: los musulmanes que afirman su identidad en razones culturales y religiosas y se caracterizan por tener una preparación profesional muy baja; los iberoamericanos que aportan una cultura de raíces hispanas y tienen una lengua común pero también con una baja preparación profesional con algunas excepciones; los de Europa del Este que tienen una muy diversa preparación técnica y profesional; los subsaharianos con poca representación en la actualidad y, por último, los chinos que han añadido, a su tradicional dedicación a los restaurantes, el comercio de “todo a cien”, la llegada de una minoría con gran poder económico y con perspectivas de un rápido crecimiento (Ferrer, 2005: 69).

Comunidades Autónomas: la distribución de esta población es muy diferente, ocupando el primer puesto, en cifras absolutas y para 1998, Cataluña, seguida de Madrid, Valencia y Andalucía, aunque, en valores relativos, son Baleares, Ceuta y Melilla. Situación que cambió, en cifras absolutas, en el 2002, para ocupar el primer puesto Madrid, y los demás puestos se han mantenido como en 1998. En valores relativos se produce una mayor alteración, pues aunque el primer lugar lo ocupan las Islas Baleares (10,9%), el segundo Melilla, el tercero Madrid y el cuarto Canarias. Los valores para Castilla-La Mancha son 9.854 extranjeros que suponen el 0,6% de su población en 1998, y en 2002 48.123 extranjeros, un 2,7% del total (INE, 2004: 12).

Igualmente puede decirse de la distribución de inmigrantes por provincias, en las que no se realiza de una forma homogénea. Así, en Cataluña la población extranjera se concentra en Barcelona (15% del total de extranjeros) y, en Andalucía, Málaga agrupa al 5%. Otra provincia que destaca por la fuerte concentración de extranjeros que habitan en ella, además de Madrid (23%), es Alicante, con el 8%. Es decir, en estas 4 provincias (Madrid, Barcelona, Alicante y Málaga) reside más del 50 por ciento del total de extranjeros. Por el contrario, en las otras 35 provincias españolas el porcentaje de extranjeros que reside en cada una de ellas, apenas alcanza el 1 por ciento. Concretamente, la provincia de Ciudad Real ha pasado de un 0,24 % de población extranjera en 1998 a 1,68 en el 2002 (INE, 2003: 6; INE, 2004: 16).

La evolución en Ciudad Real capital de las migraciones exteriores sigue, básicamente, las mismas pautas que en las escalas comentadas. El ritmo seguido por la inmigración ha ido creciendo de forma sostenida y continuada (6 inmigrantes en 1988 y 1.321 en el 2006), si bien tuvo algunos descensos significativos en años puntuales, como los ocurridos en 1989, 1990 y 1992 (Figura 3.27).

En relación a las peculiaridades de la direccionalidad de estos movimientos migratorios en nuestra ciudad podemos señalar los siguientes rasgos:

Figura 3.27.- Evolución de la inmigración exterior a Ciudad Real por continente de procedencia. 1996-2006

Evolución de la inmigración exterior a Ciudad Real por continente de procedencia. 1996-2006

En la inmigración exterior en Ciudad Real

En la procedencia de la inmigración (ver Figura 3.27) se ha producido un cambio sustancial a partir de 2001, que coincide con el señalado a nivel nacional. Hasta esa fecha el origen dominante era el europeo (55, 8% del total de inmigrantes en 1996 y 24,8 % en 2001), pero desde esa fecha, este colectivo comienza a descender y a tomar el primer puesto el de origen americano (20,8 % en 1996 y 58,3% en 2001) que se mantiene en la actualidad (56,6 % en 2006), mientras la procedente de África ha re-ducido a la mitad sus efectivos (19,6% en 1996 y 9% en 2006) a favor de la que tiene su origen en Asia que casi ha duplicado, en esos mismos años, pasando del 3,9% en 1996 al 6,7% en 2006.

La inmigración de origen europeo ha pasado de representar, según la Explotación Estadística del Padrón (EEP), del 97,7 %, en 1996, a tan solo, el 37,1 % en 2006, mientras que la que proviene de la Europa no comunitaria, especialmente de los antiguos países del Este, ha crecido de forma espectacular (2,3% en1996 al 62,9 % en 2006), datos que, en cuanto a tendencia, confirma la EVR (Cuadro 3.15). Los comunitarios más numerosos son los alemanes, británicos, franceses, italianos y portugueses, y, dentro de los extracomunitarios, los rumanos y búlgaros, colectivo que, el primero, si bien tenía una cierta tradición hacia las provincias mediterráneas, ha incrementado considerablemente, en número y variedad de destinos, a partir de las negociaciones de ingreso de Rumania en la Unión Europea.

Cuadro 3.15.- Inmigración exterior de extranjeros europeos a Ciudad Real, según nacionalidad. EVR. 1988-2006

Inmigración exterior de extranjeros europeos a Ciudad Real, según nacionalidad. EVR. 1988-2006

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

Figura 3.28.- Principales países de procedencia de la inmigración Latinoamericana en Ciudad Real (% anual). 1988-2006

Principales países de procedencia de la inmigración Latinoamericana  en Ciudad Real (% anual). 1988-2006

Fuente: INE. EEP y EVR. Elaboración propia

La inmigración procedente de América Latina es el colectivo que mayor crecimiento ha experimentado en nuestra ciudad, pasando del 20,8 % en 1996 al 56,6 de 2006, según la EEP o del 33,3 % de 1988 al 60, 2 % de 2006 según la EVR (Figura 3.28). Situación que coincide con la del conjunto español donde, en el Censo de 2001, representaban cerca de un 40 % del total de los extranjeros residentes. Durante los años finales de los ochenta y en la década de los noventa, tanto en España como en nuestra ciudad, los mayores colectivos procedían de Argentina, Perú y República Dominicana. Con el nuevo milenio son los colombianos (46,2 % en 2002 y 28,1 % en 2006) y ecuatorianos (28,2 % en 2002 y 27,4 % en 2006) los colectivos más representativos en Ciudad Real y en España, debido, sobre todo, a que desde el 2001, para los primeros, y desde el 2003, para los segundos, no se exige visado de entrada en España. Sin olvidar los efectos numéricos del reagrupamiento familiar.

Los inmigrantes africanos (Figura 3.29) son un importante colectivo dentro de los extranjeros residentes en España y en Ciudad Real, aunque en nuestra ciudad han ido sufriendo un constante descenso, pasando de representar el 19,5 % de los inmigrantes exteriores en 1996 a solo suponer un 9 % en 2006. Dentro del conjunto, la nacionalidad dominante es Marruecos con valores que superan el 80% del total de africanos, seguido, a mucha distancia, de Argelia y Guinea, evidenciando que es la proximidad, para los primeros, y la afinidad cultural, fruto de la colonización, para el tercero, la causa de su importancia porcentual.

Figura 3.29.- La inmigración africana (%) a Ciudad Real. 1996-2006

La inmigración africana (%) a Ciudad Real. 1996-2006

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

Los procedentes de Asia, han duplicado sus efectivos en Ciudad Real entre el 2002 y el 2006, según la EEP. No obstante, con los datos de la EVR se aprecia que es a partir de 1994 cuando comienzan a llegar a nuestra ciudad (Figura 3.30), valores que se incrementan desde el 2002 siendo el 80% originarios de China, y el resto de distintas nacionalidades, como filipinos, hindúes, turcos, iraníes y pakistaníes que coinciden, en cuanto a significación, con los valores nacionales.

Figura 3.30.- La inmigración asiática a Ciudad Real. 1988-2006

La inmigración asiática a Ciudad Real. 1988-2006

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

En la emigración exterior

La emigración exterior ha experimentado un cambio de signo que se puede situar en 1996: hasta ese año no superó los 8 emigrantes anuales, pero a partir de esa fecha crece de forma significativa y constante (5 emigrantes en 1996 y 606 en 2006). Estos datos de la EVR están confirmados, en cuanto a la tendencia, tanto por el propio Padrón (ver Cuadro 3.14 y Figura 3.31) como por el Censo de 2001, aunque los valores no coincidan. Con respecto al primero, las cifras son muy superiores debido a que en los registros de extranjeros en el Padrón suele producirse una sobre valoración, como consecuencia de que no es fácil detectar todos los duplicados que se pueden producir cuando tienen lugar los cambios de residencia, unas veces, por la dificultad de unificar la forma de escribir los nombres de otra lengua, sobre todo si tiene distinta grafía como es el caso del árabe, y otras, porque resulta problemático conocer las salidas al extranjero, es decir, las bajas definitivas en el padrón dado que la persona que va a emigrar al extranjero, ya sea a su país de origen o a otro, no suele acudir al Ayuntamiento a tramitar la baja, porque no la necesita para entrar en el país de destino ni existe una legislación que le obligue, por lo que el Ayuntamiento solo puede iniciar un expediente administrativo para darle de baja de oficio o esperar a la comunicación del INE quien, al realizar el Censo, comprueba que esas personas no están en España y remite esa información a los Ayuntamientos (INE, 2003: 9-10). El Censo de 2001, tomando la “Población en viviendas familiares que no ha residido siempre en el municipio actual, según nacionalidad (española/extranjera) y año de llegada” refleja el mismo ritmo de crecimiento que venimos indicando.

Figura 3.31.- Evolución de la emigración de Ciudad Real por continentes. 1988-2006

Evolución de la emigración de Ciudad Real por continentes. 1988-2006

El destino de la emigración hacia el extranjero procedente de Ciudad Real , según EVR, y el Censo Electoral de Residentes Ausentes (C.E.R.A.) que proporcionan datos muy diferentes pero que nos sirven para confirmar las tendencias, es, en los años analizados: Colombia (407), Ecuador (321), Rumania (250), Marruecos (194), China (124), Bolivia (81), Brasil (39), Cuba y República Dominicana (34) y Argentina (33), que se corresponden bastante con los de inmigración, por lo que bien podría pensarse que se trata de retornos a los países de origen.

Las características sociodemográficas

Con respecto a las características sociodemográficas de los inmigrantes extranjeros en Ciudad Real, cabe señalar las siguientes:

    1. La edad de inmigración dominante es la comprendida entre los 25-34 años, seguida de los menores de 16-24 años y de los de 34-44 años, es decir, la edad laboral. Sumando estos tres grupos nos da el 72 % del total de la inmigración (Figura 3.32), y no existen diferencias sustanciales ni por continente ni por nacionalidad. No obstante, se pueden establecer los siguientes modelos: a) Modelos marroquí y rumano con predominio masculino y joven, y la mayoría en edad laboral, tienen pocos ancianos y pocos menores en comparación con los otros grupos de edad; b) Modelo Iberoamericano (excepto argentino) mayoritariamente femenino y joven, la mayoría en edad laboral, con pocos menores y pocos ancianos. Rompe este esquema la población dominicana masculina en la que predominan los adolescentes; c) Modelo británico y alemán, con igual cantidad de varones que de mujeres, y ambos colectivos muy envejecidos, muy pocos niños y muchos ancianos; d) Modelo francés con algo más de población femenina, más población en las edades intermedias y menos menores; e) Modelo portugués, italiano y argentino con más varones que mujeres y de media edad. Los niños y ancianos tienen bastante peso (INE, 2003, 37-51).

Figura 3.32.- Gráfico de los inmigrantes a Ciudad Real. 2006

Gráfico de los inmigrantes a Ciudad Real. 2006

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

En la estructura por edades de los inmigrantes extranjeros predomina el colectivo de los comprendidos entre los 20 y 65 años, es decir, los que están en edad de trabajar. Efectivamente, en el 2002, en este grupo de edad comprendía el 76,8% de los varones y el 74,3 de las mujeres, muy semejante al 70% que representaba en 1998. En los grupos de edad no laborales, la proporción es de un 18% para los menores de 20 años y de un 7% en los de más de 65 años, cuando este último grupo representaba el 12% en 1998 (Cuadro 3.16 y Figura 3.33).

Cuadro 3.16.- Evolución de los inmigrantes a Ciudad Real por grupos de edad (%). 1988-2006

Evolución de los inmigrantes a Ciudad Real por grupos de edad (%). 1988-2006

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

Figura 3.33.- Evolución de la inmigración exterior en Ciudad Real, por sexo. 1996-2006

Evolución de la inmigración exterior en Ciudad Real, por sexo. 1996-2006

Fuente: INE. EEP. Elaboración propia

    2. Respecto al comportamiento biológico por sexos, se da un predominio de los varones sobre las mujeres en todos los continentes, excepto Latinoamérica, donde existe predominio de las mujeres (Brandis, 2009). Se dan, sin embargo, algunas excepciones en distintos años. Por ejemplo, en África la mayoría de la población es femenina en 1992 y 1996; en América Latina es mayor la masculina en 1992, 1995 y 1997; en Asia son iguales en 1998, y en Europa todos los años tiene mayoría masculina excepto en 1999 y 2002, correspondiéndose esta distribución con los modelos que el INE suele establecer a nivel nacional. Estas características sociodemográficas de la inmigración extranjera en Ciudad Real se corresponden, básicamente, con las del conjunto nacional (INE, 2003: 37-51) donde también hay más varones empadronados que mujeres, fenómeno que ha ido creciendo de año en año. Así en 1998 el índice de masculinidad52 era 102,4 y en el 2002 era de 112,7. No obstante existen diferencias en función de la procedencia:

        - En el caso de los procedentes de la Unión Europea están bastante equilibra-dos los dos sexos, ya que el índice de masculinidad es semejante al español, es decir, el 95,9 (Alemania 98,9, Francia 90, Reino Unido 97,7). Excepto en el caso de la inmigración italiana y portuguesa. Sin embargo, se observa una ligera tendencia al aumento de la población masculina que comienzan a sobrepasar los índices medios de masculinidad de la población española

        - En cuanto a la nacionalidad estadounidense y canadiense el índice de masculinidad también es bastante equilibrado (97,9) pero ha crecido en los últimos años.

        - Entre los rumanos permanece el desequilibrio de ambos sexos a favor de los varones, con índices de masculinidad de 130,9 en 1998 y 156,3 en el 2002.

        - En el caso de los marroquíes el desequilibrio a favor de los varones es muy evidente y va en aumento (en 1998 era 179,1, y en el 2002 sobrepasó los 200), lo que equivale a que hay dos varones por cada mujer.

        - Todo lo contrario ocurre en las nacionalidades iberoamericanas en las que se da una mayoría femenina, si se exceptúa Argentina, con un índice de masculinidad del 91 en 1998 y de 102 en el 2002. Si bien es cierto que hay una tendencia reciente a igualar ambos sexos. El caso más destacado en la abundancia de mujeres es el de la nacionalidad dominicana, que en 1998 llegó a tener un índice de masculinidad del 30,9 y de 44,1 en el 2002, es decir, un 60% menos de varones que de mujeres. Le sigue en el ranking la población peruana, con un índice de 69,1 hombres por cada 100 mujeres en 1998; la nacionalidad colombiana con un 73,7 y la cubana con un 79,8. El índice de los ecuatorianos era bastante bajo en 1998 (69,3) pero en el 2002 se ha llegado a una situación casi de equilibrio, al alcanzar el 97,4.

        - En el colectivo chino abundan los varones, con un índice de masculinidad de 120 o lo que es igual, hay un 20 % más de varones que de mujeres.

        - Entre los inmigrantes africanos se ha pasado de un índice de 179,9 en 1998 al 212,9 del 2002, es decir, aún mayor que el de los marroquíes, lo que evidencia que la mayoría de los subsaharianos son varones.

    3. El nivel de instrucción ha ido aumentando en los niveles inferiores con el paso de los años (por ejemplo, en 1988 había un 33,3% que no saben leer ni escribir, y en 1996 un 4,5%). Sin embargo, el grado de población sin estudios (pero con alguna escolarización) ha aumentado ligeramente, pues en 1988 suponían un 50% y en 1996 llega hasta el 65,2%. En los niveles superiores se ha producido una fuerte disminución (78,5% en 1993 y 21,7% en 1996). Por lo que podemos concluir, que la formación dominante de los inmigrantes es la elemental. El comportamiento por continentes es diferente, sobre todo se da un fuerte contraste entre los inmigrantes de Asia y Latinoamérica que, de una parte, son los que tienen el nivel más bajo (14,3 % no saben leer ni escribir y el 28,6 % tienen estudios inferiores a Graduado Escolar de los provenientes de Asia, y 9,1 % y 33,3 %, respectivamente, de los que vienen de Latinoamérica). A su vez, de esas mismas regiones, proviene una inmigración con un alto grado de instrucción —América del Sur (42,4%) y Asia (42%) con título de bachiller o superior— comparable a la de los procedentes de Europa (54,3%) y Estados Unidos (100 %) (Cuadro 3.17).

Cuadro 3.17.- Nivel de instrucción (%) por continentes de los inmigrantes extranjeros de Ciudad Real. 1988-1996

Nivel de instrucción (%) por continentes de los inmigrantes extranjeros de Ciudad Real. 1988-1996

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

Las características sociodemográficas de los emigrantes son las siguientes:

    1. La edad dominante en los emigrantes es la comprendida entre 16 y 44 años que representaban entre 1988 y 1994, el 100 %, y, a partir de 1995, disminuyen a favor, sobre todo, de los menores de 16 años (entre un 7,7 y un 25 %). Los emigrantes de más de 55 años (entre un 5 y un 8 %) se han debido sobre todo a la reagrupación de la familiar.

    2. Respecto al comportamiento biológico por sexos, los emigrantes son mayoritariamente varones excepto en el caso de Latinoamérica que son mujeres, teniendo valores mas equilibrados en los que se dirigen a Europa.

    3. El nivel de instrucción refleja que hay una mayoría con título de Bachillerato o título superior. Sin embargo, hay otro colectivo, también importante, que no tienen estudios, pero han tenido algún tipo de escolarización. Es decir, hay dos tipos de emigrantes muy diferenciados en Ciudad Real: uno con alta cualificación y otro con escasa preparación. Los emigrantes que poseen alta cualificación se marchan a América y a Europa, y los menos preparados a los otros continentes (Cuadro 3.18).

Cuadro 3.18.- Destino, por continente, y nivel de instrucción de los emigrantes de Ciudad Real. 1988-1996

Destino, por continente, y nivel de instrucción de los emigrantes de Ciudad Real. 1988-1996

Fuente: INE. EVR. Elaboración propia

Estas características de los emigrantes exteriores de Ciudad Real se corresponden, básicamente, con las que se dan en los emigrantes del conjunto nacional (Romero, 2005: 228-229).

Como síntesis de las migraciones en Ciudad Real, resaltamos los aspectos siguientes:

    1º) Se pasa del modelo migratorio anterior a nuestro período de estudio, caracterizado por el peso de la emigración, a otro en el que lo más destacado es la inmigración y en el que la emigración apenas tiene relevancia.

    2º) Conforme al nuevo modelo migratorio, en el crecimiento de la población de Ciudad Real a lo largo del período, el papel de las migraciones en su conjunto ha ido en ascenso, pues del total de personas no nacidas en la propia ciudad, que en 1981 era del 20,2 %, en 2006 ascienden al 45,2.

    3º) En la evolución de las migraciones se aprecian las siguientes etapas: Desde 1981 a 1991 se produce un cambio sustancial en cuanto al origen de la población que vive en Ciudad Real, de forma que, en el primero de los años, los nacidos en la propia capital representan un 79,1% y al final de la década solo son el 56,3%. A partir de 1991 más del 40% de la población de Ciudad Real procede de fuera del municipio, frente al 20% que tenía en 1981. En este incremento juegan un papel muy significativo los nacidos dentro de la provincia, así como los de otras provincias, poniendo de manifiesto, de una parte, la gran afluencia de población que ha tenido lugar en este período de análisis, y, de otra, cómo la ciudad ha pasado de ser un núcleo poco relacionado con su provincia y con el resto de España a iniciar una apertura hacia otros ámbitos territoriales y a ejercer más funciones en él.

    4º) El papel desempeñado por las migraciones interiores es muy superior al de las exteriores. Las primeras suponían en 1981 el 20 % de la población y las segundas solo el 0,2 %, mientras que en 2006 estos valores pasan a 40,2 % y 5%, respectivamente, evidenciando que las primeras son las responsables, en términos absolutos, del crecimiento demográfico de Ciudad Real, pero las segundas han crecido más en términos relativos (del 0,2 % al 5%).

    5º) En el comportamiento del movimiento migratorio interior en Ciudad Real la inmigración ha sido siempre superior a la emigración, coincide, básicamente, aunque con algunas diferencias, con el ritmo y las características de las migraciones interiores del conjunto de España. En Ciudad Real se diferencian tres etapas:

        - Entre 1988 y 1993, donde se duplica la emigración con destino a la propia provincia, mientras se reduce considerablemente la emigración a otras provincias fuera de la Comunidad Autónoma. La inmigración permanece con valores muy constantes en todos sus lugares de origen (Madrid, Barcelona y Valencia).

        - Entre 1994 y 2001 en la que se produce un descenso general del saldo migratorio. Con un ligero aumento de la movilidad interprovincial, gracias al AVE y al Campus Universitario, y una disminución interprovincial.

        - Entre 2001 y 2006 en la que tiene lugar un fuerte incremento del saldo migra-torio, unido a un ligero crecimiento de la movilidad interprovincial.

    6º) Dentro del origen de la inmigración interior el papel desempeñado por los precedentes de la propia provincia ha sido la más significativa, con valores que oscilan entre el 45,4% en 1990 y el 60% en 1996 (destacando Alcázar de San Juan, Bolaños de Calatrava, Campo de Criptana, Daimiel, Manzanares, Miguelturra, Puertollano, La Solana y Tomelloso) debido a la mayor accesibilidad a las redes de comunicación de alta capacidad (autovías). Le sigue en importancia la procedente de otras Comunidades Autónomas (destacando en primer lugar Madrid) y teniendo un papel poco relevante la llegada de población de otras provincias de Castilla-La Mancha (destacan Toledo y en menor medidaAlbacete). Hecho que pone de manifiesto la vinculación de la capital con su provincia y el escaso papel de atracción que ejerce en el conjunto nacional y autonómico.

    7º) Las direcciones geográficas de la movilidad interior de Ciudad Real tiene la particularidad de que coinciden en ambas direcciones y en las mismas provincias -Madrid, Valencia, Alicante y Barcelona-, pero también se incorporan algunos nuevos destinos con dirección hacia las provincias insulares y a las del eje del Ebro, que han consolidado su papel de receptoras aunque por distintas razones. Tendencia que coincide, por otra parte, con el criterio general de las migraciones interiores del conjunto español (Romero, 2005: 223).

    8º) El perfil socio-profesional de las migraciones interiores de Ciudad Real es una persona joven, entre los 25 y los 34 años de edad, con buen nivel de formación (64,7 % tiene estudios de graduado escolar o superior entre los que llegan y 62,5 % entre los que salen) que ha ido aumentando con el paso de los años y que es ligeramente superior en las mujeres. El número de mujeres que llegan es superior al de hombres, sobre todo entre los 16 y los 34 años, y a partir de los 65 años. Por el contrario, el perfil emigratorio está más masculinizado, siendo las edades más proclives entre los 25 y los 34 años.

    9º) Las migraciones exteriores en Ciudad Real tienen muy poco peso, pues la población nacida en el extranjero, en el 2006, apenas supone un 5%. Sin embargo, el crecimiento que ha experimentado en los últimos años es considerable, al igual que ha ocurrido en la comunidad de Castilla-La Mancha y en el conjunto español. Esta ciudad ha mantenido un saldo migratorio positivo, que ha ido incrementando de forma continua y progresivamente desde el año 2000 y a partir de ese año lo ha hecho de forma expo-nencial hasta nuestros días.

    10º) Las principales nacionalidades de origen han sido, hasta el 2001, las euro-peas (en 1996 superan el 55,8%) para dejar paso a las de origen americano, que en 2001 suponían el 58,3% y el 56,6% en 2006 (destacando las nacionalidades de Colombia, Ecuador y Bolivia).

    11º) La edad de la inmigración extranjera predominante es la comprendida entre los 25-34 años, seguida de los menores de 16-24 años y de los comprendidos ente 3444 años, es decir, la edad laboral, sumando estos tres grupos nos da el 72 % del total de la inmigración. En la emigración exterior, las edades dominantes son las mismas que en la inmigración, es decir, desde los 16 años en adelante, siendo la mayoría varones, excepto en el caso de Latinoamérica que son mujeres. Hay dos tipos de emigrantes muy diferenciados: uno con alta cualificación que se marcha a América y a Europa, y otro con escasa preparación que se van a otros continentes.

(43) La Encuesta de Variación Residencial (EVR) es elaborada por el INE desde 1961 y hasta el año 1979 solo facilitaba información de las migraciones interiores entre los municipios españoles, pero en 1981 amplió su ámbito recogiendo el flujo migratorio procedente del extranjero. En 1988 se implantan e informatizan loa documentos de la EVR en un documento único que debía cumplimentar el ciudadano cada vez que cambiaba de residencia. En 1997, con la entrada en vigor de un nuevo Reglamento de Población como consecuencia de la implantación del padrón único, cada ayuntamiento remite mensualmente al INE un fichero de intercambio con todas las variaciones producidas en ese período en sus ficheros patronales que son los que se elabora la EVR (Escribano Morales, F. (1999): 1-2, y Romero, 2005: 209)

(44) En la inmigración: Barcelona (1988, 1991, 1994, 1998 y 2006), la Comunidad Valenciana (Valencia los años 1990, 1992, 2002, 2003 y 2005); Alicante (2001 y 2004), Andalucía (Córdoba 1995 y 2000; Jaén, 1993 y Málaga, 1997) y Extremadura (Badajoz en 1989 y 1999). En la emigración: Baleares (1988), la Comunidad Valenciana (Alicante, 1989, 1993, 1997, 1999, 2001-2006; Valencia, 19990, 1992, 1994 y 1996), Andalucía (Granada, 1985 y 1991; Málaga en 1995).

(465) La inmigración, entre el 29,6 % de 1988 y el 32,5 % del total de 2006, y para la emigración entre el 26 % y el 35 %, respectivamente

(46) El 13,2 % en 1988 y 17, 5 % en 2006 para inmigración y 16 % y 18,2 % para la emigración).

(47) Se perciben los efectos de la Ley General de Educación de 1970, con la implantación de la escolarización obligatoria hasta los 14 años, en el incremento de los que tienen algunos estudios porque han tenido algún tipo de escolarización aunque no hayan obtenido ninguna titulación o Graduado Escolar, y de la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE) de 1990, que amplia la escolarización hasta los 16 años y, consiguientemente, repercute más en el incremento de los titulados con Bachillerato o titulación equivalente o superior.

(48) Número de contratos a extranjeros en 2006. Fuente: estadísticas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Secretaria de Estado de Inmigración y Emigración

(49) La localidad española con mayor proporción de extranjeros es San Fulgencio, en Alicante, en la cual casi un 70% de sus 8.200 habitantes no son españoles, en tanto que entre las regiones de menos recepción de inmigrantes se encuentra Extremadura, con apenas un 2% de habitantes extranjeros (www.extranjeros.es).

(50) La primera Ley de Extranjería del Estado español se promulgó en 1985, coincidiendo con su ingreso en la UE. En aquella oportunidad, algunos preceptos referidos a los derechos de los extranjeros, como la reunificación familiar, fueron declarados inconstitucionales. Modificaciones posteriores intentaron subsanar estas carencias. El creciente número de sin papeles obligó a realizar procesos de regularización, no previstos inicialmente por la ley, en 1986, 1991 y 1996. A finales de 1999 se aprobó una nueva ley, la 4/2000. Dentro de las mejoras más significativas figuraban los derechos de salud, educación y asociación para los inmigrantes indocumentados, la previsión de un proceso de regularización automático para los indocumentados que hubieran residido y trabajado en España por más de dos años, la asistencia jurídica gratuita para los extranjeros rechazados en frontera, la obligación de justificar la denegación de visado y las multas como sanción por la falta de documentación, en lugar de la expulsión. Esta ley entró en vigor a principios de 2000. Esta norma puso en marcha una nueva regularización “extraordinaria”, para la que se presentaron 246.089 solicitudes. El proceso se cerró en diciembre con 137.454 inmigrantes regularizados. En junio del mismo año se presentó un nuevo proyecto de Ley de Extranjería, respaldado por la mayoría obtenida en las elecciones generales de marzo de 2000. La nueva Ley, 8/2000, fue aprobada en diciembre. La nueva Ley recortaba los derechos de los inmigrantes indocumentados – eliminando los derechos de reunión, manifestación, asociación, sindicación y huelga – y ha reimplantado la expulsión para los extranjeros sin permiso de residencia. Focaliza la atención en el control y favorece la discrecionalidad administrativa. La vía regular de acceso al mercado de trabajo continúa siendo el sistema de cupos anuales. Gracias a la cláusula de prioridad nacional, los puestos vacantes son los de menor remuneración, condiciones laborales más precarias y mayor inestabilidad: construcción, agricultura y trabajo doméstico

(51) En España, según los datos del censo de 2001, los menores de 16 años son casi dos millones menos que en 1991 (y además hay que tener en cuenta que el 8 % de los nacimientos del 2001 eran de madres extranjeras, porcentaje en constante incremento), mientras que los mayores de 65 años por primera vez son más numerosos que los jóvenes (6,9 millones, frente a 6,3 millones de menores de 16 años).

(52) Índice de Masculinidad: número de Hombres por 100 Mujeres. (V/M x 100)

3.1.2. La estructura biológica y socio-profesional de la población

En el estudio de la población de Ciudad Real nos planteábamos tres objetivos fundamentales en cuanto a su incidencia en las transformaciones morfológicas y urbanas de la ciudad. El primero, creemos haberlo conseguido al determinar cual ha sido el aumento de los efectivos, así como su procedencia para poder compararlo con el espacio ocupado de la ciudad en estos años. Otro objetivo que proponíamos era conocer la estructura biológica de la población según los grupos de edad, por la incidencia que este aspecto tiene en los escenarios futuros de la ciudad, como el de atender las demandas de equipamientos sociales y plantear nuevos modelos de crecimiento. Por último, el tercer objetivo que considerábamos para el estudio de la población se basaba en la hipótesis de que Ciudad Real en las últimas décadas ha aumentado y especializado sus funciones urbanas, y queríamos evidenciar si la composición socio-profesional de la ciudad ha conformado una base adecuada para su desarrollo, y en qué medida estas funciones han alterado la composición socio-profesional de la población. Estos dos últimos objetivos pretendemos abordarlos en este epígrafe.

3.1.2.1. La estructura biológica: Paso de una estructura estacionaria a otra regresiva

La tendencia de la estructura biológica de la población de Ciudad Real ha sido el envejecimiento, puesto que hemos pasado de una estructura estacionaria (1981), a una estructura regresiva (2001). La población más joven (menor de 15 años) en Ciudad Real capital ha pasado de representar el 27,5 % en 1981 a ser solo un 17,8 % en 2006 (Cuadro 3.19). Esta tendencia al envejecimiento también se viene dando en España desde 1981.

Cuadro 3.19.- Población de Ciudad Real capital por grandes grupos de edad. 1981-2006

Población de Ciudad Real capital por grandes grupos de edad. 1981-2006

Fuente: INE. Elaboración propia

Conocer estos cambios demográficos es importante por las consecuencias en la estructura de la población y su incendia en los nuevos y complejos desafíos que se presentan en una ciudad como la nuestra.

En el comportamiento demográfico de Ciudad Real, como hemos visto en el apartado anterior, se ha producido un cambio, cuyo punto de inflexión se sitúa en 1980. Desde esa fecha la ciudad se ha caracterizado por una baja mortalidad, una escasa fecundidad y un aumento de la esperanza de vida.

El reflejo de estos aspectos en la estructura biológica no se aprecia hasta 1991, pues es en ese año cuando se produce una disminución en la población menor de 15 años y un aumento en la cohorte de mayores de 65, que pasan del 10,3% al 14% (ver Cuadro 3.19). Es así como la pirámide de 1991 resulta ser un claro ejemplo de transición desde una población estacionaria a otra regresiva, ya que en ella se observa un crecimiento inverso de las partes extremas de la misma, es decir, aumento en los grupos de mayores de 65 y disminución del peso relativo, con respecto al conjunto, de menores de 15 años.

En las pirámides de 2001 y 2006 (Figura 3.34) se agudizan la tendencia al envejecimiento iniciado en 1991, debido, sobre todo, a una fuerte disminución en los menores de 15 años, y al elevado porcentaje de los mayores de 65. En el grueso de población, que es el comprendido entre los 15 y 65 años, se observa un ligero aumento (pasa del 62,2% en 1981 al 68%), situación que supone, ciertamente, un sostenimiento a medio plazo, pero un claro peligro a medio-largo plazo porque ese contingente de población madura envejecerá, prácticamente, a la vez, y tendrá que ser sostenida por un débil grupo poblacional, que ahora cuenta con edades inferiores a los 15 años.

Aunque la población está más envejecida, el índice de dependencia ha disminuido, como consecuencia de la reducción de la población menor de 15 años y del mayor número de población madura (15-65 años) que lo sostiene. Los dos grupos dependientes son menores en términos porcentuales, es decir, mientras la población adulta en 1981 tenía que sostener a un elevado porcentaje de población menor de 15 años (27,5%) y a un 10,3% de población anciana, en el 2006 se invierte la situación y la población joven tan sólo supone un 17,8% y la anciana se incrementa a un 14,2%. No obstante, este dato no es muy positivo, porque se prevé para los próximos años un aumento del índice de dependencia por el engrosamiento actual que tiene la cohorte de población adulta, por cuanto disminuye la población potencialmente trabajadora, a la vez que se incrementan los gastos de asistencia social por el aumento de los mayores. En Ciudad Real el envejecimiento de la población se ha debido, fundamentalmente, a la reducción de la natalidad, y este hecho adquiere más relevancia si tenemos en cuenta que coincide con un momento de máxima expansión económica de la ciudad, indicando que el desarrollo económico se ha producido en una coyuntura desfavorable, desde el punto de vista demográfico. Las crisis demográficas de Ciudad Real capital son las mismas que las ocurridas a nivel nacional, en la comunidad autónoma, y en la provincia por ser fenómenos generales y no específicos de nuestra ciudad.

En la pirámide de 2006 se refleja el efecto de la inmigración, que genera en el perfil un engrosamiento anormal de los adultos y un cierto ensanchamiento de la base, aportando la población inmigrante una tímida mejora en el conjunto de toda la pirámide. Si esta tendencia siguiese este ritmo, supondría un rejuvenecimiento de la población en su conjunto. No obstante, esta prospectiva es muy arriesgada, ya que en todas las sociedades desarrolladas, y en concreto en nuestra ciudad, el cambio de pautas socio-culturales ha tenido una fuerte repercusión en la disminución de la natalidad, y es previsible el contagio de estos comportamientos a la población inmigrante que llega. Por lo que de no cambiar nuestra mentalidad, el problema del envejecimiento es quizá uno de los más importantes retos de nuestra sociedad.

Figura 3.34.- Pirámides de población de España, Castilla-La Mancha y Ciudad Real (capital y provincia). 1981-2006

Pirámides de población de España, Castilla-La Mancha y Ciudad Real (capital y provincia). 1981-2006

Fuente: INE y Padrón Municipal. Elaboración propia

3.1.2.2. Una estructura socio-profesional más terciarizada

Desde 1981 se han producido cambios muy significativos en la estructura socio-profesional de nuestro país que han afectado a nuestra ciudad de estudio. Destacaremos principalmente tres: el incremento de la tasa de actividad por la incorporación de la mujer al mundo laboral; la primacía del sector terciario frente a las otras ramas de actividad; y la mayor especialización y diversificación dentro de este sector servicios. Nuestro objetivo es demostrar en qué medida estos cambios se han dado en nuestra ciudad y cómo están relacionados con las nuevas funciones que ha asumido Ciudad Real.

Para el estudio de la estructura socio-profesional la principal fuente existente es el Censo de población por su alto grado de fiabilidad y disponibilidad de datos, aunque con el inconveniente de que su elaboración se realiza cada diez años. No obstante, también contamos con otras fuentes (53), como las Fichas Municipales elaboradas, en nuestro caso, por el Instituto de Estadística de Castilla-La Mancha, y con el Boletín de Estadísticas Laborales del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, donde se recogen los afiliados a la Seguridad Social de cada año.

a) La tasa de actividad

La tasa de actividad entre 1981 y 2001 ha aumentado en toda Castilla-La Mancha, tanto en sus provincias, como en sus capitales. Este crecimiento de los activos se debe, al aumento de la población adulta (15 a 65 años), a la inmigración, y a la incorporación de la mujer a la vida laboral remunerada. Sin embargo, este incremento no ha tenido la misma intensidad en todas sus provincias, dándose los porcentajes más bajos, en 2001, en Cuenca y Ciudad Real (47,0 y 48,2%, respectivamente), coincidiendo, además, con que sus capitales tienen la tasa de actividad femenina más baja (31,2 y 31,4%).

Este crecimiento de la población activa en los últimos años, reflejado en el Censo, también es recogido en otras fuentes, tales como las afiliaciones a la Seguridad Social facilitadas por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (Cuadro 3.20), y donde se constata una mejora de activos, en la que Ciudad Real ocupa el segundo puesto, después de Toledo, entre las provincias castellano-manchegas.

Al crecimiento de la tasa de actividad le ha acompañado un cambio en la composición de la población activa por sexos. Tanto los hombres como las mujeres acrecentaron su presencia en el conjunto de los activos, pero los incrementos de población activa femenina han sido considerablemente mayores en todas las provincias y capitales. La ratio mujeres/ hombres activos ha cambiado profundamente (en 1981, en Ciudad Real, el 69,9% eran varones frente al 23,6% de mujeres; y en el 2001 era del 67,4% y del 46,3%, respectivamente). La incorporación de la mujer a la vida laboral ha hecho disminuir el número de inactivos, que es donde se consideran incluidos los trabajos del hogar (Cuadro 3.21).

Cuadro 3.20.- Evolución de la Afiliación a la Seguridad Social en Ciudad Real capital y en las provincias de Castilla-La Mancha. 2003-2006

Evolución de la Afiliación a la Seguridad Social en Ciudad Real capital y en las provincias de Castilla-La Mancha. 2003-2006

Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Boletín de Estadísticas Laborales. Elaboración propia

Cuadro 3.21.- Evolución de las Tasas de actividad en las capitales de provincia de Castilla-La Mancha. 1981-2001

Evolución de las Tasas de actividad en las capitales de provincia de Castilla-La Mancha. 1981-2001

Cuadro 3.21.- Evolución de las Tasas de actividad en las capitales de provincia de Castilla-La Mancha. 1981-2001 (Cont.)

Evolución de las Tasas de actividad en las capitales de provincia de Castilla-La Mancha. 1981-2001 (Cont.)

Fuente: Censo 1981, 1991 y 2001. Elaboración propia

Otra peculiaridad del incremento de la tasa de actividad es que sus valores en la tasa femenina son considerablemente superiores en las capitales que en el resto de la provincia, mientras que en el caso de los varones son prácticamente similares. Es decir, que las mujeres que viven en ámbitos urbanos han realizado una rápida incorporación al mundo laboral. En el caso de Ciudad Real, pese a tener uno de los valores más bajos como provincia (tasa del 23,6%), alcanza uno de los más elevados como capital (46,3%). Concretamente, entre 1981 y 2001, la tasa de actividad femenina se ha duplicado en nuestra ciudad.

Otro rasgo de Ciudad Real capital es que la población económicamente activa es relativamente joven pues, en 2001, el grupo más numeroso era el comprendido entre 30-44 años, datos que, analizados por sexo, sufren alguna variación ya que entre los varones el grupo mas joven es el de 35-44 años y entre las mujeres es el de 30-34 años. Al compararlos con los datos de 1981, ponen de manifiesto una elevación de la edad de entrada en la actividad laboral por cuanto, en ese año, la mayor población activa era menor de 25 años.

También consideramos importante destacar el aumento progresivo de estudiantes, que han pasado de representar el 8,5 % en 1981 al 16,7 % en 2001, con un crecimiento muy semejante entre los sexos aunque con un ritmo ligeramente superior en la población femenina (Cuadro 3.22)

Cuadro 3.22.- Evolución de la Población según sexo y actividad en Ciudad Real capital. 1981-2001

Evolución de la Población según sexo y actividad en Ciudad Real capital.  1981-2001

Fuente: Censo 1981, 1991 y fichas municipales. Elaboración propia

Y por último, el descenso femenino en las tareas del hogar (29,7 % en 1981 y 15,5 % en 2001) con la particularidad de que en el primero de los años los dedicados a esta actividad eran todos mujeres y en el 2001 el número de varones alcanza el 0,9 %.

B) la especialización funcional

El segundo cambio significativo en la estructura poblacional de nuestro país ha sido de carácter socio-profesional, es decir, se ha producido una primacía de la población dedicada a los servicios. Estos cambios han tenido una diferente repercusión en las distintas escalas territoriales (regional, provincial y local), su análisis nos permitirá comprender mejor los cambios sufridos en nuestra ciudad.

La especialización funcional regional y provincial

En este último cuarto de siglo, el cambio significativo en la estructura socio-profesional ha sido la sustitución del sector secundario por el terciario como motor económico, junto con una mayor especialización dentro del sector servicios. Especialización que se observa en el mayor grado de detalle que aporta el Censo de 2001 al especificar el tipo de actividad terciaria en función del establecimiento, mientras que en los Censos anteriores sólo se indicaban la rama de la actividad.

En España el porcentaje de ocupados en este sector es del 63,6% de la población, mientras que en Castilla-La Mancha es tan sólo del 54,9%, lo que supone tener uno de los porcentajes más bajos entre las Comunidades Autónomas (54).

En el comportamiento del sector terciario en nuestra Comunidad Autónoma, hemos de diferenciar dos escalas, la provincial y la municipal: en la primera destacan Guadalajara y Albacete (62,7% y 57,2%, respectivamente) como las provincias más terciarizadas, y en la segunda, sobresalen Ciudad Real, Toledo y Cuenca (85,1%, 81,5% y 80,3%) siendo estas ciudades las que muestran una mayor especialización en este sector. Este comportamiento paradójico entre la provincia y su capital, se justifica claramente por la función administrativa que las capitales de provincia han asumido desde 1983, con la intervención de la Comunidad Autónoma que implementa el papel administrativo respecto a la administración central.

La primacía hacia el sector terciario en nuestra región comenzó a darse a partir de 1985, una vez concluida la crisis de los setenta, ocupando el primer lugar en el empleo.

Durante los años de la crisis, el proceso de terciarización se generalizó rápidamente, siendo el sector económico que mejores resultados ofrecía tanto en creación de empleo como en riqueza, sirviendo de amortiguador para las dificultades de producción de rentas, localizando su crecimiento en las ramas tradicionales (comercio, transporte, servicios públicos, etc.…). Cambios que han afectado, lógicamente, a nuestra ciudad de estudio.

En el censo de 1981, el sector terciario era el que más población aglutinaba en todas las provincias de Castilla-La Mancha, seguido del secundario, con porcentajes superiores al 20%, a excepción de Ciudad Real y Cuenca que tenían valores inferiores, y donde el papel de la construcción aún no despuntaba, al ocupar tan sólo a un 10% de la población. En este censo todas las provincias tenían un sector agrario muy potente, en el que se ocupaban más del 20% de la población, destacando Cuenca con un 40,6%.

Esta situación cambia bruscamente en la década siguiente, gracias al desarrollo del sector público, sobre todo por las instituciones educativas de nivel superior, como la Universidad de Castilla-La Mancha. La universidad contribuyó no sólo a retener población universitaria en la región, sino a terciarizarla. En su primer curso de funcionamiento (1985-1986) se matricularon unos 5.500 estudiantes; diez años después su alumnado había aumentado por encima de los 28.000, distribuidos entre sus cuatro campus: Albacete (35%), Ciudad Real (30%), Toledo (24%) y Cuenca (11%). Este crecimiento ha impulsado un aumento del empleo en el sector servicios y ha contribuido a contener la tradicional emigración de adultos jóvenes que afectaba a la región durante las décadas anteriores (Panadero et al, 1999b: 323-324).

En el siguiente censo, el de 1991, se mantiene el predominio del sector terciario en todas las provincias, con un sector de la construcción al alza, y ello pese a los valores relativamente altos del sector agrario, que giran entorno al 15%.

El último censo, el de 2001, presenta un sector terciario que destaca sobremanera sobre los demás, debido a que aglutina a más de la mitad de la población frente al sector agrario que tiene valores inferiores al 10%. En relación a la importancia del sector industrial en las provincias de Castilla-La Mancha, podemos hacer dos grupos: Ciudad Real y Toledo, por un lado, que se caracterizan por ser las más terciarizadas, superando al sector industrial y al subsector de la construcción, a pesar de la importancia que éste tenía en la década anterior (Ciudad Real en 1991 ocupaba al 17,9% y en 2001 se reduce al 13,1%; y Toledo pasa de 17% a 13,3%); y por otro lado, Albacete, Cuenca y Guadalajara, que presentan valores más elevados en la construcción, con la consiguiente disminución en el sector industrial y en el terciario, por la transformación sufrida en los procesos de su organización, es decir, por la progresiva fragmentación y especialización de sus actividades y la desconcentración de la gran empresa tradicional mediante la subcontratación de sus tareas (Panadero et al. 1999b: 317).

La estructura profesional de las capitales de provincia castellano manchegas (Cuadro 3.23 y Cuadro 3.24) sigue, desde 1981, un comportamiento muy similar al provincial, volviendo a destacar Ciudad Real y Toledo, como las capitales más terciarizadas, con una agricultura casi inexistente y un débil sector industrial, que se irá reduciendo en las sucesivas décadas. Estas dos ciudades son las que tienen mayor capacidad rectora de Castilla-La Mancha por estar, ambas, muy vinculadas a la Administración pública (una por su capitalidad autonómica, y otra por ser sede del Rectorado de la Universidad de la región) y una muy buena conexión con Madrid a través del AVE. El sector de la construcción es el único que se ha mantenido constante durante todo el período de estudio, pero siempre con valores inferiores al 10%.

El subsector de la Administración Publica tiene elevados porcentajes en Ciudad Real y Toledo (19,3% y 18,2%, respectivamente), semejantes al resto de capitales regionales a excepción de Guadalajara, en la que apenas supone un 1,8%, debido a la estrecha vinculación que posee con Madrid en la prestación de servicios. Respecto a los servicios educativos, pese a que cuatro capitales castellano manchegas poseen campus, los valores más elevados se corresponden a Ciudad Real (12,2%) por la ubicación en ella del Rectorado.

Cuadro 3.23.- Evolución de la población ocupada en los distintos sectores de actividad en las capitales de provincia de Castilla-La Mancha. 1981-2001

Evolución de la población ocupada en los distintos sectores de actividad en las capitales de provincia de Castilla-La Mancha. 1981-2001

Fuente: INE. Elaboración propia

Cuadro 3.24.- Ramas de actividad y detalle del sector terciario (%) en las capitales de C. La Mancha (55)

Ramas de actividad y detalle del sector terciario (%) en las capitales de C. La Mancha

Fuente: INE. Censo 2001. Elaboración propia

Las capitales que destacan comercialmente son Albacete y Ciudad Real (16,4% y 14,4% respectivamente), frente a Cuenca en el que apenas existen establecimientos dedicados a esta actividad (6,7%). En cuanto a los servicios de Intermediación Financiera destaca Cuenca sobre el resto de capitales con un 17,5%, seguida a bastante distancia de Guadalajara (8,6%). En actividad inmobiliaria todas nuestras capitales tienen porcentajes muy similares entre el 7 y el 11%, no obstante, en el próximo censo se prevé una subida en la población dedicada a este servicio para Ciudad Real capital, por el boom inmobiliario que se ha producido en los últimos años, si bien es cierto, esta expectativa ha quedado rota con la caída del sector en el 2008.

La población dedicada a las actividades sanitarias, encuentra en Cuenca una excepción respecto al resto de las capitales de Castilla-La Mancha, ya que en esta suponen un 2,8% frente al 12% del resto. Por último, en las actividades del hogar, Cuenca vuelve a presentar valores inversos en relación al resto de la región, esta vez más elevados (10,1% frente al 2%), resultando así, que esta capital castellano-manchega presenta un desequilibrio del sector servicios, al tener una fuerte dependencia de ciertas actividades, como la intermediación financiera y las actividades inmobiliarias, que están expuestas a un alto grado de incertidumbre.

La especialización funcional de Ciudad Real

En el caso concreto de Ciudad Real capital la estructura de su población activa por sectores económicos (Cuadro 3.25), en 2006, muestra un claro predominio del sector terciario (86,9%), superior a la media regional de este sector (80,5 %) y con el valor más alto de Castilla-La Mancha; superior, también, al resto de capitales de provincias de la Comunidad Autónoma. No ocurre así con la construcción y con la industria en las que nuestra ciudad ocupa el lugar más bajo entre las capitales de provincia.

Cuadro 3.25.- Sectores de actividad en las capitales de provincia de Castilla-La Mancha, según la afiliación a la Seguridad Social. 31 de Diciembre de 2006

Sectores de actividad en las capitales de provincia de Castilla-La Mancha, según la afiliación a la Seguridad Social. 31 de Diciembre de 2006

Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Elaboración propia

La adscripción de la población activa de Ciudad Real a los distintos sectores económicos pone de manifiesto la evolución ocurrida en los últimos años a favor del crecimiento del sector servicios y la práctica extinción del sector agrario, produciéndose un proceso de terciarización (Panadero, 1996 y Precedo, 1987: 63), tanto en nuestra ciudad como en las demás escalas regionales. Los rasgos más destacados de este proceso son: el crecimiento de los servicios, la disminución de la agricultura y el incremento de la industria, fenómeno que puede atribuirse tanto al aumento de las rentas y capacidad de consumo de las familias, como a los cambios en la organización productiva por innovación tecnológica y división del trabajo (Vila, 1994: 144).

La estructura y evolución de las actividades en Ciudad Real la sitúa dentro del conjunto de ciudades castellano manchegas puramente terciarizadas, frente a aquellas otras, como Azuqueca de Henares, Puertollano o Talavera de la Reina, en las que, pese al predominio del sector servicios, mantienen todavía un peso significativo de la actividad industrial.

En Ciudad Real capital el sector terciario siempre tuvo un papel significativo, pero las nuevas actuaciones de carácter terciario como la ya comentada organización administrativa en Comunidades Autónomas y su representación en la capital provincial, la línea de alta velocidad ferroviaria (AVE), el campus universitario… han incidido en el tradicional desarrollo de este sector en la ciudad, incrementando su volumen y su especialización. En el caso de Ciudad Real, el sector terciario se encuentra distribuido no sólo entre trabajos relacionados con la Administración, sino también con el Comercio (14,4%), con los Servicios Educativos (12,2%) y con los dedicados a la Asistencia Sanitaria (12,1%) (ver Cuadro 3.24).

(53) La Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada por el INE, no la hemos utilizado aunque ofrece una periodicidad trimestral, porque no nos aporta datos muy fidedignos a escala municipal. Está confeccionada a partir de una muestra de 200.000 personas, es decir, unas 65.000 familias de toda España, y el propio INE advierte que los “datos inferiores a 5 deben ser tomados con precaución, pues están afectados por fuertes errores de muestreo”, por lo que hemos decidido no emplearla.

(54) Junto con La Rioja, Murcia y Navarra (52%, 54,4% y 56,3%, respectivamente). Ceuta y Melilla poseen los porcentajes más altos en el sector servicios, destacando el papel de la Administración Pública y Seguridad Social que suponen más de un 30% de los establecimientos. También despuntan Madrid, Canarias y Baleares, con porcentajes en torno al 70% en el sector servicios, aunque con un sector terciario más diversificado.

(55) (1) Servicios: Comercio; reparación de vehículos de motor, motocicletas, ciclomotores y artículos personales y de uso doméstico

(2) Servicios: Transporte, almacenamiento y comunicaciones

(3) Servicios: Actividades inmobiliarias y de alquiler; servicios empresariales

(4) Servicios: Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria

(5) Servicios: Actividades sanitarias y veterinarias; asistencia social

(6) Servicios: Otras actividades sociales y de servicios prestados a la comunidad; servicios personales.

3.2. LAS DIFERENCIAS ESPACIALES DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA

La dimensión espacial de las características poblacionales es un aspecto fundamental para comprender nuestras ciudades y para planificarlas a una escala más humana, por ese motivo nos ha parecido necesario hacer un estudio geodemográfico a escala de sección censal. El uso de los microdatos ha sido una herramienta fundamental para nuestro objeto de estudio, gracias al nivel de detalle que aportan, lo que nos ha permitido definir zonas intraurbanas con características poblacionales semejantes, como base de una planificación más ajustada a la realidad ciudadana.

Los objetivos que nos proponemos son: En primer lugar, analizar la distribución y evolución de los efectivos en las diferentes zonas del espacio urbano, o lo que es igual, calcular la densidad de las distintas secciones censales con el fin de detectar la participación que ha tenido cada una de ellas en el crecimiento global de la ciudad y conocer cuales son las preferencias de ubicación de los ciudadanos; en segundo lugar, debido a la reciente importancia que ha cobrado la inmigración exterior en nuestra ciudad, observar la localización de este colectivo y la política de distribución que se ha seguido; en tercer lugar, estudiar la localización de la población según los grupos de edad para detectar el dinamismo de cada una de las áreas, con el fin de prevenir y actuar en las más deterioradas y comprobar la adecuación del equipamiento dotacional; y por último, comprobar en qué medida el nivel socio-profesional contribuye a disminuir o aumentar la segregación social en la ciudad.

3.2.1. La desigual distribución de los efectivos en la ciudad

Ciudad Real, en las últimas tres décadas, ha aumentado unos 20.000 habitantes, sin embargo, el crecimiento de los efectivos no ha sido uniforme en su interior, sino que presenta diferencias y contrastes notables, tanto en la mayor o menor concentración en determinadas zonas de la ciudad, como en la localización selectiva de los inmigrantes.

La densidad media de Ciudad Real en 2006 es de 51,7 hab./ha ofreciendo, sin embargo, variaciones entre sus diferentes distritos y secciones. El hecho más destacado de la distribución poblacional de nuestra ciudad es el contraste entre una alta densidad, en la zona dentro de la Ronda y una baja densidad fuera de Rondas (Figura 3.35).

Figura 3.35.- Densidades de población en los distritos y secciones de Ciudad Real. 2006

Densidades de población en los distritos y secciones de Ciudad Real. 2006

Fuente: INE. Elaboración propia

Efectivamente, en el espacio urbano intraronda todas las densidades son superiores a los 100 hab./ha, aunque el valor dominante en él es el que rebasa los 250 hab./ ha. Igualmente hay que señalar que las mayores densidades de la ciudad (superiores a 500 hab./ha) están también comprendidas dentro de este espacio urbano, que aparecen como islas dentro de la ronda de circunvalación. Es decir, se trata de secciones concretas tales como el entorno del Rectorado (II-16,17 y 13), el Torreón (IV-8 y 9), Avenida de la Mancha (I-3) y la zona del colegio Carlos Eraña-Iglesia de San Pablo (II-9). Estas secciones tan densificadas no se corresponden con el centro sociológico, ya que la zona del entorno a la plaza del Pilar y de la Catedral tienen densidades entre 100-250 hab./ha, por el predominio de comercios y oficinas frente al uso residencial, así como la ubicación de edificios singulares, plazas, jardines, edificios de la Administración pública etc.

Una segunda observación, es que el espacio fuera de la Ronda, que es el más extenso de la ciudad, tiene todo él una densidad inferior a los 100 hab./ha exceptuando dos secciones, la I-5 y II-7, que se corresponden con el barrio de los Ángeles y con el de Pío XII, respectivamente, en las que su densidad está entre 100-250 hab./ha, debido a que el tipo de construcción dominante en ambos es el de bloques de tres y cuatro plantas. No olvidemos que se trata de dos de los primeros barrios construidos en la periferia de la ciudad, aunque, en los últimos años, en ambos, se está produciendo una gentrificación con viviendas unifamiliares.

A la hora de analizar e interpretar las desigualdades de densidad que se dan en los distritos censales de Ciudad Real no podemos perder de vista el modo en que se han ido configurando a lo largo de los años. Sobre una división originaría del espacio urbano intraronda en cinco distritos censales, organizados en forma radial, se han ido incorporando a cada uno, siguiendo la antigua estructura radial, las nuevas zonas de expansión de la ciudad surgidas fuera de la Ronda. Lo que ha dado lugar a que cada distrito esté compuesto por zonas del antiguo casco urbano con un poblamiento denso, y por zonas de nueva construcción, con bastante menor intensidad edificatoria y poblacional.

Se da una correspondencia entre los distritos más poblados y los que tienen mayor densidad, reflejada en los distritos II y IV. Sin embargo, los efectivos de población no son el único factor explicativo, puesto que el tamaño de los mismos también condiciona la densidad. Esto sucede, por ejemplo, en el distrito III, que siendo el más pequeño de la ciudad, es el segundo en cuanto a densidad (Cuadro 3.26).

Cuadro 3.26.- Densidad de población en Ciudad Real por distritos. 2006

Densidad de población en Ciudad Real por distritos. 2006

Fuente: Padrón de 2006. Elaboración propia

No obstante, este tipo de estructuración de los distritos censales genera fuertes contrastes de densidad dentro del propio distrito. Sirva de ejemplo el distrito I que, en su conjunto, presenta una bajísima densidad (31,1 hab./ha) y sin embargo, abarca secciones tan dispares como la sección I-3, situada en el casco antiguo, que alcanza una densidad de 566,8 hab./ha, o la sección I-6, situada fuera de rondas, que solo tiene 8 hab./ha presentado como resultado la baja densidad del distrito.

Sin perder de vista esta consideración, en el caso del distrito II, se ha dado otra circunstancia nueva, y es que sin aumentar prácticamente el número de secciones, éstas han aumentado considerablemente su superficie construida, generando una diversidad de densidades que permite encontrar secciones con más de 500 hab./ha (II-9, 13, 16, 17), todas ellas en el distrito originario, otras con valores entre 250-500 hab./ha (II-2,3, 10, 11 y 12), que ocupan la mayor parte del distrito, y una gran cantidad de secciones, localizadas fuera de rondas, con densidades inferiores a los 100 hab./ha.

La misma diversidad de valores encontramos en el distrito número III, con una densidad media de 200 hab./ha, aunque hay secciones como la III-1 y la III-2, com-prendidas entre las calles Calatrava y Estrella, en las que se supera ese valor medio. Otra zona con valores intermedios (100-250 hab./ha) que coincide con la zona de la Plaza de Toros y las viviendas construidas para militares; y un área fuera de la Ronda (III-5), que es, sin embargo, la más extensa, con una densidad de 23,1 hab./ha, pese a las urbanizaciones de tres-cuatro.

El distrito IV presenta dos zonas con fuertes contrastes. Una, de alta densidad, localizada dentro de la Ronda, en la que de las siete secciones que la integran hay dos con densidades superiores a los 500 hab./ha (IV-8 y 9), y cinco entre 250-500 hab./ha (IV-1, 2, 3, 4 y 5); la otra zona, mucho más extensa, dónde se ubica la zona industrial de la ciudad, la estación del AVE y un centro comercial (Eroski), tiene una densidad inferior a los 100 hab./Ha. y está compuesta por las secciones IV-6,7,10,11,12 y 13.

El distrito V, repartido en tres zonas, presenta una densidad muy baja, debido, en unos casos, a su alejamiento de la ciudad (los anejos de Las Casas y Valverde) y, en otros, a la tipología edificatoria con construcciones diseminadas (La Poblachuela), con viviendas de una o dos plantas en parcelas de gran superficie. Esta última zona debe su tipología edificatoria al hecho de que en un principio comenzó utilizándose como huertas rurales, después pasó a ser zona de segunda residencia, y, en el momento actual, mantiene la misma estructura física pero ha cambiado su uso, pasando a ser vivienda principal, con un ligero aumento poblacional en los últimos años.

El otro aspecto que consideramos importante en la distribución espacial del crecimiento es el referido a la localización de la inmigración exterior en Ciudad Real que, como ya se ha dicho, ha tenido una escasa incidencia en el crecimiento absoluto de la población en los últimos años. No obstante, teniendo en cuenta la aceleración del proceso y sus efectos laborales y sociológicos conviene analizar cual es su distribución en el interior de la ciudad.

Figura 3.36.- Distribución de los inmigrantes extranjeros en Ciudad Real por distritos y secciones. 2006

Distribución de los inmigrantes extranjeros en Ciudad Real por distritos y secciones. 2006

Fuente: INE. Elaboración propia

La localización residencial de la población inmigrante en las ciudades españolas ha afectado, en una primera fase, a los Cascos Antiguos que han desempeñado el papel de primer foco de acogida, para difundirse después, según determinadas pautas, por el resto de la ciudad. Su localización, dentro de los Cascos Históricos, comienza en un sector determinado: el más deteriorado y por lo tanto con más viviendas vacías o proclives al alquiler por su extrema inhabitabilidad. En esta primera fase, se prolonga y propaga a otros sectores, también deteriorados, por medio del alquiler y el realquiler de viviendas, generando un gran hacinamiento, en el que las pensiones juegan un papel destacado. En una segunda fase, son los ensanches de la segunda generación industrial (1960-1975), además de las periferias racionalistas, las que ejercen la función receptora, de acuerdo con fórmulas de alquiler más caras por la mayor calidad de la vivienda, y en ocasiones tienen lugar fenómenos de hacinamiento mucho mayores que en los cascos históricos (Ferrer, 2005: 87). Estas pautas de carácter general son las seguidas por este tipo de población en nuestra ciudad.

La tónica dominante en Ciudad Real ha sido una distribución irregular (Figura 3.36) con un mayor peso de la inmigración extranjera en la zona central y en los primeros barrios periféricos construidos en los años 80 (Larache, Pío XII, La Granja). Las zonas que presentan más de un 8% de jóvenes inmigrantes se corresponden, dentro de Ronda, con el barrio de Santiago-Perchel (III-1 y III-3) y, fuera de Ronda, con los barrios de La Granja (II.18) y las antiguas casas de una planta y materiales de mala calidad del antiguo barrio ferroviario de Larache (I-7).

Hay que señalar un hecho significativo de la localización de la inmigración en las entradas de la ciudad (Ctra. de Toledo, Ctra. de Carrión y Ctra. de Valdepeñas) con porcentajes entre el 5 y el 8%. La explicación de este comportamiento se debe a que en estas zonas, junto a la dinamización industrial producida desde finales de los años noventa, conviven las edificaciones y poblaciones más marginales que existían antes de la puesta en marcha de esa renovación. En ellas aún se pueden ver, en un paisaje urbano muy diverso, los antiguos talleres, las nuevas naves industriales y las viviendas de baja calidad en las que viven un número significativo de inmigrantes.

3.2.2. La distribución de la estructura poblacional en la ciudad

La estructura demográfica, tanto biológica como socio-profesional, condiciona el dinamismo de una ciudad. Ambos factores establecen los escenarios presentes y futuros de los núcleos habitados, y determinan, en algunos casos, su propia existencia. Sirva de ejemplo el caso de los núcleos rurales que al perder su dinamismo biológico y funcional con la consiguiente perdida de población, han incrementado los desequilibrios de ocupación territorial y ha dado lugar a la preocupación por parte de la Unión Europea para tratar de solucionarlo a través de la Estrategia Territorial Europea (ETE) de 1999.

En las últimas décadas la población de Ciudad Real en su conjunto ha experimentado, como ya se ha dicho, un aumento en el nivel de envejecimiento y una mayor especialización socio-profesional en el sector terciario. Estos comportamientos, sin embargo, no han sido homogéneos en el interior de la ciudad, y nuestro objetivo es determinar el diferente dinamismo intraurbano y sus consecuencias sociales y morfológicas, en cuanto a equipamiento y segregación social.

Para estudiar esta desigual distribución biológica hemos optado por establecer la misma tipología que se propuso para el conjunto de la ciudad (tipología progresiva, estacionaria y regresiva). Como resultado de esta clasificación aplicado a secciones cen-sales, hemos obtenido las de tendencia progresiva, que se da tan solo en una sección, las de tendencia estacionaria, que se da en 5 secciones, y las de tendencia regresiva, que se dan en 39 secciones (Figura 3.37).

Las zonas que presentan un cierto nivel de rejuvenecimiento (tipo progresivo y estacionario) se localizan en la periferia, en torno a los nuevos focos de desarrollo residencial (AVE y nuevo Hospital) y de regeneración urbana por Viviendas de Protección Oficial (Barrio de Puerta Santa María-Seminario y de la Guija). Mientras el resto de la ciudad se caracteriza por el envejecimiento.

El distrito más envejecido es en el número V, es decir, el de los anejos de Ciudad Real (La Poblachuela, Valverde y Las Casas), donde se concentra el mayor porcentaje de personas de más de 65 años (19,1 %) de toda la ciudad. La causa puede deberse al marcado carácter rural de dos de ellas (Valverde y Las Casas) y al escaso valor absoluto en el conjunto de la ciudad que hace que se desvirtúen los datos. Le sigue, en cuanto a envejecimiento, el distrito III, con un 16% de población anciana, mientras que los distritos con mayor proporción de jóvenes y adultos son el número I y el III, respectivamente, coincidiendo con las zonas más dinámicas de la ciudad.

Figura 3.37.- Distribución de los tipos de pirámides en los distritos y secciones de Ciudad Real. 2006

Distribución de los tipos de pirámides en los distritos y secciones de Ciudad Real. 2006

Fuente. Padrón 2006. Elaboración propia

La tipología regresiva y por tanto las zonas con menor dinamismo biológico, es la predominante en nuestra ciudad ya que de las 45 secciones que tiene Ciudad Real, 39 de ellas pertenecen a este tipo y su característica es que poseen un porcentaje inferior al 20% de población menor de 15 años, es decir, presentan un perfil con una base muy estrecha. No obstante, existen tres excepciones, dos al sur: la I-5 en los antiguos terrenos RENFE y la I-7, en la carretera de Fuensanta, en las que aunque por sus valores porcentuales de conjunto están dentro del grupo de pirámides regresivas, su perfil refleja un mayor dinamismo que en el resto. Presentan en los valores de 0 a 4 años el mismo comportamiento que las pirámides progresivas. La otra excepción de la tipología regre-siva es la sección IV-3 (en pleno centro), que nos muestra una población que está en su fase inicial de regresión, ya que todavía se puede observar el importante peso que tiene la población entre 15 y 45 años. En las pirámides restantes podemos distinguir distintas fases del proceso de regresión poblacional:

    a) Unas se encontrarían en una fase muy avanzada, en la que las prospectivas son poco esperanzadoras por cuanto en ellas no sólo hay un reducido grupo de

menos de 15 años, sino que tampoco poseen cohortes significativas de edades adultas o maduras. Presentan un perfil similar al de una “torre”, tal es el caso de las secciones localizadas en el centro de la ciudad (I-1 y 2; II-2,4, 6, 7 y 17: III-1; IV-9 y V).

    b) El resto de secciones incluidas en este grupo presentan una gruesa cohorte poblacional madura, es decir, entre las edades comprendidas entre los 35 y los 55 años, siendo el caso más significativo el de la sección III-5 (campus Uni- versitario), en el que su perfil nos muestra la drástica disminución de población menor de 15 años que ha sufrido esta sección.

La tipología estacionaria, que es la que tiene entre un 20 y un 27% de población joven, se caracteriza por una base ancha; un ensanchamiento de los grupos de edad comprendidos entre los 34 y 50 años, es decir, los nacidos entre 1956 y 1971, formados por profesionales cualificados que buscan un tipo de vivienda unifamiliar que se han ubicado en los nuevos focos de crecimiento de la ciudad, los edificados en torno a los años 90; y una escasa significación de la población mayor de 65 años.

Se localizan en las secciones periféricas: al sur-oeste de la ciudad, en las proximidades del nuevo Hospital (I-6) y carretera de Puertollano (II-19); al noroeste, en la Puerta Santa María (II-8) y en la Guija (II-15); al sur-este en el AVE- Eroski (IV13). Todas ellas situadas en las zonas de extrarondas y, por tanto, de reciente construcción.

La pirámide correspondiente a la sección II-8 (polideportivo de Santa María y barrio de Poniente) ofrece, como particularidad, el que los grupos de edad entre 15 y 25 años no sufren el estrangulamiento habitual en esta tipología, debido, desde nuestro punto de vista, a que en ella ha habido dos momentos recientes y próximos entre sí, de incorporación de población joven a esa sección. Sin embargo, la sección II-5 (La Granja y Recinto Ferial) es la que alcanza el valor más alto en cuanto a población mayor de 65 años, con 21,2 % de la población de Ciudad Real. Recordemos que el distrito II era uno de los más envejecidos.

Por último, existen algunas zonas que presentan un alto grado de rejuveneci-miento, como la sección II-18 (proximidades al Colegio Santo Tomás), la única que tiene una proporción de menores de 15 años superior al 40% y que posee una pirámide de tipo progresivo.

La estructura socio-profesional en el interior de la ciudad se ha caracterizado por un aumento de su nivel cultural en el centro y en las nuevas zonas de expansión urbana. Nosotros nos vamos a centrar únicamente en el nivel de estudios, ya que la información más fidedigna y actualizada la ofrecen los Censos y el Padrón.

Para abordar el análisis del nivel educacional de la población distinguiremos tres niveles: el nivel 1 para los que tienen estudios básicos (Primaria o antigua EGB), nivel 2 para los que tienen titulo de bachillerato, ESO, o Formación Profesional, y nivel 3, para los que poseen titulo universitario (Cuadro 3.27).

En Ciudad Real, según los datos del Padrón en 2006, el 50,2% de la población posee sólo estudios básicos, el 35,4% posee estudios de secundaría y tan sólo un 14,4% tiene estudios universitarios.

Cuadro 3.27.- Evolución del nivel educacional en Ciudad Real capital. 1981-2006

Evolución del nivel educacional en Ciudad Real capital. 1981-2006

Fuente: Censos 1981, 1991, 2001 y Padrón 2006

Al cartografiar el nivel educativo de la ciudad por distritos y secciones censales observamos que 15 secciones (I-4 y 7; II-1, 3,10 y 19; III-1 y 5; IV-1, 2, 4, 7, 8, 9 y12) tienen un nivel cultural superior a la media de la ciudad, con la particularidad de que su distribución zonal es un tanto irregular pues, de una parte, afecta a la zona centro y de otra a las tres nuevas áreas de expansión urbana: zona universitaria, carretera de Fuensanta y carretera de Puertollano. Igualmente se observa que de las 45 secciones de Ciudad Real, 43 de ellas están por encima de la media en el nivel 1, y 42 por encima del nivel 2. Estos valores nos muestran una ciudad con un nivel educativo medio, en la que prácticamente la totalidad de los habitantes poseen al menos un nivel de estudios (Cuadro 3.28).

La distribución del nivel educativo pone de manifiesto que, en términos generales, aquellos distritos que tienen un mayor número de personas con educación superior, tienen menor número de personas con estudios primarios (caso de los distritos I y IV), aunque en el número III ambos niveles, alcanzan valores altos, e incluso el nivel 2. Lo que indica que existe una segregación social según el nivel de estudios, porque se sobreentiende que a mayor nivel educativo, mayor nivel profesional (según la jerarquía del trabajo) y mayor nivel adquisitivo.

Cuadro 3.28.- Distritos de Ciudad Real según el nivel de estudios (%). 2006

Distritos de Ciudad Real  según el nivel de estudios (%). 2006

Fuente: Padrón de 2006. Elaboración propia

Los sectores con mayor nivel cultural, es decir, con mayor porcentaje de estudios universitarios (nivel 3) se sitúan en los distritos III (17,9%) y el I (17,4%), seguidos del II (12,3%) y del V (8,5%). Los dos primeros se corresponden con el centro y con la zona del entorno del Rectorado y de la Universidad, mientras que los segundos coinciden con aquellas zonas que poseen menor nivel adquisitivo. A nivel de secciones son la I-1(56) y II-3(57), con 25,2% y 23,9%, respectivamente, en el centro, coincidiendo con las áreas donde se localizaba la población activa más cualificada de la ciudad en 1975 (Pillet, 1984:540). El nivel de estudios se amplia en el 2006, al entorno a la Universidad (III-5), a las inmediaciones de la Poblachuela (II-19) y a la entrada sur de la ciudad en la carretera de Fuensanta (I-7).

Sin embargo, para analizar adecuadamente la estructura de la ciudad podemos establecer dos niveles educativos: nivel I, de menor nivel cultural, es decir por debajo de la media de estudios básicos (50,2) y nivel II, por encima de la media con estudios de bachiller (35,4) y superiores (14,4) (Figura 3.38).

Figura 3.38.- Nivel cultural en los distritos y secciones de Ciudad Real. 2006

Nivel cultural en los distritos y secciones de Ciudad Real. 2006

Fuente. Padrón 2006. Elaboración propia

En cuanto al nivel educativo I, el más bajo, porque se refiere a la población que sólo posee estudios básicos, son los distritos V, III y II los que están por encima de la media (50,2%) con un 61,5%, 57,4% y un 52,1%, respectivamente, mientras que los distritos I y IV no alcanzan ese valor de referencia, puesto que sus valores son el 47 y el 46,9%, para ambos.

En el nivel educativo II, se incluye el 35,4% del conjunto de la población de la ciudad, siendo el distrito III (43,8%) el que alcanza el valor más alto, aunque todos los demás están por encima del valor medio (35,4%), exceptuando el distrito V (con un 30%), debido a su carácter rural.

Por último, para terminar nuestro estudio sobre la distribución poblacional y sus características sociodemográficas en Ciudad Real, ofrecemos a continuación, una descripción detallada por distritos para el año 2006 (Cuadro 3.29):

Cuadro 3.29.- Síntesis de la jerarquización de los distritos en función de los diferentes índices poblacionales aplicados a Ciudad Real. 2006

Síntesis de la jerarquización de los distritos en función de los diferentes índices poblacionales aplicados a Ciudad Real. 2006

Fuente: Padrón de 2006. Elaboración propia

El distrito I, que se extiende desde el centro hacia el sur de la ciudad, se caracteriza por tener baja densidad de población, debido, en nuestra opinión, a que se ha incorporado una extensa zona de la periferia con baja densidad. Concretamente la zona Sur de la ciudad, donde se localiza el Nuevo Hospital, y la zona de la carretera de Fuensanta (SW), en el que se ha cambiado recientemente el uso del suelo, pasando de industrial a residencial-mixto. A la vez, esta zona incorporada es un espacio en crecimiento, ratificado por otros indicadores demográficos tales como el que tenga un elevado índice de población joven y de inmigrantes y que posea un elevado nivel cultural.

El distrito II, que se expande del centro al noroeste, es el más extenso, el que tiene mayor número de habitantes, es el más densamente poblado, con un bajo porcentaje de población inmigrante y un alto nivel cultural medio, hecho este último que se podría explicar por ser una zona que en los últimos cincuenta años ha ocupado una posición de especial atracción por la población ciudadrealeña como lo acredita el hecho de su elevada proporción de población con más de 65 años. No obstante, nosotros consideramos que este distrito, localizado al oeste de la ciudad, ha perdido importancia con respecto al pasado, ya que no presenta ninguna característica propia de rejuvenecimiento a pesar de su extensión y calidad medioambiental. La población joven, los inmigrantes y la población con alta cualificación profesional, no se ubica en él.

El distrito III, que se extiende del centro al noreste, ocupa las primeras posiciones en cuanto a la inmigración y al alto nivel cultural, (hecho que se repetía también en el distrito número I) y también destaca por su elevada densidad (74,71 hab./ha) y por el alto porcentaje tanto de población joven como anciana, por lo que, en nuestra opinión, se trata de un distrito que goza de un gran atractivo en el momento actual al estar próximo al Rectorado, localizado en la zona septentrional de Ciudad Real, con claros indicios de regeneración urbana.

El distrito IV, que ocupa del centro al este, tiene valores intermedios en cuanto a su densidad (56,19 hab./ha), inmigración y nivel cultural, sin embargo, es uno de los distritos más envejecidos de la ciudad. Estas características creemos que se deben a que, pese a estar en él la zona del campus universitario, también comprende un gran espacio del casco antiguo de la ciudad, donde se da un fuerte envejecimiento, y donde el precio y condición de la vivienda no favorece ni a la inmigración ni a la ubicación de estudiantes.

El distrito V, correspondiente a los anejos, está en la última posición de todos los indicadores, juzgamos que es consecuencia de su localización espacial, dispersa y alejada de la ciudad, y al tipo de poblamiento en vivienda unifamiliar.

(56) Inmediata a la anterior con las calles Alfonso X, Juan II, Bernardo Mulleras

(57) Correspondiente a las calles Diego Almagro, Bernardo Mulleras, Sto. Tomás de Villanueva

3.3. LA ZONIFICACIÓN DE LOS CAMBIOS DEMOGRÁFICOS DENTRO DE LA CIUDAD

La transformación del mundo actual ha incidido en la modificación de la forma de nuestras ciudades y en sus dinámicas internas, los contrastes entre sus periferias urbanas y los espacios centrales no han dejado de acentuarse desde mediados del siglo pasado a nuestros días (Zárate, 2006a:283). Este tercer apartado dedicado a la zonificación de los cambios demográficos ocurridos dentro de la ciudad, tiene por objeto presentar una síntesis de aquellos aspectos poblacionales más significativos en función de las grandes zonas urbanas (centro, primera periferia y segunda periferia), con el fin de tener un elemento más que nos sirva para hacer comparaciones con otras ciudades.

La síntesis zonal que nos proponemos, ahora, toma como punto de partida la distribución de la población por distritos y secciones censales, pero agrupados en las tres grandes zonas que suelen diferenciarse en toda ciudad: centro, primera periferia y segunda periferia, que son la plasmación de que la ciudad es un ente vivo que se ha ido construyendo en sucesivas etapas.

En el caso de las ciudades españolas se suele diferenciar un núcleo primitivo en torno al que ha girado todo el crecimiento de la misma. Núcleo o casco urbano antiguo que tiene unas características propias y que, en cierto modo, definen la personalidad de cada ciudad. El caso de Ciudad Real tiene una peculiaridad, y es que en su fundación se construyó en las proximidades del núcleo una muralla que lo rodeaba, dejando grandes espacios en su interior para posteriores crecimientos. Cuando se derribó esta muralla con motivo de la llegada del ferrocarril en la segunda parte del XIX, se construyó, en su lugar, una Ronda de circunvalación que recibe distintos nombres en sus diferentes tramos y es uno de los ejes estructurales de la morfología urbana de Ciudad Real. Por este motivo, entendemos, que no podemos considerar núcleo histórico a todo el espacio comprendido dentro de la antigua muralla o de la Ronda de circunvalación, pues, hasta mediados del siglo XX, había grandes espacios dentro de ella sin construir. Prueba de ello es que tras la aprobación del PGOU de 1963, se acuerda por unanimidad “la prohibición de construir nuevas viviendas fuera del casco urbano comprendido por la Ronda de Circunvalación” (Pillet, 1984: 470) evidenciando, aparte de otros intereses o filosofías, que en el espacio intrarondas había terreno para construir, predominando construcciones de dos plantas.

Este núcleo originario estaba compuesto por un casco histórico (comprendido en torno a cuatro grandes hitos muy próximos entre sí: Plaza del Pilar, Plaza Mayor, la iglesia de San Pedro, Diputación Provincial y la Catedral) y una primera periferia o primera expansión de la ciudad, en la que tendríamos que distinguir entre la que se sitúa dentro de la Ronda y la que se sitúa fuera de ésta, que se conformó de una manera dispersa al construirse algunos barrios nuevos para albergar a la población inmigrante que acudía a la ciudad en busca de trabajo a lo largo del siglo XX. Con posterioridad y en tiempos ya muy recientes el círculo de esa Ronda ha sido plenamente desbordado hasta configurar una futura segunda Ronda que, a día de hoy, constituye los límites de la ciudad.

En consecuencia con lo dicho distinguiremos las tres zonas antes anunciadas: a) El centro; b) la semiperiferia o primera periferia, diferenciando dentro de ella dos subzonas: b.1) Primera periferia dentro de la Ronda de Circunvalación, y b.2) Primera periferia fuera de la Ronda de Circunvalación; y c) Segunda periferia o ciudad nueva.

La caracterización de cada una de estas zonas, desde el punto de vista demo-gráfico, nos permitirán determinar las diferencias que tienen. No obstante, junto a la visión de conjunto de cada zona, estudiaremos los distritos y secciones que las integran, utilizando como hitos para conocer su evolución los años 1975 y 2006 y detectar los cambios sufridos entre estos dos años, utilizando los mismos indicadores del epígrafe anterior, es decir, densidad, estructura por grupos de edad, nivel cultural y número de inmigrantes. La explicación del año de partida está en el hecho de que es el último estudiado por el profesor Pillet.

3.3.1. La zona centro

En la zona centro de Ciudad Real incluimos las secciones I-1, 2,3 y 4; II-1 y 2; III-1; IV-1, 2, 7 y 8. En ella se ubican los edificios institucionales (Correos, Diputación, Ayuntamiento, Delegación de Hacienda, Subdelegación del Gobierno…), que ocupan una gran superficie, así como plazas o hitos significativos (plaza del Pilar, Plaza Mayor, Plaza de la Constitución, jardines de la Catedral, Iglesia de San Pedro, jardines del Torreón) (Figura 3.39). Las transformaciones más significativas que ha sufrido son:

    1. Un ligero aumento de la densidad (de 260,4 hab./ha a 314,2 hab./ha) en su conjunto, aunque con bastantes diferencias en su interior. De las once secciones que comprende esta zona, cinco de ellas han perdido densidad, mientras otras las han duplicado (II-1, IV-1, I-4 y IV-7). Se corresponden estas últimas con la calle Toledo, calle de la Mata, Ronda Ciruela y Torreón del Alcázar, que son las zonas en las que se han construido bloques en altura. En esta evolución no podemos olvidar que es la zona donde se ubican los hitos

Figura 3.39.- Delimitación de la zona centro de Ciudad Real. 2006

Delimitación de la zona centro de Ciudad Real. 2006

Fuente: Elaboración propia a partir de base cartográfica PGOU 96

singulares (edificios, jardines…) de la ciudad, y que ocupan una superficie considerable dentro de ella, hecho que explica, en parte, su menor densidad. Las transformaciones más significativas, como fueron la construcción de bloques en altura en la calle Mata y en la calle Toledo, o las torres del Pilar se hicieron durante los años setenta.

    2. Un aumento del nivel de instrucción, puesto que en 1975 tenía un 76,9% de población sin terminar sus estudios básicos, y en el 2006, se ha reducido al 43,1%, aunque no podemos olvidar que en 1975, en el centro también vivían las personas con mayor cualificación profesional y el mayor número de personas con estudios universitarios, cuyo valor medio era 10,7%, exceptuando las secciones I-3 y 4 en las que ese valor desciende al 8,3 y al 3,4 % (Cuadro 3.30). En el momento actual, sigue siendo una de las zonas con mayor porcentaje de población con estudios universitarios, llegando al 20,8%.

Cuadro 3.30.- Comparación de densidades y nivel de instrucción de la zona centro de Ciudad Real. 1975-2006

Comparación de densidades y nivel de instrucción de la zona centro de Ciudad Real. 1975-2006

Fuente: Pillet, 1984: 553-554; 542-543 y Ayuntamiento de Ciudad Real. Elaboración propia

    3. Una concentración desigual de inmigrantes (Cuadro 3.31), con secciones que superan el 8% de la población (III-1, III-3, barrio de Santiago-El Perchel), junto con otras que están por debajo (I-2, II-1, IV-12…). Se da, además, una correlación entre el elevado número de inmigrantes y el de personas con titulo universitario (I-1, II-2, IV-1, IV-8 -Torreón del Alcázar- y el III-5 próximo al Campus Universitario). Correlación que puede explicarse tanto porque una parte significativa de la inmigración que llega a la ciudad procede de América Latina y en ella hay un alto porcentaje con titulación académica de su país, como por el hecho de que la población inmigrante femenina que reside en el centro se dedica, predominante, a los servicios domésticos, y que por tanto reside en el mismo lugar dónde trabaja.

Cuadro 3.31.- Algunas características demográficas en los distritos y secciones de la zona centro de Ciudad Real. 2006

Algunas características demográficas en los distritos y secciones de la zona  centro de Ciudad Real. 2006

Fuente: Padrón Municipal 2006. Elaboración propia

Es cierto, no obstante, que la sección que tiene el valor educacional más alto es la IV-7 (Calle Ciruela), y coincide con la sección que, en 1975, también poseía un alto porcentaje de población con titulación.

    4. La estructura demográfica se caracteriza por reflejar un claro envejecimiento del centro con respecto al conjunto de la ciudad (Figura 3.40). Este envejecimiento del centro se puede observar, con mayor claridad, al analizar los tipos de pirámides que se dan en las diferentes secciones, dado que la mayoría tienen un carácter regresivo, en las que apenas existe población joven de menos de 15 años y presenta un grupo de edad maduro muy delgado, lo que da lugar a un tipo de pirámide con forma de “torre” o “rombo”.

Figura 3.40.- Comparación de los grandes grupos de edad entre el centro y el conjunto de la ciudad. 2006

Comparación de los grandes grupos de edad entre el centro y el conjunto de la ciudad. 2006

Fuente: Padrón 2006. Elaboración propia

Las diferencias entre las pirámides de las distintas secciones del centro nos ofrecen la siguiente tipología:

    1. Las de las secciones I-4, II-1 y IV-2 son regresivas, con un perfil de “rombo”, es decir, que la base más ancha aparece a partir de los 25 años, y los extremos sufren un estrechamiento, por lo que el peso de la población adulta aún es bastante significativo.

    2. Las secciones (I-1, 2 y 3; II-2 y 3; III-1; IV-1,7 y 8) tienen las pirámides con un perfil regresivo más acusado, al no poseer ningún grupo poblacional fuerte. Estaríamos ante una pirámide con forma de “torre” con una población en etapa regresiva muy avanzada, es decir, no existe una base amplia donde se pueda apoyar la figura.

3.3.2. La primera periferia

La reflexión que hace Pillet (1996:187) sobre el Plan de Ordenación de 1963, período en el que se desarrolla esta primera periferia, nos puede servir de introducción al análisis de esta zona, cuando afirmaba: “El Plan General de Ordenación Urbana de 1963 pretendía legalizar todos los barrios que habían surgido, a lo largo del siglo, de forma desordenada. Lo más llamativo era la propuesta de una zona industrial de 61 hectáreas, localizada al sur de la ciudad, de las que sin señalar el tipo de industrias que vendrían, se preveía que la ciudad pasaría de 37.000 habitantes a 92.324 habitantes en 1975. La supuesta avalancha de población venía a justificar la necesidad de construir 14.874 viviendas nuevas, es decir el 76% más de las que realmente fueron necesarias. Dicho razonamiento únicamente sirvió para ensanchar o retranquear calles que posibilitaran mayores alturas y en definitiva promover, desde la oficialidad, el deterioro urbano; mientras que el polígono industrial no se urbanizó hasta los años ochenta”. Por este motivo, como hemos dicho anteriormente, al estudiar la primera periferia de Ciudad Real, distinguiremos entre la que se sitúa dentro de la Ronda y la que se ubica fuera de ella.

3.3.2.1. La primera periferia dentro de la Ronda de circunvalación

Consideramos que el espacio comprendido en esta periferia se corresponde con las siguientes secciones: II-3,9,10,11,12,13,14,16 y 17; III-2,3 y 4; y las del distrito IV-3,4,5,9 y 12, (Figura 3.41) situadas todas ellas dentro de la Ronda de circunvalación. Lo más destacado de esta zona respecto a la etapa anterior, es:

    1. El ligero aumento de densidad en todas y cada una de las secciones, a ex-cepción de la II-14 y la III-4. La primera de estas últimas ha sufrido una disminución espectacular al pasar de 800 a 216 hab./ha, debido a la división

Figura 3.41.- Delimitación de las subzonas de la primera periferia en Ciudad Real. 2006

Delimitación de las subzonas de la  primera periferia en Ciudad Real. 2006

Fuente: Elaboración propia a partir de base cartográfica PGOU 97

de esta sección en otras dos, la II-16 y 17. En 1975, la primera periferia se caracterizaba por una densidad de tipo medio (250-500 hab./ha), a excepción de la zona norte, en torno a la plaza de Toros y a la puerta de Toledo con densidades superiores a los 500 hab./ha, donde las secciones II-14 y 15, presentaban los valores más altos. En el 2006, podemos caracterizar esta zona por tener una densidad superior a la media (51,7 hab./ha) con valores superiores en todos los casos a los 100 hab./ha, y en la que se localizan las secciones de máxima concentración poblacional (superiores a los 500 hab./ ha), es decir, las II-9, 13, 16, 17; IV-8 y 9.

    2. Se produce una mejora del nivel cultural medio en los niveles más básicos (Cuadro 3.32) (nivel 1), que desciende en más de un 40 %, pues la población

Cuadro 3.32.- Comparación de algunas características demográficas en los distritos y secciones de la zona Primera periferia dentro de Ronda de Ciudad Real. 1975-2006

Comparación de algunas características demográficas en los distritos y secciones de la zona Primera periferia dentro de Ronda de Ciudad Real. 1975-2006

Fuente: Pillet, 1984: 242-243 y Padrón Municipal 2006. Elaboración propia

que no habían terminado los estudios básicos, pasa del 90,9% al 49,9%. Otro tanto sucede con el nivel de instrucción 2, que pasa del 5,9% al 37,4%. No obstante, estamos en una zona que tenía un nivel cultural muy bajo, acreditado porque tan sólo el 3,2% del conjunto de la población poseía estudios universitarios, como porque en el distrito II se alcanzaban los valores más bajos de la ciudad. La sección II-3 es una excepción tanto en 1975 como en 2006, porque tiene un elevado porcentaje de población con estudios universitarios (14,8% y 23,5%), debido, probablemente, a la proximidad al centro. Sin embargo, esta zona, en el 2006 aglutina, en la mayoría de sus secciones, a la población con menor nivel de instrucción de toda la zona interior de la Ronda de circunvalación.

    3. Una tendencia al envejecimiento semejante, en su estructura, a los valores medios de la ciudad pone de manifiesto el hecho de tener una escasa población joven (inferior al 10%) (Figura 3.42). Sin embargo, el envejecimiento es menor que el comentado para la zona centro pues en ella hay algunas secciones que tienen un gran dinamismo.

Figura 3.42.- Comparación de los grandes grupos de edad entre la zona primera periferia dentro de la Ronda y el conjunto de la ciudad. 2006

Comparación de los grandes grupos de edad entre la zona primera periferia dentro de la Ronda y el conjunto de la ciudad. 2006

Fuente: Padrón Municipal del 2006. Elaboración propia

Este es el caso de las secciones que están situadas en el entorno del campus universitario (III-4), del Rectorado (II-2) o en las proximidades de las calles Alarcos y Mata (II-9 y IV-3, respectivamente). Además, el peso de la población mayor de 65 años tiene valores más bajos que en el centro de la ciudad. No obstante, la sección II-12, puede servir de prototipo de regresión demográfica por el gran peso que en ella tiene tanto la población adulta y anciana, como por la escasez de población de menos de 15 años.

Las pirámides correspondientes a las secciones IV-9 y 12 (ver Figura 3.41), que se corresponden con la zona del Torreón del Alcázar, se caracterizan por la arritmia de sus cohortes y se traduce en una profunda disimetría, reflejando, de una parte, el envejecimiento de la población que lo ocupó al construirse al comienzo de los años 80; y de otra, la llegada de otra oleada de personas más jovenes que las originarias como consecuencia de las construcciones de los años 90 en el entorno de la zona del Torreón del Alcázar (calle Madrilas, Hidalgos ..) (Cuadro 3.33).

Cuadro 3.33.- Algunas características demográficas de los distritos y secciones de la Primera periferia dentro de Ronda de Ciudad Real. 2006

Algunas características demográficas de los distritos y secciones de la Primera periferia dentro de Ronda de Ciudad Real. 2006

Fuente: Padrón Municipal 2006. Elaboración propia

    4. El valor medio de los inmigrantes es ligeramente superior a la zona centro, pero con grandes diferencias dentro de las secciones de esta zona. Es más elevado en la parte occidental del eje formado por la calle Toledo (secciones II-11, 12 y 14, en torno a la calle Pedrera Baja) que en la parte oriental del mismo eje, en las secciones III-2, IV-3 y 4 (calle del Lirio). No obstante, la mayoría de las secciones tienen valores inferiores a la media de la ciudad.

3.3.2.2. La primera periferia construida fuera de la Ronda

Desde mediados del siglo XX se ha ido produciendo una gran ampliación del núcleo urbano, tanto dentro como fuera de la Ronda, pese a la prohibición en la norma-tiva municipal del PGOU de 1963. Los nuevos barrios(58) que surgieron fuera de Ronda fueron dando respuesta a las necesidades especificas de la ciudad, teniendo cada uno una identidad propia en cuanto al origen y tipología morfológica. Sus construcciones se localizan tanto en la parte oriental, como en la parte occidental de la ciudad. Esta primera periferia es, sin duda, la zona donde se han producido los cambios de mayor entidad. Así destacamos:

    1. La disminución de la densidad, que pasa de 284,0 a 61,6 hab./ha (Cuadro 3.34) debido, sobre todo, al aumento de la superficie construida y al tipo de vivienda unifamiliar dominante. En 1970, como se ha dicho, existían algunos barrios fuera de Ronda, cuya característica fundamental era su aislamiento y la falta de continuidad tanto con respecto la ciudad heredada, como con los demás barrios ubicados fuera de Ronda. En la actualidad, sin embargo, son un continuo urbano. Esta uniformación edificatoria de la Primera periferia fuera de la Ronda de circunvalación se ha debido al tipo de planeamiento urbanístico con el que se ha concebido el crecimiento de Ciudad Real -en mancha de aceite-, que ha conseguido agrupar la dispersión de los barrios preexistes, formando un conjunto más armónico.

    2. Una considerable mejora en el nivel cultural, aunque al igual que en la peri-feria del interior de la Ronda, se ha notado más en los niveles básicos que en los universitarios. En el nivel 3 en 2006 aún tiene un porcentaje por debajo de la media de la ciudad, a excepción de la sección II-4, próxima al campus universitario, que tiene un 22,4% de población con titulación (Cuadro 3.35 y ver Figura 3.41).

Cuadro 3.34.- Comparación de algunas características demográficas en los distritos y secciones de la Primera periferia de Ciudad Real fuera de Rondas. 1975-2006

Comparación de algunas características demográficas en los distritos y secciones de la Primera periferia de Ciudad Real fuera de Rondas. 1975-2006

Fuente: Pillet, 1984: 242-243 y Padrón 2006 Elaboración propia

    3. La diversidad de tipos de estructura biológica que se dan en ella, pese a que la compongan sólo seis secciones, dificulta configurar una tipología demográfica válida para toda la zona, dadas las diferencias entre las pirámides de las distintas secciones, siendo especialmente expresiva la comparación de las correspondientes a las secciones II-6 y II-8 (Figura 3.43). Cabe, no obstante, agruparlas en dos grandes tipos: Uno con una estructura joven y con gran dinamismo que corresponde a las secciones II-8, IV-10 y IV-11, donde se ubican los barrios de Oriente, El Pilar y Los Ángeles que están sufriendo un proceso de gentrificación, por su proximidad al centro de la ciudad; y otro tipo de pirámides con un alarmante estancamiento (II-4, 6 y 7), coincidiendo con las zonas dónde se ubicaron los primeros barrios periféricos de la ciudad (Pío XII, Ciudad Jardín...).

Figura 3.43.- Comparación de los grandes grupos de edad entre la Primera periferia fuera de la Ronda y el conjunto de Ciudad Real en el 2006

Comparación de los grandes grupos de edad entre la Primera periferia fuera de la Ronda y el conjunto de Ciudad Real en el 2006

Fuente: Padrón Municipal 2006. Elaboración propia

Cuadro 3.35.- Algunas características demográficas de los distritos y secciones de la primera periferia fuera de Rondas de Ciudad Real. 2006

Algunas características demográficas de los distritos y secciones de la primera periferia fuera de Rondas de  Ciudad Real. 2006

Fuente: Padrón Municipal 2006. Elaboración propia

(58) Se construyeron antes de la Guerra Civil los barrios de: Larache o barrio del General Aguilera (1930), Barrio de Oriente o de las Correderas (1933), Barrio de Poniente (1935), Barrio de la Peseta o de Alarcos (1935) y el Barrio de “las Casas Baratas” o Ciudad Jardín (1930 por Iniciativa Pública). En todos estos barrios dominan las casas de una o dos plantas y una población obrera, a excepción del barrio del Larache (dónde se concentran los ferroviarios), y el de Ciudad Jardín, en el que se instalaron distintas capas sociales, debido a la posibilidad de tener un chalet económico, cerca del centro. Ambos pertenecerían al quinto orden según el precio del suelo. Los barrios construidos después de la Guerra Civil fueron: el barrio del Pilar o de Jacobo Roldan (1946, con viviendas de una planta y de Iniciativa Pública), el Barrio del Padre Ayala construido a iniciativa del jesuita Padre Ayala, el Barrio de Santa María o de la Hormiga (1936, de una planta y por Obra Sindical del Hogar y Arquitectura), el de Pío XII (de cuatro o más plantas) y el de Los Ángeles (también de cuatro o más plantas, por Barrios García). El barrio de Pío XII y el de los Ángeles, recuerdan a los surgidos en la periferia urbana de las ciudades españolas en los años sesenta. Estos dos barrios pertenecerían al quinto orden según el precio del suelo en vez de al sexto, como el resto (Pillet, 1984).

3.3.3. La segunda periferia o ciudad nueva

La segunda periferia o ciudad nueva de Ciudad Real en 1975 era casi inexistente (Figura 3.44). De hecho, de las once secciones que la componen en la actualidad (I-5, 6,7; II-5, 15,18 y 19; III-5; IV-6 y 13 y V), en 1975, tan sólo existían cuatro, por lo que es necesario tener cierta cautela en la comparación entre ambos años. Los principales cambios que se han producido son los siguientes (Cuadro 3.36):

Cuadro 3.36.- Comparación de algunas características demográficas en los distritos y secciones de la segunda periferia de Ciudad Real. 1975-2006

Comparación de algunas características demográficas en los distritos y secciones de la segunda periferia de Ciudad Real. 1975-2006

Fuente: Padrón 2006. Elaboración propia

    1. El incremento poblacional de los efectivos de esta zona que ha dado lugar al aumento del número de secciones censales en siete, y que ha pasado de 4.110 habitantes a 19.209 en estas décadas. Como dato paradójico, la densidad de este espacio ha disminuido de 28,8 a 19,1 hab/Ha., debido al predominio de las viviendas unifamiliares o adosadas que ya hemos comentado antes. Las nuevas zonas de expansión de la ciudad que se ubican aquí se han polarizado en torno a tres focos: el campus universitario, al noreste (II-15, III-5 y IV-6); el Hospital Provincial al sur (I-5,6 y 7), y la estación del AVE al este (secciones IV-13). A excepción de la parte occidental de Ciudad Real (secciones II-5, 18 y 19) y el distrito V en la Poblachuela, el resto del crecimiento se ha producido en torno a estos focos tratando de rellenar los espacios que había entre ellos. Esta actuación urbanística ha dado lugar a que se genere una periferia compacta, no sólo por las viviendas sino por la dotación de equipamientos que se han construido en la zona, entre los que cabe destacar un Instituto de Educación Secundaria (Atenea) y un Recinto Ferial para ferias de carácter nacional, regional, provincial o comarcal.

Figura 3.44.- Algunas características demográficas de los Distritos y secciones en la Segunda periferia o ciudad nueva de Ciudad Real. 2006

Algunas características demográficas de los Distritos y secciones en la Segunda periferia o ciudad nueva de Ciudad Real. 2006

Fuente: Elaboración propia a partir de base cartográfica PGOU 97

    2 Al igual que en el resto de la ciudad se ha producido un aumento del nivel de instrucción, aunque este espacio periférico es el que posee el porcentaje más bajo de población con estudios universitarios en el 2006. En ella se incluye la sección II-18 que posee menor nivel cultural de toda la ciudad. No obstante, existen secciones con valores muy elevados (II-15 y 19; III-5 y IV-13).

    3 Es la zona más dinámica de la ciudad en lo que respecta a estructura biológica de la población, a excepción de la sección II-5 que alberga el 20% de la población anciana de la ciudad. El resto de secciones tiene los máximos valores de población adulta y joven, así como los valores más bajos de población mayor de 65 años, destacando las secciones I-7 y IV-13 en las que la población anciana apenas llegan al 1% (Figura 3.45).

Figura 3.45.- Comparación de los grandes grupos de edad entre la Segunda periferia y el conjunto de la ciudad en el 2006

Comparación de los grandes grupos de edad entre la Segunda periferia y el conjunto de la ciudad en el 2006

Fuente: Padrón del 2006

    4. Las pirámides de esta zona son muy variadas, pues no sólo hay algunas con base ancha, reflejo de ser áreas emergentes de la ciudad, con abundancia de población joven, sino que también hay otras pirámides (II-5, II-18 y IV-6) en las que la población menor de 15 años tiene valores inferiores al 2% y se corresponden con aquellas zonas que se han desarrollado “rellenando los huecos” de la periferia y son focos más marginales y envejecidos, caracterizados por una estructura demográfica estancada y con menor nivel cultural. En estas zonas la inmigración también es menor (Cuadro 3.37).

    5. La población inmigrante de esta periferia es superior a la media de Ciudad Real (4,4%) tan sólo en tres secciones (I-5, III-5 y IV-6). Las dos primeras con una estructura de población muy dinámica, frente a la última sección que presenta una cohorte infantil muy baja.

Como conclusión de este apartado, podemos concretar que las características demográficas de cada una de estas grandes zonas de la ciudad nos han de servir de referencia y base para el estudio de las transformaciones morfológicas acaecidas en Ciudad Real. No obstante, y con el propósito de sintetizar estos cambios en función de los elementos analizados podemos decir que sus rasgos más sobresalientes son:

    1. La densidad global de Ciudad Real, entre 1975 y 2006, ha pasado de 135,7 hab./ha a 51,7 hab./ha (Cuadro 3.38). Es decir, ha disminuido en 84,0 habitantes por hectárea, debido a que la ampliación superficial del núcleo urbano que, en estas décadas, ha pasado de 3 km2 a 13 km2 no se ha correspondido con un crecimiento de efectivos equivalente, pues de haber seguido con una densidad semejante la ciudad debiera haber alcanzado los 200.000 hab. Este aumento en superficie se debe a un cambio en el tipo de edificación dominante, caracterizado por viviendas unifamiliares o adosadas y a una disminución de la altura de los bloques de pisos en la mayoría de las zonas, lo que produce una gran ocupación física de suelo, con una escasa concentración de población. Este es, en nuestra opinión, uno de los hechos más destacables al comparar estos dos años.

Cuadro 3.37.- Algunas características demográficas en los distritos y secciones de la segunda periferia de Ciudad Real. 2006

Algunas características demográficas en los distritos y secciones de la segunda periferia de Ciudad Real. 2006

Fuente: Ayuntamiento de Ciudad Real. Elaboración propia

Cuadro 3.38.- Evolución de la densidad y nivel de instrucción en las distintas zonas de Ciudad Real. 1975 y 2006

Evolución de la densidad y nivel de instrucción en las distintas zonas de Ciudad Real. 1975 y 2006

Fuente: Pillet, 1984: 553-554; 5442-543 y Padrón 2006

    La disminución en densidad, sin embargo, no ha sido uniforme: en la segunda periferia ha pasado de 28,8 a 19,1 hab./ha, mientras que en el centro y primera periferia, es decir, la zona intrarondas y más antigua de la ciudad, se ha incrementado desde 260,4 a 314, 2 hab./ha. En el primer caso, debido al predominio de las viviendas unifamiliares con que se ha realizado el crecimiento de Ciudad Real que, sin duda, contribuye a la disminución de la densidad, sin olvidar las limitaciones a la construcción en altura, a partir de los años 80, impuesta por la normativa vigente que ha impedido la concentración de la población. En el segundo a que, de una parte, se han destruido algunas zonas de viviendas de una planta y se han sustituido por otras con tres o cuatro alturas; y, de otra, a que se han compactado más las construcciones en zonas poco ocupadas anteriormente (Convento de los Hermanos Maristas, algunos huertos y jardines como en la calle Juan II...).

    2. La estructura de la población por edades, dentro de la tónica general de envejecimiento que comentamos antes, manifiesta igualmente diferencias espaciales pasando de una estructura poblacional joven y dinámica en 1975, a una población envejecida en el 2006, en la que los jóvenes sólo suponen un 15,5%, casi la mitad de 1975, con incremento de la población anciana, que ha pasado de un 11,6% a un 14,3% del total de la población de Ciudad Real. Siendo los distritos más envejecidos el V y el III.

    3. El nivel cultural, en 1975 era de un 86,7% de la población que no superaba los estudios básicos (antigua EGB), y las que tenían una formación superior, aunque no universitaria, representaban el 7,8%, quedando el resto (5,5 %) para los que poseían un titulo superior. Esta situación se invierte totalmente en el 2006, donde el aumento de instrucción se da en toda la ciudad, con un crecimiento uniforme en todos los distritos y en los tres niveles de instrucción considerados (Cuadro 3.39). La comparación entre el nivel cultural de 1975 y 2006 nos muestra las grandes transformaciones sufridas en nuestra ciudad. Si analizamos los valores medios de la misma, observamos que en Ciudad Real, se ha triplicado o cuadriplicado el nivel cultural. Así en 1975, la media de la población que tenía un nivel 2, es decir, formación profesional o bachillerato, era el 7,8% del total, mientras que en el 2006, representaba el 35,4%.

Cuadro 3.39.- Comparación de la distribución del nivel cultural por distritos censales en Ciudad Real. 1975-2006

Comparación de la distribución del nivel cultural por distritos censales en Ciudad Real. 1975-2006

Fuente: Pillet, 1984: 546 y Padrón 2006

    Lo mismo ocurre con los estudios universitarios, que pasan del 5,5 al 14,4%. La tónica seguida ha sido la de una disminución del nivel 1 (con titulación inferior a la EGB o Primaria) en favor de los estudios medios y universitarios (nivel 2 y 3) y la gran similitud entre los valores del conjunto de la ciudad y el centro y primera periferia, frente a los de la periferia.

    4. Por último, si analizamos el número de inmigrantes, detectamos cómo éstos, en 1975, apenas tenían repercusión en el espacio urbano (un 0,2% de la población total) y en la actualidad supone el 5% de población. Su localización dominante se encuentra en los distritos II y III, es decir, en la primera periferia de la ciudad (Cuadro 3.40).

Cuadro 3.40.- Distribución zonal de la población inmigrante en el 2006

Distribución zonal de la población inmigrante en el 2006

Fuente: INE. Elaboración propia

3.4. LAS TRANSFORMACIONES ELECTORALES EN LAS DISTINTAS ZONAS DE LA CIUDAD

La preocupación de los geógrafos por aspectos relacionados con los sistemas y los resultados electorales se remonta a las primeras décadas del siglo pasado y tiene como pioneros a André Siegfried (1913) y a Carl Sauer (1935), aunque su máximo desarrollo tiene lugar con la Geografía Cuantitativa a principios de los años sesenta, cuando la tecnología permite el manejo de una gran cantidad de datos, como los que generan las elecciones y es por eso que se multiplican los estudios sobre esta materia.

Los estudios sobre comportamiento electoral(59) se ha centrado en tres grandes temas: el análisis de los sistemas electorales; los marcos espaciales en los que se producen las consultas electorales; y el análisis de los resultados electorales en relación a los factores de índole socioeconómico que pueden condicionar el voto (Puyol, 1986).

Nuestra hipótesis de partida es que tanto en las elecciones de 1979, como en las de 2007 se dan una coyuntura que hace muy interesante su análisis, puesto que en ambas pesa más la carga ideológica que la personalista, tan condicionante en las elecciones municipales. En las primeras (1979) el no personalismo, tenía su origen en que era la primera vez que se producían después de un largo período de dictadura, y por lo tanto los candidatos no eran conocidos. En las segundas (2007) se vuelve a repetir el fenómeno, pero esta vez el motivo es distinto: los partidos concurrentes apuestan por nuevos candidatos y, por tanto, también desconocidos, después de un largo período del mandato continuado de una misma persona. Esta hipótesis, desde nuestro punto de vista, queda confirmada por el hecho de que los resultados de las elecciones nacionales (que suelen ser más ideológicas) de 2008 son prácticamente los mismos que en las elecciones municipales de 2007.

Por este motivo, se planteará, primero, una visión de conjunto de cada uno de los procesos electorales de la ciudad, destacando en ellos sus principales características; y después, se concretarán esos procesos en las diferentes zonas de la ciudad.

El análisis lo haremos desde la clásica división ideológica izquierda y derecha, tratando de detectar tanto la consolidación y afianzamiento de una determinada tendencia en las distintas zonas urbanas, como los cambios de tendencia que se han producido en otras áreas de la ciudad, vistos en relación con el perfil poblacional de cada una de ellas. Los hitos cronológicos del estudio van a ser las primeras elecciones municipales democráticas (1979) y las últimas celebradas en mayo de 2007, fechas ambas que coinciden, básicamente, con los límites temporales de nuestro estudio.

(59) Los estudios sobre comportamiento electoral han sido tratados con diversos enfoques y metodologías y, básicamente, han sido los siguientes: a) sobre su relación y papel dentro de la geografía política (Sánchez, 1992: 156); b) centrado en las consecuencias territoriales de los procesos electorales (López Trigal et al, 1999: 196-203); c) tratando de explicar la distribución espacial y temporal del voto e identificar las áreas de voto preferente (Bustedd, 1975); d) cuestiones relacionadas sobre la representación cartográfica de los resultados (Méndez Molinero, 1984); e) tratando de relacionar los resultados y su entorno social y cultural (Bosque Sendra, 1984: 14); y f) sobre los flujos de información que llegan a los electores y su influencia en la toma de decisiones (Cox, 1971 y Bustedd, 1975).

3.4.1. El comportamiento electoral de la población en Ciudad Real entre 1979 y 2007

Las elecciones municipales o locales, en general, tienen un ciclo propio porque son bastante independientes del resto de procesos electorales (generales, autonómicas y europeas) debido, sobre todo, a la influencia de los liderazgos personales locales, que dan lugar a unos resultados diferentes de los de otro tipo de elecciones. Sin embargo, no podemos perder de vista que este proceso municipal está inserto en el contexto marcado por las elecciones generales y vinculadas a la dinámica de cada Comunidad Autónoma. Como ejemplo de esta interrelación y del papel de los liderazgos personales nos puede servir la propia capital de Ciudad Real, en la que, de una parte, prácticamente en todas las elecciones locales ha ganado un partido distinto del de su Comunidad Autónoma; y, de otra, un líder local, D. Lorenzo Sélas Céspedes, ganó las elecciones con distintas y hasta opuestas siglas políticas.

Dentro de los procesos electorales municipales es necesario distinguir aquellos que se celebraron antes de constituirse las Comunidades Autónomas, que tan solo afecta a las elecciones de 1979 y que dan lugar al primer período de mandato local (1979-1983); y, aquellos otros, que tienen lugar una vez que se han institucionalizado las diecisiete Comunidades Autónomas y que afecta a las elecciones locales celebradas a partir de 1983, coincidiendo en el tiempo con las autonómicas(60). De esta organización se exceptúan el País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía que tienen un régimen diferente por haber accedido a la autonomía a tenor de lo dispuesto en el artículo 143 de la Constitución (Márquez, 2003).

La participación en las elecciones municipales de Ciudad Real, entre 1979 y 2007 (Cuadro 3.41), registra un promedio del 64,03 %, mientras que en el del conjunto del Estado ha sido de un 66,3%. No obstante, esta diferencia, de apenas dos puntos, no ha sido constante a lo largo del período. Así, en los primeros comicios municipales, los celebrados en 1979, la participación en Ciudad Real fue del 57,8% debido a que no se despertó el entusiasmo que esperaban las distintas fuerzas políticas. En las de 1983 estuvo muy presente el reciente efecto movilizador que habían supuesto las elecciones generales de 1982, donde la participación alcanzó el 61,7 %. En las siguientes, las de 1987, al celebrarse simultáneamente con las elecciones a los trece Parlamentos Autonómicos “no históricos” y las primeras elecciones al Parlamento Europeo, despertó un mayor interés en los españoles actuando esta confluencia de procesos como elemento motivador(61), lo que se tradujo en una de las mayores participaciones registradas tanto en España, como en Ciudad Real, alcanzando la cifra de 69,1% y el 67,7%, respectivamente.

Cuadro 3.41.- Evolución de la población, censo electoral y abstención en Ciudad Real. 1979-2007

Evolución de la población, censo electoral y abstención en Ciudad Real. 1979-2007

Fuente: Atlas Electoral de CLM y Ministerio del Interior. Elaboración propia

Las elecciones municipales convocadas cuatro años más tarde, en mayo de 1991, tuvieron una participación seis puntos menor en el ámbito nacional (62,8%) y once puntos en el local (56,5 %). La movilización de las elecciones municipales de 1995 cambiaron la tendencia de 1991, equiparándose a los índices de 1987, con el 69,7% en el territorio nacional y el 71,1% en Ciudad Real, máximo histórico en nuestra ciudad (López y Delgado, 1994: 251). A partir de esa fecha, sin embargo, ha disminuido progresivamente la participación electoral, hasta llegar al 64,7 % de las últimas elecciones municipales en el 2007.

En una primera aproximación a la evolución de la participación/abstención electoral se detecta el hecho de que hay una correlación entre la mayor participación y los cambios políticos en el gobierno municipal. Es decir, los años en los que hay mayor participación coinciden con los que se produce un cambio de gobierno. Así, en 1987, la participación llega al 67,3% y la Unión de Centro Democrático (UCD) da paso a la Agrupación Independiente de Ciudad Real (AICR); y en 1995, se vuelve a producir algo semejante, con una participación del 71,1% se pasa del gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) al del Partido Popular (PP).

No obstante, en esta tendencia hay una excepción: la de las elecciones de 1991, en las que el cambio político desde la Agrupación Independiente de Ciudad Real (AICR) al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) vino no tanto por una mayor participación sino por una considerable abstención, que alcanzó el máximo histórico de la ciudad (43,5%), superior incluso al de las primeras elecciones democráticas; y por la coalición de partidos del mismo corte ideológico (PSOE e IU). En la evolución ideológica local podemos distinguir varias etapas (Cuadro 3.42):

Cuadro 3.42.- Distribución del voto por candidaturas en elecciones municipales de Ciudad Real.(62)

Distribución del voto por candidaturas en elecciones municipales de Ciudad Real.

Fuente: Atlas Electoral de CLM y Ministerio del Interior. Elaboración propia. (1979-2007)

    1. Entre 1979 y 1989 predominio de los gobiernos de centro-derecha, con tres etapas diferenciadas que coinciden con las dos primeras legislaturas y la mitad de la siguiente. En la primera etapa, entre 1979 y 1983, el partido mayoritario en Ciudad Real fue la Unión de Centro Democrático (UCD), que obtuvo el 45,8% de los 18.744 votos válidos, sin alcanzar la mayoría absoluta y coincidiendo con la misma posición que este partido ostentaba en el Estado. La distribución de los 20 escaños que componía la Corporación municipal fue: la UCD tuvo nueve concejales; el PSOE ocho; los Independientes dos concejales, y el Partido Comunista de España (PCE) un concejal, ostentando la alcaldía D. Lorenzo Sélas Céspedes, número uno de la UCD.

    En la segunda etapa, que coincide con la legislatura 1983-1987, no se produce ningún cambio significativo desde el punto de vista ideológico, pues aunque surge un nuevo partido político, el Partido Demócrata Popular (PDP), que está formado por antiguos militantes de la UCD, forma coalición para dichas elecciones con Alianza Popular (AP) y obtienen mayoría absoluta (55,12 %), teniendo como candidato a la alcaldía al mismo que había encabezado las listas de la UCD en las elecciones de 1979, es decir, D. Lorenzo Sélas Céspedes.

    En la tercera y última etapa, trascurre entre 1987 y 1989, año en que tienen lugar las elecciones legislativas y, aunque formalmente este proceso no debía afectar a la composición política del Ayuntamiento surgida dos años antes, el alcalde, entonces independiente, forma parte de las listas al Senado del PSOE, por lo que resulta que el alcalde en el Ayuntamiento es independiente y en el Senado forma parte del grupo parlamentario socialista. De aquí que consideremos ese año de 1989 un hito en la dinámica política del Ayuntamiento, aunque esté a mitad de una legislatura y no se produzca formalmente ningún cambio en la adscripción de concejales y en la denominación de los grupos políticos municipales.

    Así pues, en los dos primeros años de la legislatura (1987-1989), como resultado del proceso electoral de 1987, se mantiene la misma tendencia ideológica que se venía dando en legislaturas anteriores, aunque con predominio del grupo independiente (AICR), pues en ellas se da un cambio de grupo pero no de tendencia, ya que la AICR obtiene la mayoría absoluta con el mismo alcalde que lo fue con la UCD y con el PDP/AP, es decir, con D. Lorenzo Sélas Céspedes.

    2. De 1989 a 1995 predominio de los gobiernos de izquierdas. En este período se pueden distinguir dos etapas: La primera etapa de 1989 a 1991 con las características que acabamos de señalar. La segunda etapa que se corresponde con la legislatura 1991-1995 en la que gobierna el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) aliado con Izquierda Unida (IU). En 1991 el PSOE, llevando como candidato al alcalde de las legislaturas anteriores (D. Lorenzo Sélas Céspedes), obtiene la posición mayoritaria, con el 42, 6% de los votos pero insuficiente para formar gobierno, por lo que formaliza un pacto con IU. Vemos, pues, como el cambio de tendencia no supuso un cambio en la alcaldía, en la que permanecerá el señor Sélas hasta 1993, año en el que la traspasa a D. Nicolás Clavero Romero, concejal del PSOE, que la ostenta hasta 1995. El caso de D. Lorenzo Sélas Céspedes, que permanece en el poder desde las primeras elecciones de 1979 hasta 1993, pone de manifiesto el fuerte personalismo que marca toda elección municipal.

    3. Desde 1995 a 2007 nuevo predominio de los gobiernos de derecha. Apartir de las elecciones de 1995 la mayoría del Partido Popular (PP) es clara en Ciudad Real habiendo gobernado con mayoría absoluta estas últimas cuatro legislaturas, aunque con una tendencia progresiva al descenso (en 1995 obtuvo el 57,58 % y en 2003 el 45,38 %), excepto en las últimas elecciones de 2007 donde lo ha remontado (50,3 %). En estas cuatro legislaturas la Alcaldía ha sido ostentada, durante las tres pri-meras, D. Francisco Gil-Ortega Rincón, y en la última Dª Rosa Romero Sánchez.

En esta evolución de las tendencias políticas de Ciudad Real se pueden detectar algunas de las líneas que guiaron las orientaciones de los ciudadanos en las elecciones municipales, aun conociendo que esta complicada “galaxia local” conlleva dificultades analíticas, teóricas e incluso terminológicas (Botella, 1992:145-150). Los rasgos mas destacados, desde nuestro punto de vista, son:

    1. La existencia de liderazgos locales. En Ciudad Real se ha producido en dos ocasiones la permanencia continuada, en al menos tres legislaturas, de la misma persona al frente de la alcaldía: D. Lorenzo Sélas (1979-1993) y D. Francisco Gil-Ortega Rincón (1995-2007) evidenciando que la personalización es una de las señas de identidad de las elecciones locales, si bien existe una diferencia notoria en estos dos casos: el primero gana las elecciones con distintos partidos (UCD,AP-PDP y PSOE) y es, por tanto, su liderazgo personal el que se impone; mientras que en el segundo lo hace siempre bajo el mismo partido político, y esa posible atracción personal queda diluida en la del partido (Cuadro 3.43).

Cuadro 3.43.- Lista de alcaldes desde las elecciones democráticas de 1979 a 2007(63)

Lista de alcaldes desde las elecciones democráticas de 1979  a 2007

Cuadro 3.43.- Lista de alcaldes desde las elecciones democráticas de 1979 a 2007 (Cont.)

Lista de alcaldes desde las elecciones democráticas de 1979 a 2007 (Cont.)

Fuente: Ayuntamiento Ciudad Real

    2 La movilidad electoral de la política municipal está relacionada con la volatilidad política de las autoridades locales. Es decir, los cambios políticos municipales no siempre se deben a cambios de tendencia política de los votantes, sino a los cambios ideológicos de los líderes locales cuando los hay y que, en el caso de Ciudad Real, se debe a un fenómeno de elección de nuevo partido político ante la extinción del propio -se extingue la AICR, de carácter local, ante la nominación como candidato al senado por el PSOE de su líder en 1989 quien en las elecciones de 1991 encabeza la lista municipal del mismo partido-. Esto significa que la personalización de la política local tiene su incidencia en la manifestación de un cierto voto dual diferenciado entre el comportamiento electoral de los votantes en los procesos locales y en los legislativos, ya sean generales o autonómicas.

    3 Tendencia, desde el punto de vista ideológico, a la nacionalización o esta-talización de la política local en aquellas escalas donde no hay sentimiento nacionalista (Alba y Vanaclocha, 1997: 278), entendida como “el predomino creciente que adquieren en las elecciones locales los principales partidos de ámbito nacional”. Es decir, que son los partidos de ámbito nacional los que acaban imponiéndose en la política local en detrimento de otras formaciones de carácter local, provincial o regional. En el caso de Ciudad Real los partidos que han detentado el poder municipal han sido siempre partidos nacionales (la UCD, AP/PP y PSOE) con excepción del período de la AICR, mientras que aquellos que no han tenido este carácter —Partido Unitario Regionalista (PUR); Partido Regional Manchego (PRM); Unidad Castellana (UDCA); Independientes por Ciudad Real (ICR)— no han obtenido ninguna representación en la corporación porque no han llegado al 5% del censo que exige la Ley Electoral.

No podemos concluir este apartado sin hacer referencia a las aportaciones que se hicieron o percibieron en la ciudad en cada mandato electoral, en muchas ocasiones no tanto por la actuación concreta de cada uno de sus alcaldes, sino por la confluencia de factores externos que repercutieron y repercuten de manera directa en la ciudad:

    1. En el período en el que la alcaldía fue ocupada por D. Lorenzo Sélas (19791993), la ciudad tuvo importantes y significativos cambios, destacando el fortalecimiento de la capitalidad de nuestra ciudad en toda su provincia por la llegada del AVE, la instalación del campus universitario y del Rectorado (rehabilitando el antiguo Hospital de la Misericordia que es el edificio más antiguo de la ciudad), y un fortalecimiento añadido por la recuperación de fiestas como el Carnaval y la Pandorga. Concretamente, en la primera de ellas, coincidiendo con el Domingo de Piñata, nuestra ciudad hace de anfitriona de las comparsas de los distintos pueblos de la provincia para el tradicional desfile de carrozas que puede considerarse una muestra del reforzamiento de la capitalidad. En este período, debido a los novedosos factores dinamizadores de la ciudad, se da una gran preocupación por el planeamiento y se redactan dos Planes Generales, el de 1978 y el de 1988, se reforman espacios emblemáticos de la ciudad, como la Plaza Mayor (1988), la Puerta de Toledo, o el Gran Casino; se gana espacio intraronda derribando el antiguo convento de los claretianos (cuya puerta actual se encuentra en la Ronda, donde estuvo la Puerta de Santa María), se construye el Teatro Municipal el Quijano…

    2. En los dos años en los que D. Nicolás Clavero sustituyó a Lorenzo Sélas (19931995), se abordaron aspectos relacionados con la administración económica, el planeamiento, el tráfico regulado por rotondas, como el embellecimiento del interior de la ciudad, la peatonalización de las calles centrales, plazas como la de San Francisco, pues se llenaron las calles de la ciudad de árboles, cuyo ramaje oculta la escasa homogeneidad de su morfología…

    3. Entre 1995 y 2007, la ciudad, con la alcaldía de D. Francisco Gil-Ortega, se ha caracterizado por el crecimiento y dotación de servicios, que refuerzan el peso de Ciudad Real, no sólo en su provincia, sino también en su región e incluso en la escala nacional. Este período se diferencia, desde nuestro punto de vista, por un lado, por el crecimiento urbano, traspasando la Ronda, ubicando importantes elementos dinamizadores como el Hospital Provincial, los juzgados o el conservatorio... o los cambios ocurridos en el interior de la ciudad, donde importantes rehabilitaciones han dinamizado espacios poco rentabilizados tales, como el Museo López Villaseñor, o del antiguo convento de los Mercedarios que se usa en la actualidad como museo para la ciudad (Museo del IV Centenario) y el del Quijote. La preocupación medioambiental se ha mantenido al igual que en el período anterior, y se han mejorado los parques, como el de Gasset, que ha aumentado su superficie; se han creado nuevas zonas de esparcimiento, como la vía verde; y se han construido nuevas áreas deportivas o se han mejorado las existentes.

    Por otro lado, este período se ha caracterizado por el intento de dotar de personalidad a esta ciudad, con actuaciones como: la creación de un museo dedicado a la figura del Quijote; la construcción de la emblemática escultura del Quijote Azteca en una de las rotondas de entrada de la ciudad; la creación del un pabellón deportivo de dimensiones europeas, debido a que el equipo de Balonmano de la ciudad ha ganado en varias ocasiones la liga internacional y ha albergado algunos encuentros europeos. Este auge de la ciudad ha sido reforzado por los Proyectos de Singular Interés que se han desarrollado dentro de este municipio (el Reino de Don Quijote y el Aeropuerto Central). Todo ello se ha producido bajo un único Plan General, elaborado en 1997, que enseguida quedó obsoleto por la promulgación de una nueva legislación autonómica (LOTAU), a la espera de un nuevo Plan.Además, en los últimos años, se ha elaborado un Plan Estratégico para la ciudad, lo que indica la preocupación del Ayuntamiento por sacar mayor beneficio a todos los acontecimientos acaecidos en nuestra ciudad.

    4. En las municipales del 2007 accede a la alcaldía Dª Rosa Romero, del PP, y, aunque no ha transcurrido tiempo suficiente para enjuiciar su mandato se puede apreciar una gran preocupación por solucionar los problemas del tráfico rodado, que lo ha planteado con la construcción de numerosas rotondas o con el embellecimiento y remodelación de las existentes hasta el punto que, con Canosa y García (2009: 255), se puede calificar a su actuación de rotonditis, si bien, es cierto que los aspectos más criticados por estos autores (utilización de esculturas de gran tamaño en su centro que dificultan la visibilidad o la implantación de obras de dudoso arte...) no se dan en nuestra ciudad. Por otra parte, la construcción de este tipo de solución viaria la inició, como se ha dicho antes, con el alcalde Clavero y la continuó Gil-Ortega. Otras novedades de su actuación son la elaboración del POM y del Plan Estratégico, que están en fase de tramitación; la organización de la gestión municipal en “áreas”; y la remodelación de los accesos a la ciudad. Entre las primeras cabe destacar las áreas de sostenibilidad y movilidad con las que se pretende atender, de forma integral, estos servicios coordinando las diferentes concejalías. Entre estas actuaciones la continuación del soterramiento de los envases de recogida de basura, la ordenanza de movilidad y la nueva vía verde del camino de Moledores que une el campus universitario con la Atalaya. En las actuaciones referidas al acceso de la ciudad, destacamos la mejora del entorno del AVE y la reordenación de la Puerta de Toledo, quedando pendiente los proyectos como el Palacio de Congresos y el Teatro Auditorio.

Esta ciudad está sumida en un momento de fuerte crecimiento, tanto poblacional como de funciones, y la labor de la siguiente alcaldía, desde nuestro punto de vista, es no caer en un crecimiento de la ciudad no planificado, para lo que es necesario tener un modelo claro de ciudad, no dejándose atropellar por actuaciones impuestas por agentes externos.

(60) Los procesos celebrados en 1987, 1991, 1995, 1999, 2003 y 2007.

(61) Por vez primera dentro de la historia democrática reciente, en estas elecciones de 1987, se aunaban, en un mismo día, elecciones municipales y de segundo orden, con las de carácter nacional y europeo.

(62) En 1983 se creó una coalición de AP/PDP (Alianza Popular -Partido Demócrata Popular) para concurrir a las elecciones municipales. El PDP estaba formado por los antiguos militantes de la UCD y cuyo candidato era Lorenzo Sélas Céspedes

(63) UCD: Unión de Centro Democrático; AP: Alianza Popular refundada en 1989 en el Partido Popular (PP); AICR: Agrupación Independiente de Ciudad Real; PP: Partido Popular; PSOE: Partido Socialista Obrero Español; AP-PDP coalición Alianza Popular y Partido Demócrata Popular

3.4.2. La espacialización de los cambios ideológicos desde las primeras elecciones democráticas

En el análisis de los cambios ideológicos que han tenido lugar en las distintas zonas o distritos electorales de la ciudad y su relación con el nivel cultural, la actividad profesional y el lugar de procedencia de sus habitantes, hemos entendido que nuestro estudio zonal de las tendencias ideológicas debía tener las siguientes características: a) Comparar dos procesos electorales suficientemente separados entre si, como para que los posibles sesgos coyunturales de cambio político tuviesen la mínima incidencia; b) buscar aquellos procesos en los que no se hubiese dado el personalismo o el liderazgo personal político; c) hacer un análisis no en función de partidos, sino de bloques ideológicos, optando por agruparlos en los tradicionales de izquierda y derecha64; y d) utilizar como referente demográfico, los Padrones Municipales más próximos a los procesos electorales.

Desde nuestro punto de vista reúnen estas características las elecciones de 1979 y las del 2007 aunque la distancia temporal (28 años) que las separan presenta la dificultad de que el número, extensión y población de las secciones no coinciden, unas por subdivisión como efecto del crecimiento poblacional y del espacio urbano, y otras, por nueva creación. Esta situación nos ha llevado a optar por comparar zonas urbanas, cuando no se ha podido recurrir a las secciones. En consonancia con esta elección se utilizaran como referentes los padrones Municipales de 1975 y 2006.

Las principales diferencias en cuanto a comportamiento electoral entre ambos procesos son los siguientes.

    1. En 1979, el voto a la izquierda obtuvo mayoría en once de las treinta seis secciones que existían en la ciudad, es decir, un tercio de las mismas, con la particularidad de que prácticamente todas las secciones se situaban fuera de la Ronda. En el espacio intraronda, los electores de izquierdas se situaban en:

        - El área norte de la ciudad, en torno a la calle Pedrera Baja dónde se ubicaban la barriada del Padre Ayala, o lo bloques de protección oficial de la Obra Sindical del Hogar, construidos en el entorno de la Plaza de Toros(65).

        - El lado este de la calle Calatrava, desde la calle Corazón de María-Conde de la Cañada hasta la Ronda, dónde se había construido un gran número de bloques en la década de los setenta.

        - El sur de la ciudad, a ambos lados de la calle Ciruela(66), y en el Torreón del Alcázar.

    En estas secciones de predominio de la ideología de izquierdas, más del 90% de la población no poseía estudios básicos, y en su mayoría se dedicaban a actividades manuales(67), como la construcción y la mecánica, o al comercio e industria, y en menor medida a funciones administrativas. La procedencia mayoritaria de la población inmigrante de estas secciones era de Badajoz y Miguelturra (Pillet, 1984: 547).

    2. El electorado de la derecha (que hemos representado unido al centro), no obtiene en ninguna sección la mayoría simple, por lo que el predominio político por sección corresponderá, en unos casos, al centro y en otros a la izquierda (Pillet: 1981: 1209)(68). La opción centro-derecha se sitúa, principalmente, dentro del casco histórico de la ciudad mientras que fuera de Rondas solo en el barrio de Ciudad Jardín y en los tres anejos: La Poblachuela, Las Casas y Valverde (Figura 3.46). Dentro de la Ronda podemos distinguir dos zonas:

    - En la parte norte, en torno del cuartel de Artillería y del de la Guardia Civil.

    - En el área comprendida entre el norte y el suroeste de la ciudad, es decir, a las zonas del centro urbano histórico, en aquellas secciones que se localizan a ambos lados de la calle Toledo, Alfonso X el Sabio, Postas y Avda. de los Mártires, recogiendo en su recorrido las Plazas del Generalísimo (hoy Plaza Mayor) y del Pilar.

Entre las profesiones que aparecen en este conjunto, a excepción de los anejos que son agrarios, destacan los profesionales, empresarios de industria y comercio, y los funcionarios administrativos; respecto al nivel cultural, se puede afirmar que más del 10% de la población que habita estas secciones tienen estudios superiores. Es predominante la presencia de personas procedentes de Madrid, que le dan un evidente sentido burocrático (Pillet, 1981: 1211)(69).

Figura 3.46.- Resultados electorales municipales en los distritos y secciones de Ciudad Real. 1979

Resultados electorales municipales en los distritos y secciones de Ciudad Real. 1979

Fuente: Ayuntamiento de Ciudad Real. Servicio de Estadística... Elaboración propia

    3. Las elecciones del 2007 han supuesto una mayoría absoluta para la derecha, resultado que se refleja en el hecho de que ha ganado en el 77,2 % de las secciones que hay, es decir en 34 de las 44. El espacio urbano con esta tendencia ideológica es muy amplio y comprende toda la zona dentro de la Ronda y prácticamente toda la periferia, a excepción de tres zonas, por lo que la diversidad poblacional de este electorado de derechas es muy heterogénea (Figura 3.47). Las tres zonas que aglutinan el voto de la izquierda se ubican en:

    -La parte noroeste de la ciudad, en la sección II-15, zona tradicionalmente de izquierdas, donde se ubicaba, entre otros, la antigua barriada del Padre Ayala, hoy desaparecida, y en la que está proyectado, la construcción del primer barrio ecológico de la ciudad(70). Es un área de gran crecimiento donde ha tenido lugar una fuerte revalorización de la vivienda debido a la proximidad de la Puerta de Toledo, a su calidad medioambiental con el parque Antonio Gascón, junto al cementerio, y al hecho de encontrarse en la entrada norte de la ciudad. La población que vive allí tiene un nivel de estudios medio y un escaso porcentaje de inmigración (inferior al 5% de su población).

    -En la parte occidental de Ciudad Real, en las secciones II-5, II-18 y II-2, ocurre algo similar a la II-15, aunque a estas además se les une la sección II-7 o de Pío XII, una de las primeras barriadas obreras de la ciudad y se caracteriza por tener un nivel educacional inferior a la media.

Figura 3.47.- Resultados electorales municipales en los distritos y secciones de Ciudad Real. 2007

Resultados electorales municipales en los distritos y secciones de Ciudad Real. 2007

Fuente: Ayuntamiento de Ciudad Real. Servicio de Estadística. Base cartográfica PGOU 97. Elaboración propia

    -Por último, la zona sureste, dónde se encuentran otras tres secciones tradicionalmente de izquierdas (I-5, IV-10 y IV-11) y que se corresponden con el área donde se construyó la primera generación de barrios obreros extraronda de la ciudad (barrio del Pilar o de Jacobo Roldan, de los Ángeles y de Oriente). Estas zonas culturalmente tienen valores similares a los de Pío XII, y aglutinan a una mayor población inmigrante (entre un 5 y un 8%), además se trata de zonas envejecidas, con una pirámide estacionaria.

Uno de los cambios más significativos, desde el punto de vista espacial, aunque desde el punto de vista poblacional sea poco representativo, es lo ocurrido en los anejos, que en la primeras elecciones eran los tres votantes de la derecha y, en el 2007, dos de ellos (Las Casas y Valverde) han cambiado de signo político, cambio, que en nuestra opinión, se ha debido a las transformaciones ocurridas en su actividad profesional, donde se da un menor grado de ruralización. Mientras que en el otro anejo (la Poblachuela), han sido los cambios de uso del suelo los que pueden explicar su fidelidad ideológica porque es el anejo que ha sufrido mayor transformación en cuanto a uso y población, al haber dejado de ser rural para convertirse en la nueva zona de expansión de chalets de alto standing, usados como primera residencia.

    4. En función de los cambios ideológicos sufridos por secciones, diferenciaremos entre:

        a) Secciones que han mantenido el mismo voto entre 1979 y 2007, las que lo han mantenido en la derecha son: en el distrito I (I.1,2, 3, 6 y 7); en el distrito II (II.1, 2,3, 4, 9, 10, 12,13,16,17,19 y 21); en el distrito III (III.1, 2, 4, y 5); en el distrito IV (IV.1,2,3,4,7,8,12 y 13) y en el distrito V, la Poblachuela, y las secciones que han permanecido con la ideología de izquierdas: II.5, 18, 20, la IV.10 y 11. Esta clasificación, sin embargo, esconde un aspecto que nos gustaría resaltar, y es que, en todas estas secciones que no han cambiado su dirección de voto, unas han experimentado un descenso en la ideología dominante que son la mayoría y otras en las que ha tenido lugar un aumento del mismo.

        b) Las secciones que han variado de una a otra tendencia. Distinguiendo entre las que ha pasado de izquierda a derecha: la II.6, 8, 11.4, III.3, IV.5, 6 y 9; y las que han pasado de derecha a izquierda que han sido: II.7 y 15, Valverde y las Casas.

A modo de conclusión, podemos afirmar que los cambios ocurridos en Ciudad Real, entre 1979 y 2007 el más destacado ha sido el paso desde un comportamiento electoral basado en el personalismo de los candidatos hasta un comportamiento más ideológico denominado como “nueva cultura política”. Caracterizado por los cambios en el sistema de valores y de comportamiento electoral, cuya nota más destacada es la disminución del voto de clase, como se ha visto en las últimas elecciones, en cuyo análisis por secciones no hemos podido determinar unas características socio-profesionales homogéneas en la intención de voto, fenómeno que se viene manifestando en la mayoría de los ciudadanos de las democracias post-industriales (Rojo et al, 2007: 143-145).

(64) En las elecciones municipales de Ciudad Real de abril de 1979:

- Los partidos que hemos incluido en Derecha son: Unión de Centro Democrático (UCD) con el 43,7% de los votos, Independientes y Convergencia Democrática (C.D)

- Los partidos que hemos incluido en Izquierda son: Partido Socialista Obrero Español (PSOE); Partido Comunista de España (PCE) y Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT)

En las elecciones municipales de Ciudad Real del 27 de mayo en el 2007:

- Los partidos que hemos incluido en Derecha son: Partido Popular (PP) con 17.633 votos, (UDCA) con 667 votos y Ciudad Real Independiente (ICR) con 1.338 votos.

-Los partidos que hemos incluido en Izquierda son: Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con 12.871 votos e Izquierda Unida (IU) con 1.518 votos.

(65) Secciones II-14,15 y 16; y III-3.

(66) Secciones: I-3 y 4; IV-7 y la Sección IV-9 del Torreón del Alcazar

(67) Secciones de Construcción y Mecánica: I-4; II-11 y 14; III-3; Secciones del Comercio e industria: II-5,6 y 8; IV-6,9 y 10; y secciones de funciones administrativas: I-3; II-6 y 7.

(68) El estudio de Geografía electoral de Ciudad Real correspondiente a 1979 aparece en la tesis doctoral defendida en la Universidad Autónoma de Madrid, 1981: 1.207-1.212 del profesor Pillet, aunque no figura en la publicación de este autor Geografía Urbana de Ciudad Real (1984).

(69) Tesis inédita.

(70) Realizado por el agente Urbanizador EMUSVI de Ciudad Real


RODRIGUEZ-DOMENECH, Mª A. (2012). Nueva realidad urbana y Territorial de Ciudad Real (1980-2010). Ed. Instituto de Estudios Manchegos (CSIC). Ciudad Real. ISBN: 84-87248-28-3

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