El Refranero popular de la lengua española (n)

  No hay peor sordo que el que no quiere oír.

  No hay pero que valga

  No hay pesares ni regocijos en la casa donde no hay hijos

  No hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague.

  No hay predicador más persuasivo que San Ejemplo

  No hay que arrear ganado flaco.

  No hay que buscarle tres patas al gato, sabiendo que tiene cuatro.

  No hay que confundir la gordura, con la hinchazón.

  No hay que empezar la casa por el tejado.

  No hay que juzgar un libro por su tapa.

  No hay que llegar primero pero hay que saber llegar

  No hay que mentar la soga en casa del ahorcado.

  No hay que ofender al cocodrilo antes de pasar el río.

  No hay que pedirle peras al olmo.

  No hay que ser caballo para saber de carreras.

  No hay que vender la piel del oso antes de haberlo matado.

  No hay quinto malo.

  No hay regla sin excepción.

  No hay rosa sin espinas.

  No hay sábado sin sol, ni mocita sin amor, ni viejo sin dolor.

  No hay tal razón como la del bastón

  No hay tiro, voló el pato.

  No hay tonto para su provecho.

  No hay tonto que no se tenga por listo.

  No hay urraca sin mancha blanca.

  No hay zurdo bueno

  No importa cuantas veces hayas caído, lo importante es cuantas te puedas levantar

  No importa cuanto vivamos sino como lo hagamos

  No importa el color del gato, lo importante es que se coma a los ratones

  No importa que en el valle haya sombras, si en la montaña brilla el sol

  No importa que nazcan chatos nomás que respiren bien

  No invoques derecho humano, si violas los de tu hermano.

  No la hagas y no la temas.

  No le busques las cinco patas al gato.

  No le busques mangas al chaleco

  No le hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti

  No le llames trigo hasta que esté en el silo.

  No le pidas peras al olmo.

  No le pidas trigo a la tierra que no riegues a diario

  No le pido a Dios que me dé, sino que me ponga donde hay

  No le pido pan al hambre, ni chocolate a la muerte.

  No le pongas tanto huevo a la harina; porque se te amarilla el pan

  No le trata de animal, pero le muestra el ronzal.

  No lleva ya vida honesta, la que con varios se acuesta.

  No lo hurta, lo hereda.

  No mantengas más gatos, que los que cazan ratones

  No me castigues con el látigo de tu desprecio

  No me gusta el chisme pero me entretiene

  No me llega pero ni a la suela de los zapatos

  No me tientes Satanás


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