El Refranero popular de la lengua española (h)

  Hágase el milagro y hágalo Dios o el diablo.

  Hágase el milagro, y hágalo el diablo.

  Halagos a la casada pronto la hacen más mala

  Halagos de suegra, consuelo de nietos.

  Hambre larga, no repara en salsas.

  Hambre matada, comida acabada.

  Hambre que espera hartura no es hambre ninguna.

  Hambre y frío entregan al hombre a su enemigo.

  Hambre y sed, la mejor salsa para comer.

  Hambre, frío y cochino hacen gran ruido.

  Haragán y gorrón, parecen dos cosas y una son.

  Harás quesos mil en el mes de abril.

  Harina mala, mal pan amasa.

  Harta el pan casero, y no el del panadero.

  Hartas riquezas tiene quien más no quiere.

  Harto ayuna quien mal come.

  Harto da quien da lo que tiene.

  Harto desatina quien a los sesenta años no adivina.

  Harto es bobo quien se mete en la boca del lobo.

  Harto fue de desgraciada la que nunca la dijeron nada.

  Hasta ajustar, regatear.

  Hasta al de más discreción, la plata lo hace soplón.

  Hasta al más superdotado, le sale un hijo tarado.

  Hasta arrancar un ajo cuesta su trabajo.

  Hasta de una piedra necesita uno, para darse un hocicaso

  Hasta el "vivo" más ufano, cae a veces de marrano.

  Hasta el árbol más grande, se alimenta de lo que tiene abajo

  Hasta el cuarenta de Mayo no te quites el sayo, y en llegando San Miguel te lo vuelves a poner.

  Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo.

  Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo; y si junio es ruin, hasta el fin.

  Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo; y para más seguro, hasta el cuarenta de junio.

  Hasta el diablo era bonito cuando entró en quintas.

  Hasta el final nadie es dichoso.

  Hasta el ladrón desconfía del ladrón

  Hasta el manjar más sabroso, hostiga cuando es copioso.

  Hasta el más delgado pelo, hace una sombra en el suelo.

  Hasta el mejor peluquero, te puede rayar el cuero.

  Hasta el mismo amor sincero, requiere algo de dinero.

  Hasta el mosquito tiene su corazoncito.

  Hasta el rabo, todo es toro.

  Hasta el saber rebuznar tiene su poquito que estudiar.

  Hasta el santo tiene su espanto.

  Hasta la Ascensión, no te quites el ropón; y después, quita y pon.

  Hasta la estrella más pequeña brilla en la oscuridad

  Hasta la gracia de Dios hace daño.

  Hasta la hora del luto, ojo enjuto.

  Hasta la hormiguilla tiene su colerilla.

  Hasta la más mojigata, le gusta alzarse la bata.

  Hasta la muerte, todo es vida.

  Hasta la mujer más honesta, también le gusta la fiesta


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